martes, 20 de octubre de 2009

95. Libre te quiero.


Libre te quiero

Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.


Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

Agustín García Calvo.



Así quiero yo a la mía, por eso, porque no es mía (sino muy suya). Por eso, y por la infinita paciencia que tiene.


3 comentarios:

  1. Lo de su paciencia, puedo asegurar que es una de las escasas verdades que por aqui has esparcido.
    Por lo demás, bonita espalda. Supongo que no ibas al timón y sacabas fotos a la vez, que los flamencos son muy suyos, y te pueden multar

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  2. Sí claro, sacando fotos con la mano derecha y sosteniendo el teléfono móvil con la izquierda. Adivina con qué sujetaba el timón.... ¿no?. Venga, que te doy una pista: "Si la sujetas se pone dura, si la sueltas cuelga".

    - xx xxxxx

    - Sebastián, la capa, el sombrero y el bastón del señor López, que se marcha ya.

    ¿Te acuerdas de este chiste que contaba el Berraco?.

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  3. Del Verraco hay chistes memorables, pero el de las adivinanzas es sublime. Lo escuché 50 veces o más.
    ¡Lo que daría por escucharlo de nuevo!

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