lunes, 8 de febrero de 2010

154. ¿Y esto qué es? (1). La solución: Rhino horn

Y por fin, toca desvelar el misterio. Dado que no he contestado inmediatamente a "anónima de siempre", os podéis imaginar que era porque ella estaba "caliente, caliente". (Kikás, que no es eso que estás pensando).
Pues sí, ha tenido que venir una mujer a este diario para poner un poco de racionalidad. El objeto que se muestra es un aplicador nasal que se utiliza para realizar lo que se conoce como lavado nasal.

El procedimiento es el siguiente: se llena el aplicador de agua tibia, se añade una cucharada de sal marina, se remueve bien, se aplica el pitorro a una de las fosas nasales y se inclina la cabeza hacia el lado contrario, y se mantiene en esta posición hasta que todo el agua ha salido por la otra fosa nasal. Al final, se suenan las narices para evitar que quede agua retenida.

El resultado son fosas nasales limpias de polvo y de polen. Se ha demostrado que este lavado nasal es muy efectivo en la prevención y tratamiento de la sinusitis además de proporcionar alivio en la alergia al polvo y al polen.

Podéis ver una demostración del uso de este curioso artilugio aquí:
Y podéis adquirirlo aquí:

Eso sí, cuando me visite el Jevy, le serviré agua en el Rino horn y a Gonzalo, vino de Rioja. Lo que no sé es lo que va a hacer Kikás.

4 comentarios:

  1. ¿Pero lo lavarás antes de servirme el vino?

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  2. Nada, nada, con echar un poco de clarificador, los posos son algo propio... Además, si vives en zona contaminada, lo mismo en tu nariz se forman sulfitos, muy buenos para eso del vino. Si era bueno hacer el vino pisando la uva (con pies no siempre muy desinfectados que aportaban buenas bacterias al proceso...) ¿por qué no va a ser bueno que el vino pase por un proceso nasal? ¿No dicen los expertos que "vino en nariz de gran expresión", etc.? Si Parker se pasa el vino por la nariz, ¿Por qué los demás no lo vamos a hacer?

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  3. Ya decía yo que se parecía al chirimbolo aquel.

    Eso sí, el que venía con el producto que me recetó el médico tenía una forma que, ahora lo diré con sinceridad, yo pensé que era un dildo para hobbits con ángulo de 45 grados en la parte del aplicador propiamente dicha. Daba como impresión. Y además rosita claro, que ya podían haberlo hecho de otro tono.

    En este al menos se han currado el diseño un poco más para evitar asociaciones demasiado obvias (y así y todo...)

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  4. Oye, oye, que yo te voy a visitar el mes que viene, no me jodas que cancelo el viaje

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