lunes, 7 de septiembre de 2009

46. Niños en busca de sus límites.

Los niños que viven en regiones donde la guerra, el hambre y la pobreza son la norma, tienen una tendencia a aceptar la violencia como una manera normal de convivencia y de solucionar los problemas. También los niños que viven en barrios conflictivos experimentan una situación semejante. Muchas veces estos niños crecen solos, sin la ayuda, la atención y el amor de sus padres.

Pero qué pasa con los niños de países desarrollados de familias de clase media (incluso de clase alta y media alta). Pues que crecen también con frecuencia sin la presencia de sus padres, debido a que ambos tienen que trabajar y cuando no trabajan quieren "tiempo en pareja" o "tiempo para sí mismos". Los niños son dejados en manos de personas a las que los padres pagan por cuidar de ellos o aún peor, se les deja en compañia de la televisión, de la internet o del videojuego. Su relación con el mundo es un mercenario o una máquina. ¿A alguien le extraña que su inteligencia emocional sea baja y su respeto y afecto por sus semejantes sea casi inexistente?.

Muchos niños en nuestra sociedad crecen sin padres. A veces porque los padres dicen ser (y se comportan) como "amigos" de sus hijos. Otros intelectualizan su dejación de responsabilidad diciendo que los niños "deben tener su propia experiencia" y que "debemos darles la libertad para que hagan sus propias elecciones y cometan sus propios errores". Otros, no se quieren complicar la vida. Otros son estúpidamente irresponsables. Valga como muestra un botón:

Una academia de inglés organiza cursos de inglés para chicos y chicas entre 10 y 16 años en el Reino Unido. El curso dura dos semanas. Al cabo de unos días algunas madres (supuestamente en representación de las demás) protestan por las condiciones en que se encuentran sus hijos. ¿Era el alojamiento incómodo? ¿acaso era la comida mala?. Nada de eso: la queja consistía en que las reglas eran demasiado estrictas. Se quejaban de la obligatoriedad de acudir a las clases y sobre todo de que los estudiantes tuviesen que estar de vuelta en la residencia a las once de la noche para ir a dormir. La responsable de organizar el curso les preguntó cual era el horario que ellas consideraban normal para que sus hijas de quince años volviese a casa por la noche.

- "Mi hija", contestó una de ellas, "vuelve normalmente a las cuatro de la noche y yo le dejo hasta esa hora porque es muy responsable".


Un día después hubo que contactar con la madre de un chico que le había dicho a su profesora, delante de toda la clase, que "le chupara la polla". "Como es un caso grave", le dijo el director, "nuestro socio británico quiere enviar al chico inmediatamente de vuelta a España", a lo que la madre, para sorpresa de quien la escuchaba, contestó que "no es para tanto, a ver si por esa tontería vais a repatriar a mi hijo como si fuese un hooligan". Aparentemente el acoso sexual a una profesora no era un comportamiento tan reprochable.

Pero aquí no se acaba la historia. Después de las protestas de los padres que reclamaban más libertad para sus hijos, se solicitó al socio británico que dejase libertad a los alumnos para hacer su santa voluntad. Acudir a clase no sería obligatorio y podrían venir a dormir cuando ellos quisieran. Tres días después de tomar esta determinación, una de las dos madres que dirigía la protesta vino hecha un basilisco porque no podía contactar con su hija. Llamaron inmediatamente al socio británico y pudieron tranquilizar a la preocupada madre: su hija, la responsable joven de 14 años, dormía plácidamente en su cálida camita a las dos y media de la tarde, después de haber estado en paradero desconocido en un país extranjero durante las últimas 48 horas. Hubo suerte. Ese mismo verano varias adolescentes españolas fueron violadas en grupo en las costas del sur de Inglaterra tras una
“beach party”.

Madres de clase media consideran que los comportamientos arriba descritos son "lo normal" en chicos y chicas de su edad. Si investigas un poco, llegas a la conclusión de que no saben (o no quieren, o no se atreven) poner límites a sus hijos. No lo han hecho nunca y ahora es difícil.

