sábado, 23 de marzo de 2013

279. Cada vez más tontos

Desde hace décadas, somos cada año más listos, pero la tendencia está empezando a decaer. El punto de inflexión se produjo en algún momento en los años 80. Hasta ese momento, el crecimiento de la media del Cociente de Inteligencia  (CI) en los países desarrollados era en torno a 3 puntos por decenio. Pero entre 1980 y 1990, el incremento cayó a 2 puntos, y en el periodo entre 1991 y 2000 volvió a caer a 1,3 puntos e incluso, a partir de 1998 y hasta 2004, se produjo un ligero descenso del CI. No conozco el estudio sobre la década de 2001 a 2010, pero me da en la nariz que es posible que los resultados muestren una caída neta del CI de los países desarollados.

¿Por qué está ocurriendo esto?

Según algunos autores, hay varios factores que influyen en este desarrollo:

- La llegada masiva de inmigrantes procedentes de países con un CI medio inferior.
- El uso y abuso de determinados productos químicos venenosos.
- El hecho de que las parejas más inteligentes tienen, de media, menos hijos que las parejas con un CI más bajo. De ahí que el número de personas con una inteligencia suficiente para entender su entorno sea cada vez menor (peligrosísimo en una democracia).

Pero también hay factores sociales tales como el embrutecimiento de la cultura juvenil. Los jóvenes utilizan demasiado el ordenador, habitualmente para jugar o chatear con los amigos, escribiendo en un lenguaje de bajo nivel, lleno de abreviaturas, faltas de ortografía, incorrecciones gramaticales e insultos,  en lugar de leer para aprender a escribir correctamente. Hay que tener en cuenta que el conocimiento del lenguaje tiene una influencia enorme en el desarrollo intelectual y también en la calificación que obtienes en la prueba de inteligencia

Creo que es importante que los jóvenes lean, que lean mucho. Que formen con sus amigos clubes de lectura para intercambiar sus impresiones. Porque una sociedad que no lee es una sociedad embrutecida y peligrosa.

Al salir de la biblioteca y cruzar la plaza de la iglesia, no puedo evitar sentir el temor de que ese chaval, sentado en el respaldo del banco, trasegando güisqui barato con cola, cubierta la cabeza con la capucha y jugando a mirar a los transeúntes con cara de malo, no habrá leído a Dostoievsky por lo que el día que lleguen a un pueblo sin fonda, nunca podrán hacer noche en casa de señoras respetables.

- Me podrías recitar de memoria una poesía.
- Jijijajajaja. Vete de aquí, pringao.
- No, en serio.
- Espera, yo me sé una, dice la chica:

Tu que eres buen poeta,
y bellos versos compones...

- No me digas más, ¿Cernuda?
- Cernuda, tu p. madre, vete de aquíiiii... que te meto..

sábado, 9 de marzo de 2013

278. La solución

Hace una semana planteaba un problema. El problema consistía en un dibujo de un depósito cilíndrico y un grifo que arroja agua al mismo. La pregunta a resolver era la siguente: ¿Cuánto tarda en llenarse este depósito?

Hace un mes hablé con un amigo, profesor de física de un instituto:

- Si le pusieras este ejercicio a tus alumnos de primer curso en un examen ¿crees que lo sabrían resolver?
- Yo creo que no...
- ¿Por qué?

Y su respuesta me dejó con la boca abierta:
- Porque le faltan datos. Sin saber cuantos litros por segundo emite el grifo y la altura y el radio del depósito no podrán resolver el problema.

- "¡Justo, Justo! Tenemos un poblema"

Sin embargo, no face falta ningún dato adicional:
El resultado del problema ha de ser expresado en tiempo (por ejemplo, en minutos) y será el tiempo que se tarda en llenar un depósito cilíndrico de diametro D, medido en metros, y altura h, medida en metros, cuando se llena con un grifo que emite k litros por segundo. La decisión de elegir éstas u otras medidas de longitud, capacidad o tiempo queda a criterio del alumno.
 
En primer lugar, se calcula el volumen del depósito. El volumen en metros cúbicos del depósito es el resultado de multiplicar la superficie del fondo del depósito por la altura. Como el fondo del depósito es un círculo, su superficie es Pi*(D/2)^2 metros cuadrados y el volumen del depósito es de h*Pi*(D/2)^2 metros cúbicos. Para homogeneizar las dimensiones con las del flujo del grifo, sería conveniente que el volumen estuviera en litros. Dado que un litro equivale a un decímetro cúbico y un metro cúbico equivale a 1000 decímetros cúbicos, podríamos decir que el volumen del depósito es de 1000h*Pi*(D/2)^2

En segundo lugar, se calcula el tiempo de llenado del depósito dividiendo el volumen del depósito en litros por el flujo del grifo medido en litros por segundo. El resultado, expresado en segundos, es el siguiente:
(1000h*Pi*(D/2)^2)/k. Y como queríamos el resultado en minutos, y cada minuto tiene sesenta segundos, bastaría por dividir la fórmula anterior por 60 para obtener el resultado definitivo de (1000h*Pi*(D/2)^2)/60k.

