A los veinte años vi "Blue velvet" en el Cisneros y descubrí a Isabella Rosselini y me enamoré de ella, como mi padre se enamoró de su madre Ingrid Bergman, tras verla en "Casablanca". También descubrí entonces que el "Marqués" tenía, y supongo que aún tiene, una voz melodiosa, además de hablar perfectamente inglés con acento americano, pues cantó la canción Blue velvet durante la proyección de la película. La mayoría, sin embargo, nos quedamos con Isabella, aunque el "Marqués" cantaba mucho mejor.
Lo que no me esperaba es que Isabella Rosselini acabaría haciendo porno y mucho menos porno que también deleitaría a mi hija de seis años (quien pudo llamarse Isabella aunque, al final, descartamos este nombre porque unos amigos nuestros habían llamado así a su primera hija).
Merece la pena ver esta serie de películas porno "Green Porno" y volverse a enamorar de Isabella, agradeciéndole además que haya hecho el porno accesible a todos los públicos.
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