El domingo pasado, 5 de julio, tras caminar durante una hora, guiado por mi GPS, por todo el centro de Leiden (Países Bajos) en busca del aparcamiento donde había dejado mi automóvil, con dos bebés en los brazos y con una niña de seis años lánguida, casi arrastrándose, a dos pasos detrás de mí, tuve la siguiente conversación con Eva, la mujer que pone voz al GPS de Tom Tom, N.V.
- "Dentro de cincuenta metros, gire a la derecha".
- "Cállate, zorra, o te tiro al canal". (Yo no suelo hablar así y menos a un GPS, pero estaba ya desesperado).
Cinco minutos después, tras preguntar a una señora, estaba sentado en mi coche aguantándome las ganas de llorar de pura rabia. Las bebés no se las aguantaron. Eva seguía gritando órdenes:
- "Gire a la derecha". (A la izquierda, la rampa de bajada al piso inferior; a la derecha, la pared)
- "Si, claro, ¿qué te crees que es esto? ¿el batmovil?"
Mi mujer me compró un GPS, para que no discutiera con ella cuándo íbamos de viaje y había que consultar un mapa. Ahora discuto con Eva. Mi mujer, sin embargo, se entiende bien con ella: supongo que porque cada vez que seguía las indicaciones de Eva me encontraba de frente a una tienda de moda.
Voy a cambiar a Eva por Roberto. Por lo menos, cuando él diga "a la derecha", será un bar. Y me tomaré una cerveza, y entonces Roberto me dirá que a cien metros hay una comisaría de policía. y no me tomaré la segunda caña, que hay que conducir. Eso es un amigo. Y no esta pécora de Eva.
- "Dentro de cincuenta metros, gire a la derecha".
- "Cállate, zorra, o te tiro al canal". (Yo no suelo hablar así y menos a un GPS, pero estaba ya desesperado).
Cinco minutos después, tras preguntar a una señora, estaba sentado en mi coche aguantándome las ganas de llorar de pura rabia. Las bebés no se las aguantaron. Eva seguía gritando órdenes:
- "Gire a la derecha". (A la izquierda, la rampa de bajada al piso inferior; a la derecha, la pared)
- "Si, claro, ¿qué te crees que es esto? ¿el batmovil?"
Mi mujer me compró un GPS, para que no discutiera con ella cuándo íbamos de viaje y había que consultar un mapa. Ahora discuto con Eva. Mi mujer, sin embargo, se entiende bien con ella: supongo que porque cada vez que seguía las indicaciones de Eva me encontraba de frente a una tienda de moda.
Voy a cambiar a Eva por Roberto. Por lo menos, cuando él diga "a la derecha", será un bar. Y me tomaré una cerveza, y entonces Roberto me dirá que a cien metros hay una comisaría de policía. y no me tomaré la segunda caña, que hay que conducir. Eso es un amigo. Y no esta pécora de Eva.
LY siempre fue mas glamouroso que mi terruño, Primitivolandia. Por ello, mi GPS no se llama Eva, nombre de Hembra rotunda, sino Milagritos.
ResponderEliminarCon alguien con un nombre como Milagritos es imposible enfadarse. Me parecería impresentable e incluso podría atentar contra el buen gusto, la decencia y la hombria.
Por ello, en vez de cambiar la configuración del GPS (Cosa dificil para cualquiera con más de 15 años) ¿Por qué no pruebas a cambiarle el nombre? Seguramente lo agradecerías
Pues me quedo con Roberto que me entiende mejor. Además Milagritos no es nombre de GPS sino de casera de renta antigua.
ResponderEliminar- Paco, sal. Que ha venido Doña Milagritos a cobrar los diez euros del alquiler.
Tu sabras. Le intentarás cambiar los settings al GPS. Lo harás mal y te comenzará a hablar Boris Izaguirre en Armenio, y te vas a joder, porque te va a llevar a un Pub Gay de tios en cueros negros (Que no de tios negros en cueros)y no te vas a enterar hasta que estés dentro
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