Tengo en casa ahora una invasión de ese pequeño insecto llamado pececito de plata (Lepisma saccharina). Es un insecto difícil de eliminar. El veneno que lo mata, a base de permetrina, no lo quiero en mi casa porque temo por mis hijas. Para eliminar este insecto hay que estudiar las razones por las que está en mi casa y eliminar esas razones. El Lepisma saccharina necesita humedad, la temperatura correcta, un lugar para esconderse (porque no soporta la luz) y una fuente de alimento. En casa, lo encuentro en los cuartos de baño (donde hay mucha humedad y grietas por su estado de deterioro) y entre los libros y papeles amontonados en mi despacho (porque a estos insectos les encanta el papel y el pegamento que se usa para encuadernar). En definitiva, tengo estos bichitos en casa, por falta de orden y de limpieza.
A la espera de que un contratista renueve en Septiembre mis cuartos de baño, mientras limpio y guardo mis libros en contenedores de plástico sellados recuerdo lo que Malcom Gladwel dice en su libro "The Tipping Point: How little things can make a Big Difference". Que una comunidad no se degrada porque de repente la droga y la delincuencia se apoderan de ella. Una comunidad comienza a degradarse el día en que se dejan de cuidar los parterres y los jardines, se consiente que la gente arroje papeles o cigarrillos en la calle, se permite que los chicos hagan pintadas en las paredes y no se reparan los cristales rotos. El delincuente percibe estos síntomas de degradación y sabe que si los miembros de una comunidad no se atreven a decir a un niño que come pipas en la calle que no arroje las cáscaras al suelo, mucho menos se atreverán a impedir que un adulto, agresivo y armado, asalte una joyería a plena luz del día.
Mi abuelo decía que quien no cuida de lo suyo, merece perderlo. Por eso hoy recojo mis libros para protegerlos y limpio mi casa para mostrar a esos insectos plateados que se acabaron el desorden y la suciedad y que su vida será más dífícil a partir de ahora. Desde mañana, además, adecentaré mi jardín y mi trozo de acera. Y pasearé cada día una hora por mi barrio (así hago además ejercicio), con una bolsa en la mano, recogiendo la basura que otros arrojen. Así, si pasare casualmente, algún delincuente por la calle, sabrá que en este barrio cuidamos de nuestras cosas y que, por lo tanto, su oficio será más difícil aquí. Porque para acabar con la delincuencia, más que la heroicidad de enfrentarse al delincuente, se requiere la persistencia en cuidar de pequeños detalles que muestran que las cosas, las personas, las calles, los barrios, las ciudades y los países tienen quien los quiere y quien está dispuesto a cuidarlos, un poquito, TODOS LOS DÍAS.
Tengo a Lepisma saccharina en mi casa desde que tengo uso de razón. La verdad es que no es necesario que una casa esté sucia y desordenada, como tú dices, para que se asienten. En mi caso sólo los he visto en uno de los cuartos de baño. De vez en cuando veo alguno, pero se mete rápidamente en una grieta que hay entre la pared y el suelo. Supongo que se alimentan de la celulosa del papel higiénico y viven en las grietas porque son lucífugos, como tú dices. Por esa misma razón son tan difíciles de ver.
ResponderEliminarYo creo que están desapareciendo porque hace meses que no los veo, además no los tengo en ninguna otra parte de la casa y no se alimentan de mis libros.. Quizás por eso me resulta tan raro ver que hay gente que los quiera eliminar de su casa. Yo he convivido con los pececillos de plata desde siempre y no me desagradan, de hecho me resultan simpáticos.
