Mathias Helsen, un chaval belga de 15 años participará como relevista en el transporte de la llama olímpica hasta Londres. Esto, en principio, es absolutamente irrelevante. Mathías es un muchacho normal, anónimo, un relevista más. Pero este chico es noticia. No por él sino por ser nieto de quien es.
El abuelo de Mathías es Eugène van Roosbroeck, un belga de 84 años (también muy conocido en su casa, sobre todo a la hora de comer). El señor Roosbroeck es probablemente uno de los pocos (si no el único) campeones olímpicos vivos de la edición de los Juegos Olímpicos que se celebró en Londres en 1948. Fue campeón de ciclismo, medalla de oro, solo que nunca dieron la medalla.
Cuenta el señor van Roosbroeck que en su pueblo, Noorderwijk nadie sabía de su participación en los Juegos Olímpicos. La guerra mundial había terminado hace pocos años y la gente tenía otras cosas en que ocuparse (cómo iban a comer ese día, por ejemplo). El equipo de ciclismo de Bélgica lo formaban Lode Wouters, Leon De Lathouwer, Liévin Lerno y Eugène Van Roosbroek. Fueron hasta Ostende en tren y desde allí en barco hasta Londres y de allí en tren hasta Birmingam, llevando en todo momento su bicicleta a cuestas y su propia comida. En Birmingan se alojaron en cuarteles del Ejército del Aire. Los atletas belgas habían llegado el día anterior y les hicieron un sitio. "Entonces organizaban los Juegos Olímpicos los nobles y no se preocupaban mucho de los atletas. Ahora los atletas son vedettes, entonces eramos unos pringados."
Al día siguientes recorrieron 192 kilómetros en bicicleta y Eugène ganó la carrera. En la meta, no había ni una pancarta, ni podio de honor...ni medalla. Todo fue tan rápido que no se acordaba de los detalles. Hasta que hace cinco años recibió un DVD con las imágenes y entonces lo recordó todo. Y decidió reclamar su medalla y Jacques Rogge le dió una copia hace tres años... más de 60 años después de su victoria.
En su pueblo nunca se creyeron lo de que fue campeón olímpico y no se si recibir la medalla a estas alturas de la vida le compensa de las burlas que sin duda sufrió por este asunto. Pero bueno, supongo que más vale tarde que nunca.
El abuelo de Mathías es Eugène van Roosbroeck, un belga de 84 años (también muy conocido en su casa, sobre todo a la hora de comer). El señor Roosbroeck es probablemente uno de los pocos (si no el único) campeones olímpicos vivos de la edición de los Juegos Olímpicos que se celebró en Londres en 1948. Fue campeón de ciclismo, medalla de oro, solo que nunca dieron la medalla.
Cuenta el señor van Roosbroeck que en su pueblo, Noorderwijk nadie sabía de su participación en los Juegos Olímpicos. La guerra mundial había terminado hace pocos años y la gente tenía otras cosas en que ocuparse (cómo iban a comer ese día, por ejemplo). El equipo de ciclismo de Bélgica lo formaban Lode Wouters, Leon De Lathouwer, Liévin Lerno y Eugène Van Roosbroek. Fueron hasta Ostende en tren y desde allí en barco hasta Londres y de allí en tren hasta Birmingam, llevando en todo momento su bicicleta a cuestas y su propia comida. En Birmingan se alojaron en cuarteles del Ejército del Aire. Los atletas belgas habían llegado el día anterior y les hicieron un sitio. "Entonces organizaban los Juegos Olímpicos los nobles y no se preocupaban mucho de los atletas. Ahora los atletas son vedettes, entonces eramos unos pringados."
Al día siguientes recorrieron 192 kilómetros en bicicleta y Eugène ganó la carrera. En la meta, no había ni una pancarta, ni podio de honor...ni medalla. Todo fue tan rápido que no se acordaba de los detalles. Hasta que hace cinco años recibió un DVD con las imágenes y entonces lo recordó todo. Y decidió reclamar su medalla y Jacques Rogge le dió una copia hace tres años... más de 60 años después de su victoria.
En su pueblo nunca se creyeron lo de que fue campeón olímpico y no se si recibir la medalla a estas alturas de la vida le compensa de las burlas que sin duda sufrió por este asunto. Pero bueno, supongo que más vale tarde que nunca.