Ha merecido la pena poner tiempo en la preparación de ese examen. Mi víctima, una chica joven con el mayor nivel de agarrotamiento muscular que he visto en mi vida en una persona de esa edad, se fue a casa un poco más flexible. Mi profesora me ha felicitado por los trabajos presentados y por la ejecución del examen (no que he ejecutado a nadie, que nadie me entienda mal) y, por lo tanto, he superado la asignatura. Además, ayer recibí un aplauso de mis compañeros por una exposición que hice en clase relativa a otra asignatura.
Días de vino y rosas, que no tuve cuando era estudiante en Madrid.
Como decía Paco Costas: "Que bueno sería en ocasiones contar con una segunda oportunidad".
ver video (Ay, que tiempos aquellos)
Tuviste muchos, quizás demasiados, días de vino y rosas en Madrid.
ResponderEliminarY me apuesto un huevo, y no lo pierdo, a que te acuerdas de muy pocos.
Pero te me vas a tener que poner muy cariñosón para que deje que experimentes con mi espalda.
Con respecto al aplauso de tus compañeros, todos sabemos lo apreciados que son los jamones de LY en Flandes. Seguro que se había corrido la voz que luego, con esa generosidad que te caracteriza, había un aperitivo racial.
Pues no sabes lo que te pierdes.
ResponderEliminarPero ahora que lo dices, eso me hace preocuparme por mi futuro profesional. Los hombres no quieren que les masajee porque mariconadas las justas. Las mujeres tampoco, no sea que se me vaya el piston y le haga un masaje con "happy end" como las chinitas de Barcelona y Madrid. Y si hay alguna que se fía, entonces no se fía el marido.
Y yo, la verdad, que no lo entiendo. Y mis compañeras, después de varios años de tocarnos los unos a las otras, tampoco. Pero ahí fuera está el mundo real que tiene poco que ver con el maravilloso experimento sociocultural que es mi Hogeschool.
A ver como hago para que el mundo real tenga un hueco para mis habilidades.
Pero la demostración gratuíta a los lectores,,, ¿cuándo es?
ResponderEliminarEl desplazamiento corre por cuenta de tus patrocinadores... ¿verdad?
Aquí, el que no corre, vuela, Gonzalo.
ResponderEliminarYo creo, al hilo de la última entrada de tu diario, que el trabajo de masajista sería uno de esos que podría ser feliz haciendo, o que me haría feliz. Dar masajes me produce muchas satisfacciones, especialmente cuando veo que ayuda a algunas personas. Como aquel anciano que al levantarse de la mesa de masaje había crecido cinco centímetros porque, por primera vez en años, podría ponerse de nuevo derecho. O aquella mujer que llorando me confesó que hacía mucho que un hombre no le trataba con delicadeza.
Dentro de dos semanas comienzo con Reflexología podal (masaje de pies).
Hablaré con mis patrocinadores, a ver si me pagan un viaje a Sevilla.
Veo con alegría que tú también has entendido el mensaje.
ResponderEliminarMasaje de piés el que le hago yo a mi santa... eso no lo superas tú por muchas clases que te pegues.
Amosombre!!!
ResponderEliminarEl mundo real, por lo menos en el mio, se cuidará muy mucho de tener un hueco para tus ¿habilidades dices?
¿Es así como se llama ahora el exceso de materia viril?
JAJAJA
ResponderEliminarMe he acordado de una cosa. Mi mujer está yendo a un naturópata - fisioterapeuta - masajista por un problema que tiene en la muñeca, causado por un problema de cervicales pero acentuado por acarrear al enano. Le vá muy bien y me anima a que vaya yo, que tengo a mi C6 que cada día me jode una parte del cuerpo distinta.
¡NO! Le dije.
¿Porqué? Si Jose es de confianza.
Peor me lo pones. Si tengo que ponerme de espaldas a un hombre para que haga lo que él estime oportuno, confianzas las justas.
Interesante. Y entretanto dejas que agarre a tu mujer de la mano.
ResponderEliminarPor cierto, que los masajes en el culo están muy indicados para quienes tienen dificultades con la suspensión Citroën.
Me apunto lo de los dolores de muñeca y cuello de tu santa y hago una entrada de ello.