Aun así, suerte con lo tuyo ;)
He caido en este Blog por casualidad, estaba buscando información sobre el Lepisma Saccharina ya que es el protagonista de un cuento que estoy escribiendo. Veo que sobrevaloras la posesión y la propiedad privada, hablas de tu barrio y de tus objetos, ¿realmente crees ser dueño de algo?. Hablas de invasión de los Lepismas en tú propiedad, ellos llevan más 400 millones de años habitando el planeta, datan del Paleozoico, ¿cuantos llevamos nosotros?¿quién invade a quién?.Hablas de que la gente que hace grafittis son delincuentes, ¿acaso pintar en las paredes no es la forma más primitiva de arte que existe?. A mi también me gusta cuidar del entorno en el que vivo, por eso trato de poseer el mínimo numero de objetos posibles, porque para la fabricación de cado uno de ellos se destruye un poquito más este ecosistema, sostenibilidad y minimalismo. Trato de mirar siempre primero en mi interior que conductas puedo cambiar para pasar un poco más desapercibido y que mi influencia en esta destrucción acelerada del planeta sea mínima. Trato de no caer en ese autoengaño de emitir juicios de valor continuamente para no verme a mi mismo.
ResponderEliminarYo no me preocuparía por los Lepismas, te ayudan a limpiar el baño, pués se alimentan de tu piel y tu cabello. No pican, no muerden, no transmiten enfermedades. A tus hijas no les va a pasar nada por convivir con ellos, quizá si les pase si empiezas a rociar tu casa con productos químicos o si las llevas al McDonals a comer hamburguesas.
Esa bolsa de talentos que buscas, tal vez, la encuentres cuando la dejes de buscar.
Hola innTuYendo. Gracias por tu comentario,
EliminarMe encantaría leer ese libro que escribes. Quizá aumentaría mi simpatía por esos graciosos animalillos que a mi esposa tanto desagradan.
Veo que eres una persona con inquietudes a juzgar por las muchas influencias del pensamiento que expresas en tu comentario y que van desde el pensamiento social, a la ecología y hasta el budismo.
No puedo utilizar toda la información que me das sobre mí mismo, por considerarla imprecisa, pero agradezco mucho tu frase final, que me deja pensativo. Lo tendré en cuenta.
hola! yo he escrito en el otro post también...mi razón para querer eliminarnos, es que me parecen sucísimos y asquerosos, las arañas que entran de fuera no las mato...pero éstos suben por las cañerías y tuberías, de dónde créeis que vienen? de las cloacas y alcantarillado joer. Me gusta tener mi casa como el quirófano de un hospital si puedo, soy así...y no os imagináis lo que es encontrarte uno correteando por la vitro, debajo del estropajo en el fregadero o escondido en el microondas, o encima del lavabo dónde pongo mis lentillas o la pasta de dientes...me dan desde calambres hasta sudores fríos, pasando por escalofríos varios. Por eso lucho contra ellos, porque sufro con ellos de algo llamado fobia, cosa que con otros insectos, aunque me disgusten, no me pasa. Así que, una de dos, o hago terapia especializada, o encuentro la manera de poder vivir sin ellos para ser feliz.
ResponderEliminarLos lepismas no transmiten enfermedades ni las provocan, no muerden ni pican y no he oído jamás que hayan provocado alergia alguna. No son, por lo tanto, un problema en sí mismos.
EliminarCreo que tener tu casa como un quirófano de hospital podría ser hasta contraproducente, como ocurre en los quirófanos donde, con frecuencia, se descubren cepas de bacterias multirresistentes.
Por último, las fobias son el resultado de procesar adecuadamente una información inadecuada. Desde el punto de vista de la higiene o de la transmisión de enfermedades, hay más razones para temer a una mosca o a un mosquito que a una araña o a un lepisma.
a ver, cuando hablo de quirófano de hospital es una metáfora exagerada que tampoco soy una loca de la limpieza, que hay días que ni hago la cama jajaja pero sí me gusta tenerlo todo bajo control en ese sentido...me dan muchísimo asco, no puedo evitarlo. No les tengo miedo, sé que no pueden hacerme nada. Pero eso no quita que me produzcan repulsión y repelús. Lo mismo que hay gente que las serpientes les dan asco y a mí me gustan...pues cada uno tiene sus movidas mentales.
Eliminar