lunes, 9 de noviembre de 2009

112. La Navidad de la copla del sombrero.





Mi mujer se ríe mucho conmigo. Yo creo que la única razón por la que seguimos juntos desde 1992 es porque ella se ríe mucho conmigo y yo con ella. Y es que la vida es mejor cuando vives con alguien que no se toma todo demasiado en serio. Precisamente de eso va esta historia: de como el humor puede levantarte cuando estás bien, pero bien jodido.


Era la Navidad de 2001. Las cosas no iban bien en el negocio familiar. Mi hermana tenía una depresión. Todos estábamos muy tristes. El 24 de diciembre, teníamos en casa ganas de cualquier cosa menos de celebrar la Navidad. La mesa estaba llena de opíparas viandas y nadie parecía tener hambre.


Mi cuñado sacó una botella de vino y la escanció diciendo: "A los males sin remedio, litro y medio". 


El vino nos calentó el cuerpo y el alma y entonces mi cuñado dijo: "Le voy a dedicar un villancico a mi suegra". Mi madre lo miró con desdén. No tenía ganas de villancicos.


Con la musica del villancico "Ande, ande, ande, la Marimorena", mi cuñado entonó lo siguiente:


"Mi suegra ya no me quiere,
porque no tengo sombrero,
po ya tengo, po ya tengo
po ya tengo uno nuevo".


Se hizo un silencio espeso...y estallamos en una carcajada los reunidos que nos duró un buen rato, hasta que el dolor de las mandíbulas o del vientre nos obligó a parar. Nos caían lagrimones a ambos lados de la cara. Seguímos cantando villancicos (a veces improvisando las letras) y cuando alguno se atascaba, rematábamos con el "po ya tengo, po ya tengo...".


Las cosas habrían de ponerse peor antes de mejorar y aún tuvimos que pasar muy malos ratos. Pero nunca olvidaremos aquella Navidad de la copla del sombrero.  

7 comentarios:

  1. Mia tio, no me comas la oreja;
    En una reunión contigo es imposible no acabar riéndose. No sé qué tiene esto de extraordinario
    ;-)

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  2. Yo también te quiero.

    ¿Que tal París?

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  3. Frio, y atareado
    Ya ves que ando por aqui en baja forma, pero os leo entre pan y pan....con mantequilla

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  4. Yo también echo de menos a vuecencia y os aguardo impaciente.

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  5. De todos modos me parece mucho mejor para aquella reunión esa bonita copla que más de una vez te oi cantar, con suma propiedad y derecho, por cierto:
    Si tu madre no me quiere
    porque no tengo perrillas
    dile que tengo una p...
    que me llega a las rodillas

    Como bien sabes yo no puedo cantar esta copla a fuer de ser sinceros...¿Tu cuñado tampoco?

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  6. No, pero creo que Kabemba, casi, casi.

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  7. Añado, además, que este año me quedo sin cantar el "po ya tengo". En Enero cumple A. cuatro años en F. y cada cuatro años toca cambiar de empresa. No sé que es, que le empieza a oler el culo a pólvora y sale disparada en busca de otra empresa donde le den otros retos (y a ser posible, un diez por ciento más de sueldo).

    Oye y lo de que no puedes cantar la copla es porque tú lo dices, que no es porque yo lo sepa.

    Que nos leen personas de orden.

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