El proceso que lleva a situaciones en que los padres pierden el control de sus hijos parece ser el siguiente: Padres que trabajan muchas horas fuera de casa por lo que no pueden estar con sus hijos. Se sienten culpables y entierran su complejo de culpa dando a sus hijos todo lo que quieren y consintiéndoles hacer lo que les place. Al fin y al cabo, es una pena emplear el poco tiempo de que disponen con sus hijos ese "tiempo de calidad" en corregirles, en ponerles límites. Eso es un trabajo incómodo y desagradable. Ya les corregirán las canguros, las guarderías, los profesores en la escuela...la vida les corregirá.

Y los niños, que necesitan límites para su desarrollo personal, seguirán buscando sus límites. Cada vez más lejos. Lo intentarán todo, lo harán todo, lo probarán todo. Todo porque que sus padres no les amaron lo suficiente para ponerles límites.

El primer límite para muchos serán los barrotes de la prisión donde los jueces y la policía les pondrán. Y aún habrán padres que digan que es injusto "que pegarle fuego a un coche policial, lesionar a doce agentes de policía e intentar asaltar una comisaría no es para tanto". Al fin y al cabo los policías vinieron provocando y mi niño sólo pasaba por allí y tiró piedras y botellas porque, al fin y al cabo, ¿no lo estaba haciendo ya todo el mundo?".

11 comentarios:

  1. Iba a comentar pero... ¿acaso puede añadirse o discutirse algo de lo escrito? Sólo suscribirlo.

    Saludos.

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  2. Gracias por tu comentario. Todavía queda la pregunta de qué podemos hacer. En realidad, con la plaga de la violencia infantil y juvenil pasa lo mismo que con el Lepisma saccharina: que eliminar un par de ellos en un ataque de rabia no soluciona el problema. El lepisma como la violencia se elimina con orden, responsabilidad, constancia e higiene.

    Voy a tener que poner un aviso a la entrada del diario que diga que aquí se utiliza lenguaje adulto.

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  3. El drama de todo esto es que el problema es de educación -integral, no aprendizaje de reglas matemáticas y lugares geográficos- que ha desaparecido totalmente. Formación moral, urbanidad, valores permanentes...

    Y eso hay que volverlo a meter desde cero y en la más tierna infancia. Y entonces ¿qué hacemos con la generación afectada? Esa que dicen que es la mejor preparada de nuestra Historia...

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  4. El problema es general. De educación en la escuela, pero de educación en las familias.
    El otro día oia a un padre disculpar a la salida del juzgado a su hijo porque sus amigos decían que no había hecho nada.
    Dos hostias al niño por gilipollas y un añito de trabajos comunitarios los fines de semana, limpiando letrinas por ejemplo.
    Y cuatro hostias al padre porque de tal padre como va a salir un niño normal. Así como hay veces que las instituciones retiran la patria potestad en caso de graves deficiencias en el cuidado de los hijos, deberían actuar así cuando los padres no ejercen como tales, o no educan sino que simplemente vegetan.
    Nadie dijo que ser padre fuera fácil ni cómodo
    Y luego, eso sí, la culpa siempre de los demás, de los profesores, de las compañías o de la policia
    No sé si he venido cañero de las vacaciones ;-)

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  5. Tienes una forma un poco brusca de administrar justicia porque como decía Juan Pablo II en Toledo: "La violencia no es camino de solución a los problemas humanos, además de ser siempre anticristiana". A lo que los jóvenes, congregados en el Polígono Industrial le respondieron: "Santo Padre: de puta madre". O sea, de acuerdo en esencia, pero con otras formas. Como tú y yo.

