Cada persona reacciona ante las circunstancias según su propio conocimiento y experiencia. El tercer punto del triángulo debería ser el sentido común. Desafortunadamente, parece como si el binomio conocimiento-experiencia y el sentido común fuesen tan inmiscibles como el aceite y el agua.
Como muestra un botón, extraído de la realidad.
En una casa vieja de un pueblo, en un día de invierno sin sol, un anciano, ciego y casi sordo, se puso muy enfermo. La mujer llamó al médico y también al cura, que nunca se sabe. El médico lo desnudó dejándolo en calzoncillos, para auscultarlo. El anciano empezó a gritar (los chillidos podía oírse fuera de la casa) y a proferir insultos.
El médico dijo: "Este hombre está loco. Habrá que sedarlo".
El cura dijo: "Yo creo que está endemoniado. Habra que hacerle un exorcismo".
La mujer, también anciana, que estaba sentada en un rincón observando la escena, se acercó al grupo y dijo: "Pues yo creo que lo que tiene es frío" y lo arropó con una manta. Inmediatamente el anciano dejó de gritar.
En su aturdimiento ni el médico ni el cura, asustado el uno, escandalizado el otro, se dieron cuenta de que entre insulto e insulto lo que el anciano gritaba era: "Dadme cobija".
La historia está bien... pero no se parece a nada que Kikas hubiera contado ayer en su blog...
ResponderEliminarJe, je, je...
Gonzalo, no me toques las narices tú también.
ResponderEliminar¿Este Gonzalo no será un troll camuflado no?
ResponderEliminarMe daba la impresión que yo entraba en su blog como elefante en cacharrería, pero veo que aprende rápido. A lo mejor es un alumno avejentado (que no aventajado) del Jevy.
Pues se abre la veda
Que nooooooooo
Esta entrada está copiada seguro de alguna latinoamericana, ¿Panamá? Porque no sé en Los Yébenes, pero en gran parte de Latinoamérica las mantas se denominan cobija, y en algún lugar, por influencia angloparlante, al colchón le llaman matres. A mí, particularmente, me gustaba lo de Cusco: casi todas las prendas de vestir de lana de alpaca empezaban por sonido "ch": chompa (jersey), chalina (bufanda), chullo (gorro)... Ahora no me acuerdo si los guantes también.
ResponderEliminarBueno, vamos a perdonar a Fuego Intertextual que se inspire en ideas ajenas. Ya es conocido que la falta de folículo piloso en la cabeza permite una mayor fuga de calor, lo que enfría las conexiones cerebrales dendrita-axón y deviene en un calamitoso estado de verborrea desorientada... (¡Ups, otro troll!)
¡Y el poncho! ¡Otro con ch! Por cierto, cobija por manta es un americanismo, aunque en Andalucía sí se usa para la ropa de cama, en especial la de abrigo (supongo que esto lo dirán los andaluces añosos). O sea que ya tenemos una pista...
ResponderEliminarJevy está despistado por partida doble luego os lo cuento que tengo que llevar a las niñas al colegio.
ResponderEliminarDecía que Jevy está despistado por partida doble.
ResponderEliminarDespistado porque esta entrada no está copiada de ningún sitio. Cuando copio algo, cito la fuente. Creo que es una buena costumbre y procuro respetarla. Lo que cuento como dicen las películas, está basado en hechos reales y viene de fuentes habitualmente bien informadas muy próximas a mí. El anciano se llamaba L., el médico A., el cura F. y la mujer B. y quien lo vió y oyó todo C. que fué quien me lo contó a mi, F.N. (con perdón).
Despistado con respecto a la procedencia de la expresión "dar cobija". Te puedo asegurar que quien la pronunció no es ningún indiano y no ha estado jamás en Hispanoamérica ni de turismo e incluso, me atrevo a decir que no ha salido jamás de su provincia ni siquiera en la Guerra Civil de 1936-1939.
Y entonces, ¿cómo es pues posible que este hombre, que jamás ha estado en Hispanoamérica, que apenas podía leer y que no dispuso jamás de televisor, pudiera hablar con americanismos?
La solución al enigma está en negar la mayor: la palabra "cobija" utilizada en el sentido de "manta" y también en el sentido de "protección, refugio o abrigo", no es un americanismo así lo diga el RAE, sino un arcaísmo, una palabra que ha caído en desuso al ser sustituida por otra, "manta", procedente del latín "mantum", utilizada por la Iglesia para cubrir las espaldas de sus próceres y, quien sabe si por ello, considerada más culta.
¿Cómo es posible, que lo que en España es un arcaísmo, sea palabra de uso normal en Iberoamérica?
La respuesta al acertijo es la siguiente: El lenguaje evoluciona mucho más rápidamente en las ciudades que en los pueblos, en la metrópoli que en las colonias. Por eso es posible que los viejos españoles utilicen palabra que son comunes en Hispanoamérica pero no en España. La palabra cobija, originalmente castellana, fue llevada a Andalucía por la Reconquista, donde se mantiene (sólo a efectos de este razonamiento podemos considerar a Andalucía como colonia de Castilla, que no quiero yo ofender el sentimiento nacional de nadie) y por el hecho de que era Sevilla el único puerto autorizado para comunicar con el nuevo mundo. Y desde Sevilla, se llevó a toda América, donde se mantiene por la misma razón que en Andalucía.
Pero "cobija" también significa, como he dicho antes, "protección, refugio, abrigo". Por lo que no tengo claro si L. pedía a gritos ésto o lo que finalmente recibió: una manta que le proporcionó protección, refugio, abrigo y...calor.
Jevy, estás perdonado...y tu "afogado" también. ;-)
Ya sabía yo que esos kilometros corriendo a clase, ida y vuelta, serían de provecho. No por lo que sabes, que no es mucho, para qué engañarnos, sino por lo que sabes investigar, razonar y debatir.
ResponderEliminarY en estas dos últimas cosas algún centro más me da que te ayudó.
Un placer esta orgia de verborrea y razonamiento. No ha pasado el tiempo...y han pasado 25 años.
(No han cambiado, incluso, ni las horas de los comentarios, aunque ahora sean despues de haber dormido) ;-)