sábado, 7 de noviembre de 2009

110. Familias felices: propuesta de decálogo.

El apostol Pablo en su primera epístola a Timoteo (1 Timoteo 5:8) dice que quien no cuida de su familia es peor que quien no cree en Dios.

Factores que contribuyen a crear una familia feliz:

1. Establecer las prioridades adecuadas.

Hay mucha gente que intenta aprender un par de trucos para borrar rápidamente a su familia de su lista de actividades para poder dedicarse por completo a su trabajo o a sus aficiones. Y es que es más fácil decir que nuestra familia es la primera prioridad que hacer que realmente lo sea. Por eso sería bueno hacerse unas pregunta de vez en cuando para saber donde están nuestras prioridades: Si tu pareja o tus hijos necesitan hablar contigo, ¿les das lo más rápidamente posible tu atención?. Si hablas con otros sobre tus actividades, ¿hablas con frecuencia de lo que haces con tu familia o más bien de lo que te gustaría hacer si no tuvieras que atender a tu familia?. ¿Estas dispuesto a no a asumir más responsabilidades profesionales o de otro tipo si tu familia necesita que les dediques tu tiempo?

2. Ser fiel.

Las parejas felices ven su relación como una unión permanente. Si hay un problema buscan una solución y no lo utilizan como excusa para dejar a su pareja en la estacada. Si los miembros de una pareja son fieles el uno al otro, se produce una relación de confianza que es el suelo fértil que permite el crecimiento personal y familiar que lleva a ser felices.

¿Te pasa mucho que durante una disputa con tu pareja piensas que te has casado con la persona equivocada? ¿Tienes con frecuencia fantasías sobre otra persona? ¿Dices a tu pareja con frecuencia que te vas a ir a buscar a alguien que te valore de verdad? Quizá son estos síntomas de que no eres tan fiel como piensas.

3. Trabajar en equipo.

Si un hombre y una mujer no son un equipo, una insignificancia puede convertirse rápidamente en un gran problema, que hará que luchen entre si y no contra el problema. Pero si una pareja son un equipo, como un piloto y un copiloto en un avión con el mismo plan de vuelo, cuando no están de acuerdo en algo buscan soluciones prácticas a sus diferencias, en lugar de perder el tiempo y la energía en echándose la culpa el uno al otro.

4. Respeto y amor (por este orden)

Estoy absolutamente convencido que el respeto es tan importante (quizá más incluso) que el amor o la pasión para el mantenimiento a largo plazo de una pareja. En ocasiones cuando veo que una pareja se trata con desprecio y cinismo (se tiran puyas disimuladas o directamente se insultan) pienso que esa pareja no durará mucho. Normalmente no me equivoco. Una pareja que se respeta puede aguantarlo todo: las dificultades económicas, la enfermedad, la pérdida de un hijo...Lo que no puede aguantar una pareja es el desprecio. Lo mismo en la relación con los hijos. Hay que esforzarse contínuamente en buscar formas de prevenir gritar, menospreciar, insultar o pegar a los niños. Y acostumbrarse a pedirles perdón si alguna vez se hace.

5. Ser razonable.

Los miembros de las familias felices establecen reglas razonables y consensuadas, permitiendo incluso que los niños participen en el establecimiento de estas normas cuando tienen suficiente raciocinio. Los padres dan libertades a los niños y a los adolescentes que han demostrado ser responsables, sin intentar controlar cada detalle de su vida (especialmente en el caso de los adolescentes esto es como hacer una danza salvaje para atraer la lluvia: no es fácil que llueva, pero es seguro que te vas a cansar mucho).

6. Perdonar y alabar.

Esto de perdonar es de lo más difícil que hay. Perdonar no es aceptar un "lo siento". Perdonar es borrar la deuda que el otro tiene contigo, lo que impide que puedas intentar cobrarla después. De esa manera una expresión del tipo "tú siempre llegas tarde" o "tú nunca me escuchas" no tiene cabida en una familia feliz. Porque esas frases demuestran que llevas cuentas, que no olvidas, que no perdonas, que miras al pasado y no al futuro.

En cualquier caso, es más fácil perdonar cuando miras SIEMPRE las cualidades positivas del otro, en lugar de las negativas. Y cuando estás agradecido de esas cualidades positivas del otro y le haces saber, con frecuencia, lo mucho que valoras y aprecias esas cualidades positivas. Es bueno que piropees a tu pareja con frecuencia, por su físico y por sus cualidadades. Masaru Emoto ha realizado un interesante experimento. Este consistió en congelar el agua después de haber pronunciado una frase cerca de ella. He aquí un ejemplo:



Si estas palabras pueden hacer esto con el agua, imagínate lo que pueden hacer por tu pareja que, al fin y al cabo, está hecha de agua en un 70%. Habla con cariño a tu pareja y a tus hijos. Bendice sus agüitas, por su bien y por el tuyo.


7. Tener sentido del humor. Reir.

Las parejas que se ríen y no se toman las cosas más en serio de lo que es necesario son más felices. El sentido del humor ayuda a encontrar ánimo para cambiar las cosas que se pueden cambiar y a aceptar las que no se pueden cambiar. Reir, además, es muy sano y es una demostración de inteligencia. Dicen los científicos que la principal diferencia entre los animales y los humanos es que tenemos sentido del humor...algunos.

8. Cuidar del propio cuerpo.

El cuerpo es el templo donde habita la mente. El abuso del alcohol, las drogas o cualquier otra adicción y la alimentación inadecuada van en detrimento de la salud. Una familia en que se permite el abuso del cuerpo tiene muchas papeletas para ser infeliz.

9. Gastar menos de lo que se gana e invertir la diferencia.

El refranero castellano está lleno de refranes que hablan de la importancia de la estabilidad económica para la felicidad de una familia, pero me acuerdo de uno en particular: "En la casa en que no hay harina, todo se vuelve tremolina".

Entre lo que afirma Wallace D. Wattles ("A pesar de lo que se pueda decir para alabar la pobreza, el hecho que permanece es que no es posible vivir una vida realmente completa o exitosa a menos que seas rico") y el "contigo pan y cebolla", me quedo con que, en cualquier caso, es más fácil ser feliz si en tu casa no falta el dinero.

10. Tener fe y practicarla.

Por tener fe no quiero decir necesariamente creer en Dios. No todos los hombres y mujeres creen en la existencia de Dios. Pero es importante tener algo en lo que creer que permita establecer una escala de valores por los que guiarse. Esos valores permearán a la familia y harán que se mantenga unida y feliz.

Por último, añadir que la felicidad no es algo que se encuentra sino algo que se hace, que se construye cada día.

Fuentes:
"Messages from water", Masaru Emoto.
"The Secret", Ronda Byrne.
"Ontwaakt" Octubre 2009 Publicación de los Testigos de Jehova.
"The Science of getting rich". Wallace D. Wattles
"La Biblia".

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