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  6. El problema viene de lejos. Como los profesores somos un colectivo denostado por dos condiciones, ser funcionarios (bueno, salvo interinos y sustitutos) y tener más vacaciones que el común de los mortales (por no hablar del común de los japoneses o chinos, que se mueren si les contamos lo del mes de vacaciones pagadas y las dos pagas extraordinarias por ley...), se creen que no podemos opinar ni expresar quejas.
    Somos el único colectivo, creo, que convive a diario con cientos de adolescentes. Yo, el curso pasado, tenía entre los 5 grupos a los que daba clase, más de 120 alumnos. Y así cada año. Creo que eso me da algo de experiencia para saber qué pasa en el colectivo de los jóvenes.
    Al igual que lo que expresaba El País el domingo, que demuestra lo perdidos que andan los analistas cuando se sorprenden por un análisis simple hecho por un adolescente de 15 años (http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Harry/Potter/agito/City/elpepusocdmg/20090906elpdmgrep_4/Tes )
    cualquiera que trate a diario con adolescentes sabe que no es cierto todo lo que se dice. No es la generación más preparada: niego la mayor. Si acaso, es la generación con más medios a su alcance. Pero son ágrafos en una gran mayoría. Es descorazonador preguntar a alumnos de 17 y 18 años, a principio de curso, si leen libros o periódicos, y encontrarse con más de un 90% de respuestas tipo "sólo leo lo que me obligan en el Instituto" o "Leo el Marca". Eso sí, nos dan mil vueltas en la utilización de Tuentis, MSN's, Blogs, SMS's (con lngj nkmprnsbl), y Wikis varios. Pero eso no les hace más preparados. Yo les demostré que, ante un trabajo que hacer, todos acababan trayendo la misma información: la que saliera en las 10 o 3 primeras entradas del Google, y sin mirar si esa información era española o chilena o del Rincón del Vago.
    Los jóvenes de ahora, como los universitarios de ahora, que decía el otro día Rafael Argullol, cada vez van más al puro hedonismo, viva el botellón y si no estás conmigo estás contra mí. Y así nos va

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  7. Pues diferiremos en las formas, porque siempre dije que eras un blando ;-)
    A los 7 menores, el juez les ha impuesto la pena (despues de montar un espectáculo que el de Lekeitio el pasado fin de semana es una bobada) de no poder salir más tarde de las 10 de la noche en tres meses. Y los insensatos de los padres han recurrido la sentencia.
    Hay que ir contra los padres porque, debido a su negligencia, la sociedad deberá sufrir a los monstruos que han maleducado.
    Y si todavía crees que a esos 7 padres no hay que correrlos a boinazos hasta el pilón, es que te me has hecho un europeo "de los de toda la vida". Pero vamos, que todavía recuerdo la cenita en el pueblo de tu cuñado hablando de la inmigración en Holanda, a ver si vamos a empezar aquí a sacar trapos sucios, "europeo pero de la Europa profunda" LY o así.

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  8. Y se me olvidaba, Jevy; Efectivamente ers un ser despreciable que vive de los impuestos de los demás y no tiene derecho ni al aire que respira. Yo soy parado, pero por lo menos he de ir a sellar cada 3 meses (Aunque ahora puede hacerse por internet)
    Sin embargo he de decir, aun sintiendo profundamente esta flojera mia que la descripción de la generación juvenil actual me ha gustado. La utilizaré, aunque siempre citando la fuente, faltaría más.
    Para una vez que dices algo de provecho....

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  9. Kikas, eso me recuerda una conversación que tuve hace poco. Un vecino me contaba que en el bloque dónde vivían antes había unos jóvenes insoportables y que una vez tiraron un adoquín desde el balcón, hundiendo el techo de un coche, y que sin duda hubiera matado a quien hubiera estado debajo. Mis vecinos decían que los "niños" no tenían vergüenza y que eran unos tal y cual.

    Estando de acuerdo básicamente con ellos, les dije que todo lo que ellos decían -inflarlos a leches, meterlos en la cárcel...- el problema principal era otro. Mal está que unos adolescentes tiren un adoquín. Fatal. Horroroso. Pero eso también podría pasar hace 30 años.

    El principal problema está en que hace 30 años, tú sólo tenías que subir al piso y decirle al padre "su hijo ha hecho esto". Y el padre se encargaba del resto. Y el niño no volvía a tirar un adoquín en su puta vida. Pero ahora, si subimos al piso en cuestión y decimos lo mismo, posiblemente nos pateen escaleras abajo, entre el padre y los niños.

    Joé... vaya tocho, esto me lo guardo y lo meto en mi blog. ¡a ver qué va a ser esto!

    Saludos.

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  10. Tranquilo Gonzalo, hasta que llegues a los puros del Jevy tienes que tragarte unos cuantos Power Points explicativos

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  11. Creo que el problema de la mentalidad en la juventud actual se debe a una sociedad que vive con una mentalidad muy liberal. Sí, es cierto que ser de "mente más abierta" nos sirvió y propició grandes avances en diferentes áreas. Pero señores y señoras... lamento decir que hemos estado perdiendo el hilo, y nos hemos olvidado de que existe un punto medio: ni libertinaje ni esclavitud. Eso sí, recordemos siempre que los valores no surgieron de la cabeza de un ocioso y que sin normas es imposible la vida en paz.

    Saludos desde México.

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