miércoles, 11 de noviembre de 2009

113. La importancia de preguntar, apuntar la información relevante y tomar las decisiones adecuadas. La historia de la morena y mi Renault 6.

Pasé aquel año en blanco, o por mejor decir, en negro. Era el  curso 1993-1994. Después de las fiestas de 1992, la economía pintaba chunga. La tasa de paro había llegado al 23%. Los sectores bancario y de seguros sufrieron una ola de fusiones. Mala época para terminar la carrera, sobre todo para los que no lo hicimos brillantemente, no le vamos a echar toda la culpa a la mala suerte.

Me faltaba una asignatura para terminar los estudios: Matemática Actuarial II. Todo el año para una asignatura. Llegué tarde a la primera clase, aunque el profesor me permitió entrar, después de aceptar mis disculpas. Con las prisas, me senté atrás del todo, en el  primer sitio que vi libre, casualmente al lado de la chica más guapa de la clase. Tenía una de esas caras que parecen esculpidas, el cabello largo, moreno, rizado, aunque se había teñido una mechas de color rojo oscuro.  El cuerpo era para marearse y caerse de culo. Sin embargo, estaba sola. Esto pasa más de lo que la gente se imagina. Supongo que nadie se atrevía a acercarse a ella. Yo lo hice, por casualidad. No me interesaba ligar con ella (acababa de salir de una relación y no tenía ganas de líos) y supongo que notó eso y acostumbrada a sacudirse los moscones, no se sintió "atacada" y bajó las defensas. Intercambiamos apuntes, nos contamos los proyectos (la habían seleccionado para trabajar en una auditoría como becaria nada más terminar los estudios así que ponía en ello todo su interés). No sé como saldrían los suyos; los míos salieron, digamos, distinto de lo que había pensado.

Era una chica amable aunque seria, de hecho, nunca la oí reir. Un día, la clase siguiente a Matemática Actuarial II se canceló (el profesor se puso enfermo). Me ofrecí para llevarla a su casa, y para mí sorpresa, aceptó. Cuando vió el Renault 6L de veinticinco años que había heredado de mi abuelo, puso cara de circunstancias (de circunstancias desfavorables, se entiende). Parecía decepcionada, por decirlo suavemente, aunque, discreta ella, no hizo comentario alguno. En realidad casi no hizo comentario alguno hasta su domicilio en una ciudad-dormitorio al sur de Madrid. Estaba un poco tensa. Bueno, estaba más tensa que un arco de competición. No ayudó a relajar su tensión que el cinturón de seguridad del lado del acompañante no salía de su colgador y tuve que ayudarle a sacarlo, para lo cual tuve casi que subirme encima de ella


Cuando llegamos cerca de su casa me dijo:

- ¿Puedes dejarme aquí? (en un gran avenida): vivo allí enfrente.
- Puedo llevarte hasta tu casa. Doy la vuelta allí delante y...
- No, -me interrumpió- no te molestes..
- ¿Nos vemos el miércoles?.
- Hasta el miércoles.

Nunca supe si no quiso que la llevara hasta su casa porque no quería causar más molestias, o porque no quería que supiera donde vivía, o porque no quería que la vieran llegar en un coche tan viejo (aunque en impecable estado, que mi abuelo en veinticinco años no le había hecho más que 34.000 kilómetros), porque nunca se lo pregunté. ¡La cantidad de información relevante que he perdido a lo largo de mi vida por no preguntar...!
 
Aprobé ese último examen, en sexta convocatoria, junto con otras seis personas. Ahora me doy cuenta que no miré si ella también lo había aprobado. ¿Qué más daba? Al fin y al cabo había perdido su número de teléfono. No volví a saber de ella. Ya ni siquiera recuerdo su nombre y si me cruzara con ella  por la calle, probablemente, no la reconocería. No fue la primera persona cuya compañía aprecié y cuyo rastro perdí. ¡La cantidad de información relevante que he perdido a lo largo de mi vida por no almacenarla adecuadamente!.

No sería el último error de aquel verano: aprovechando el Plan Renove, cambié el Renault 6L por un Nissan Micra. Con lo guay que era aquel "seis latas".

Se parecía a éste, aunque tenía "la color" café con mucha leche (beige claro, para los que sepan francés)



Sniff, Sniff.¡Que recuerdos!

2 comentarios:

  1. ¿Salias de aquella relacion de la que tu futurible suegro todavia se acuerda y cruza la acera del pueblo cuando te ve por la misma?
    Viva lo rancio!!!

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  2. el el garaje de mi casa después de varios cambios de autos tenemos un renault 6 blanco, un poco mas viejos que el de la fotografía, creo que este (estos) carros aparecieron gracias a una orinada que me pegue hay donde apareció el primero bueno ahora tenemos un 6 y esos toman tiempo el cambio y creo que se duplican antes teníamos un 12 y luego logramos dos una chevrolet y una mercedes benz, ocea este 6 quien sabe en que se duplicara. pero es parecido al de la foto, gracias chao.

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