Ésta es una respuesta perfectamente válida a este problema y, como podéis ver, no requiere de dato adicional alguno.

Cuando enseñamos matemática a nuestros hijos, les tratamos como si fueran bobos, o para mejor decir, partimos de la idea de que son incapaces de resolver problemas complejos si no se los planteamos, primero, con todos los datos y nada más que los datos que necesitan para resolverlos y, segundo, estructurados en sencillas etapas para que no se pierdan por el camino. O sea, en una manera que jamás se encontrarán en la vida real.
Si queremos que los niños aprendan matemática de verdad y con agrado, lo mejor es ayudarles lo menos posible, presentarles situaciones de la vida real, dejar que planteen el problema ellos y que busquen la manera de resolverlo. Porque el proceso de la matemática, según Conrad Wolfram, consiste en cuatro pasos:

1. Plantear la pregunta correcta.
2. Transformar un problema del mundo real en una fórmula matemática.
3. Hacer el cálculo.
4. Comprobar que el resultado tiene sentido en el mundo real.

Cuando enseñamos matemática a los niños, nos enfocamos en el punto tres, es decir, en que aprendan a hacer cálculo. Esto no deja de ser una tontería, porque los cálculos los hacen los ordenadores más rápido y de forma más precisa que cualquier humano, por muy entrenado que esté. Por eso, en la enseñanza de la matemática, nos deberíamos enfocar en lo que los ordenadores no pueden hacer (de momento) que son los pasos 1, 2 y 4. Si nos empeñamos en que los chicos se involucren en el cálculo, quizá sería más útil que aprendieran a programar para hacer algoritmos que resuelvan el cálculo. De esa forma, la matemática no solo será mucho más divertida sino, además, un ejercicio verdaderamente intelectual.

sábado, 2 de marzo de 2013

276. Crisis, ¿qué puedo hacer yo?: Creatividad empresarial

En uno de los sitios donde más se ve la crisis es en las calles y centros comerciales. Se puede ver muy bien porque muchos locales se están quedando vacíos. Un local vacío en una calle donde hay muchos locales vacíos es mucho más difícil de alquilar que un local en una calle llena. Un local vacío, es como un agujero negro que no solo no produce rentabilidad para su propietario sino que se traga la imagen de los locales próximos. Porque la gente prefiere ir a comprar a las calles o centros comerciales en la que hay una mayor variedad de tiendas. No porque vayan a comprar en todas las tiendas, que al fin y al cabo, la gente sigue sin tener un duro, sino porque hay más variedad y se entretiene uno más mirando un escaparate vestido que uno desnudo.

En los Países Bajos, Dion Pouw de 31 años ha identificado este problema y ha pensado en una solución. Para eso están los empresarios. Al fin y al cabo, ¿qué es ser empresario sino identificar un problema y ganar dinero con la solución? (Esto, por cierto, es lo que distingue la creatividad empresarial del resto de creatividades. La creatividad empresarial consiste básicamente en ideas más o menos innovadoras que sirven para ganar dinero.

Vuelvo al señor Pouw. Evidentemente, Dion Pouw es consciente de que el problema de los locales vacíos no se puede solucionar a corto plazo pero, por lo menos, se puede disimular. Al fin y al cabo, la economía tiene más de psicología que de matemática y, por lo tanto, una forma de estimular el crecimiento económico es dar la sensación de que existe crecimiento económico.

Su idea es crear unas pegatinas tridimiensionales que, pegadas sobre el escaparate, dan la sensación de que la tienda no está vacía, sino como cerrada por vacaciones o descanso del personal. Evidentemente el truco se ve a poco que te acerques, pero la sensación desalentadora de una calle con la mitad de los locales vacíos desaparece del inconsciente de inmediato si los escaparates están decorados así. Este "disfraz", tiene además la virtud de dar a los posibles inquilinos una idea del potencial del establecimiento con lo cual, el local se alquila más rápidamente.

Dion Pouw dice que estos diseños pueden utilizarse además para edificios en construcción o para decorar el interior de túneles de metro pero que, de momento, con tanto local vacío, tienen trabajo de sobra.

Eso sí, me pregunto si esta empresa sobrevivirá a la recuperación económica, dentro de diez o quince años, cuando todos los locales estén llenos de nuevo.

Su página web es http://windowdressing.nl/ y tiene una versión en "castellano" que es evidente que no la ha traducido alguien de Castilla.