lunes, 30 de noviembre de 2009

124. La señora del perrito.

- "Con la venia de su señoría:

Ya se que hay que tener cuidado y prever lo imprevisible cuando se circula con un vehículo a motor pero le juro que no la ví.

Venía de buscar a la niña del colegio, eran las cinco de la tarde de un día 30 de Noviembre de 2009. Ya sabe su señoría que por esas fechas en estas latitudes es noche cerrada. En mi calle hay pocas farolas por lo que no se ve mucho.  La velocidad máxima permitida es de cincuenta kilómetros por hora pero teniendo en cuenta que la calle es estrecha y pina y está poco iluminada, nunca paso de cuarenta.

Al volver una curva, vi en la acera una luz intermitente, a baja altura. Pensé que un niño volvía a casa andando. Me llamó la atención que aún hubieran padres que se atrevieran a dejar que sus niños caminen solos después de la puesta del sol.

De repente, el susto. Y el golpe. El niño no era tal niño sino un perro, llevado por una señora vestida con un abrigo y un gorro negros (luego resultaron ser gris oscuro). No llevaba brazalete ni chaleco reflectante ni tampoco lucecita. El perrito sí, pero ella no.

No la ví, se lo juro, señoría".

Miré al marido que me devolvió una mirada llena de odio:

- "Perdóneme, no la ví."

- "Asesino", gritó una señora".

- "Silencio en la sala", dijo el juez

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Esto no es más que una historia, pero podría haber ocurrido si no hubiera estado tan atento. Hace falta ser tonta para llevar al perrito por la acera con una luz intermitente y caminar por la calzada vestida de negro en noche cerrada, en una calle sin iluminación.

Eso sí. Si la historia hubiera sido real, en vez de estar en casa, al calorcito, escribiendo esta entrada, estaría ahora en comisaría, explicando las razones por las que no puedo ver en la oscuridad como los gatos.

3 comentarios:

  1. ¿Pero desde cuando un tio de LY se ha puesto un chaleco reflectante para pasear al perro? ¿Desde cuando un perro de LY ha necesitado que le saquen a pasear en vez de salir solo?
    Tanta Europa te está amariconando, tio

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  2. Nosotros no hemos tenido perro. A mi abuelo lo mordió un perro de joven y le pusieron creo que cuarenta inyecciones en el estómago, que era entonces la cura de la rabia. Luego resultó que el perro no tenía rabia y apareció meses después vivito y coleando. Desde entonces, mi abuelo decidió que no habría en casa animales de más de dos patas.

    Si yo hubiera tenido perro, evidentemente, no me habría hecho falta sacar al perro a mear. El perro no habría estado en casa, todo lo más en una caseta formada por ladrillos y una Uralita vieja al lado de la casa de campo, a donde habríamos llevado comida una vez por semana y no Purina Pro Plan sino los despojos que le sobrasen al carnicero de la esquina.

    Pero no estamos hablando de mi pueblo hace treinta años sino de ayer mismo en el tercer pueblo en la clasificación de la calidad de vida de Bélgica. Un lugar donde en una calle estrecha y pina, sin iluminación, el perro camina por la acera, con lucecita intermitente y la dueña por la calzada sin señalización alguna, Un lugar donde las mayores medidas de seguridad vial se aplican...al perro.Y es que estamos en Europa, Kikás: "los pueblos civilizados se distinguen de los bárbaros por la forma de tratar a los animales".

    Sin embargo, si yo hubiese atropellado a la señora, la culpa sería mía, por no haberla visto: mi vida estaría jodida para muchos años, si no para siempre. Por haber dejado huérfano al perrito de la luz intermitente.

    ¿Entiendes ahora?.

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  3. Si yo entiendo, lo que no sé es qué hubiese pasado si hubieses atropellado al perro. Ahí es donde me pierdo ¿Me entiendes tu a mi?
    Y eso de que los pueblos civilizados se distinguen de los bárbaros por la forma de tratar a los animales me deja mucho más tranquilo. Yo creo que nunca te traté mal...

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