miércoles, 18 de mayo de 2011

193. Sobre la educación

Hace unos días escuché a un pedagogo y psicólogo decir en una conferencia que hay cuatro maneras de educar, en función de la combinación del afecto y el control.

(Nota: Como no soy políticamente correcto, me niego a esa chorrada de decir "papá y mamá" y "los niños y las niñas". Digo mamá y digo niño. Me parece equitativo, ni que decir tiene que hablo de roles paternos y roles filiales. Que cada uno entienda lo que pueda.

Caso primero: Educación con afecto y sin control.

Mamá "quiere mucho a su niño" y como lo quiere mucho, su niño puede hacer lo que quiere y tiene todo lo que quiere incluso antes de que pueda desearlo. Tenemos un hijo que tiene a su mamá como amable servidora de su deseo. El resultado es un niño desagradecido, permanentemente insatisfecho y tirano, en busca permanente de los límites que no le ponen en casa, probando siempre hasta donde puede llegar sin que lo castiguen, a sabiendas de que mamá desautorizará "porque lo quiere mucho" a cualquiera que pretenda ponerle rienda.

Caso segundo: Educación sin afecto y con control.

Mamá no quiere a su niño sino a su comportamiento y su prestación y lo tiene controlado en todo. Mamá sólo está satisfecha cuando el niño cumple a rajatabla las normas impuestas. No hay nunca recompensas por los aciertos ("al fin y al cabo no haces sino lo que debes, ¿por qué tengo que premiarte?) y siempre hay castigos por los errores. El resultado es un niño "bueno" y complaciente. Un niño dispuesto a hacer literalmente "cualquier cosa" con tal de que lo quieran. Un niño apocado, con miedo al fracaso, que acepta chantajes emocionales y es víctima potencial de abusos por parte de sus coetáneos y de los adultos. Es el niño que aguantará en silencio los abusos por miedo a la reacción de su mamá.

Caso tercero: Educación sin afecto y sin control.


Mamá  pasa del niño como de comerse una mierda. El niño hace y deshace lo que le place y su mamá se lo consiente con tal de que no le moleste mientras está ocupada en sus cosas. De vez en cuando recibe castigos que están más relacionados con la frustración de mamá que con el comportamiento del niño, con lo cual, realmente el niño no sabe muy bien lo que está bien y lo que está mal pues puede ser castigado o premiado por una acción y por la contraria. El resultado es un niño cabrón (ustedes disculpen la expresión, quise decir, el líder negativo que se llama ahora) que abusa de sus compañeros, insulta a los profesores, se pelea, falta a clase y mamá ni se entera hasta que un día es llamada por el director del colegio o la policía se presenta en su casa con una citación para el Tribunal de menores.

Caso cuarto: Educación con afecto y con control.

Mamá escucha, entiende, ama y acepta a su hijo tal como es. Le marca pautas a seguir y le enseña a asumir las responsabilidades adecuadas a su edad, así como a aceptarse a sí mismo y a pedir ayuda ante las situaciones difíciles. El niño no abusa de nadie ni consiente que nadie abuse de él. Tiene un buen concepto de sí mismo pero no es arrogante. Es líder, aunque no por imposición ni violencia, sino por entusiasmo y ejemplo. Es el niño que haría sentirse orgullosa a la mayoría de las madres. Desafortunadamente la mayoría de las madres no está dispuesta a dedicar el tiempo, ni la paciencia, ni el afecto que necesita un niño así, ni tienen el coraje y la determinación necesarias para no dejarse arrastrar por la corriente de una sociedad sin valores. El resultado es una semilla de hombre; de ese hombre que Rudyard Kippling imagino en su poema "If", cuya traducción (libre, para hacerla rimar en castellano) incluyo a continuación.


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida;
si en ti mismo tienes una fe que te niegan
y nunca desprecias las dudas que ellos tengan;
si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas más odio que el odio que te tengan...
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres;
si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano;
si tropiezas con el triunfo, si a la cumbre llega tu derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma;
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado;
si vuelves al comienzo del trabajo perdido,
aunque esta obra dure toda tu vida;
si arriesgas al momento y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era;
Si logras que nervios y corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas;
si hablas con el pueblo y guardas tu virtud;
si marchas junto a reyes a tu paso y tu luz;
si nadie que te hiera llega a hacerte una herida;
si todos te reclaman, y ninguno te precisa;
si llenas un minuto envidiable y certero
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
toda esta tierra será de tu dominio
y aún mucho más, serás hombre, hijo mío.
 
Y aquí el original, en mi opinión, más bello, para los que sepan inglés.
 
If you can keep your head when all about you Are losing theirs and blaming it on you, If you can trust yourself when all men doubt you But make allowance for their doubting too, If you can wait and not be tired by waiting, Or being lied about, don’t deal in lies, Or being hated, don’t give way to hating, And yet don’t look too good, nor talk too wise: If you can dream–and not make dreams your master, If you can think–and not make thoughts your aim; If you can meet with Triumph and Disaster And treat those two impostors just the same; If you can bear to hear the truth you’ve spoken Twisted by knaves to make a trap for fools, Or watch the things you gave your life to, broken, And stoop and build ‘em up with worn-out tools: If you can make one heap of all your winnings And risk it all on one turn of pitch-and-toss, And lose, and start again at your beginnings And never breath a word about your loss; If you can force your heart and nerve and sinew To serve your turn long after they are gone, And so hold on when there is nothing in you Except the Will which says to them: “Hold on!” If you can talk with crowds and keep your virtue, Or walk with kings–nor lose the common touch, If neither foes nor loving friends can hurt you; If all men count with you, but none too much, If you can fill the unforgiving minute With sixty seconds’ worth of distance run, Yours is the Earth and everything that’s in it, And–which is more–you’ll be a Man, my son!
–Rudyard Kipling
 












1 comentario:

  1. El problema añadido es que esa madre que no dedicará el esfuerzo, el afecto y la paciencia a la última opción, luego culpará a los demás de que el niño le salga un auténtico cabrón.

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