martes, 14 de julio de 2009

C´est dommage!

En una farmacia en el Sur de Francia.

- Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?
- Buenos días, señora. Me gustaría comprar crema espermicida.

La dependienta se marcha. Conversa con otra dependienta. Me miran. Vuelven a conversar. La dependiente regresa.

- ¿Usted conoce el tipo de crema que utilizan?
- No señora. Es una crema espermicida para utilizar en combinación con un método de barrera. Es como un preservativo pero femenino.
- Un diafragma.
- Sí, será eso. Más no sé. Es mi mujer quien lo organiza todo.

Vuelve a marcharse. Más conversaciones. Más miradas. Sonrío. Regresa. Teclea algo en el ordenador. Un tubo escupe una cajita.

- Mire, crema no tenemos pero tenemos estos óvulos. Son muy sencillos de utilizar. Basta con introducirlos en la vagina cinco minutos antes de los "encuentros" y ya está.
- O sea, que si hemos decidido que sí, que toca "encuentro", el óvulo adentro, cinco minutos de espera y luego, "nos encontramos". (Entonces me doy cuenta de que suena a pitorreo y noto que me estoy ruborizando).
- (Sonrisa amable por la comisura derecha, un par de leves soplidos... Vamos que se estaba aguantando para no descojonarse en mi cara). Exactamente.
- Me parece muy complicado, casi mejor nos "encontramos" cuando volvamos a casa.
- (Sonrisa amable. Más soplidos) Pero eso sería una pena, ¿no?, ahora que están de vacaciones. Ande, lléveselo, léase bien las instrucciones y disfrute de sus "encuentros".
- Está bien, me lo llevo.

Con mi paquetito de óvulos espermicidas en el bolsillo, antes de subir al coche, alcanzo a oir la carcajada de las dependientas. Y me pregunto, si el atrevimiento y el buen humor que hay en las boticas francesas contribuye a que, como dicen las encuestas, Francia sea el país en el que más "encuentros" per capita se producen.

domingo, 12 de julio de 2009

El atasco y el G-8

Después de un accidentado viaje de más de diecisiete horas, por haber estado en un atasco de seis horas entre París y Orlèans, estoy en un encantador pueblecito en el suroeste de Francia que se llama Saint Julien en born. Aquí puedo disfrutar de una enorme tranquilidad gracias a una especie de toque de queda democrático (es lo que tiene que la mayoría de los veraneantes en este camping sean holandeses y alemanes) que hizo que mi paseo de anoche con mi mujer a eso de las doce de la noche haya tenido el encanto de lo clandestino. Hacía mucho que no le susurraba al oído la posición de las estrellas en el firmamento y los nombres de las constelaciones. Entre otras cosas porque donde vivo el ruido hace imperceptibles los susurros y las farolas ocultan las estrellas los días que no está nublado.

El viaje ha sido laaaaargo. Después de salir a las 4.45 de la mañana de ayer teníamos previsto llegar a las 4 de la tarde. El itinerario normal es de nueve horas y media y nos parecía normal realizarlo en once. Pero diecisiete horas...no es normal.

El viaje me ha hecho consciente de varias cosas:

1. Que a juzgar por la cantidad de gente que se va de vacaciones, la crisis no debe de ser tan mala como dicen. Una señora con la que conversé en una de mis paradas me dijo que había intentado reservar un hotel en la costa mediterránea española y que le había sido imposible.

2. Que lo de que "l'Áfrique commence aux Pyrénees" debe de ser verdad aunque no está claro si del lado Norte o del Sur.

3. Que el éxodo marroquí se sigue produciendo pero las cosas son ahora distintas que hace diez años, cuando hice este viaje por primera vez. Entonces utilizaban furgonetas desvencijadas cargadas hasta los topes, con el colchón atado a la baca con una cuerda. Ahora sus vehículos son equiparables a los del europeo medio y tienen un contenedor en la baca para guardarlo todo. Se les distingue sólo porque la mujer no conduce y tiene la cabeza cubierta.

4. Que las infraestructuras de las "Aires" (áreas de descanso), con contadísimas excepciones, siguen siendo insuficientes porque falta personal para mantenerlas en condiciones de usabilidad. No soy especialmente exigente, que he hecho el servicio militar en Cáceres, pero servicios sin papel higiénico, plagados de moscas, en los que el suelo está cubierto de una capa de líquido amarillento de un dedo de espesor y cuyas puertas no pueden cerrarse está muy por debajo de lo aceptable.

En la radio escuché que el G-8 ha propuesto el objetivo de que la temperatura media de la tierra en el 2050 sea de dos grados por encima de la que había cuando comenzó la revolución industrial. Dado lo que he visto en el día de ayer en las carreteras francesas, las cosas tienen que cambiar mucho para que alcancemos ese objetivo.

jueves, 9 de julio de 2009

El síndrome de la clase turista y el alcalde Pantaleón.

Como tengo intención de realizar un viaje largo en automóvil me preocupa sufrir el "síndrome de la clase turista", ya que, aunque este término fue acuñado para describir la relación entre el pasajero que viaja apretadito en un avión (especialmente en vuelos de más de cinco horas) y la trombosis venosa, en realidad un episodio de trombosis venosa puede ocurrir en cualquier persona con dificultades circulatorias en cualquier situación de inmovilidad (sea en viaje de avión, de autobús, de tren o bien trabajando ocho horas de telefonista en un call center o de administrativo en una empresa de contabilidad en semana de cierre contable).

Médicos y expertos en salud recomiendan hidratarse suficientemente, evitar el alcohol y el café y moverse de vez en cuando. Evidentemente estas recomendaciones pueden ser más difíciles de llevar a cabo viajando en avión que en cualquier otro medio de transporte: el autobús para cada dos horas, en el tren hay sitio para poder estirarse y puedes dar un paseíto hasta la cafetería, si viajas en automóvil puedes parar cuando quieras. Pero en avión, ¡ay!, casi no te puedes mover.

Yo invitaría a las compañías aéreas a poner cada hora a todo volumen por los altavoces la cancioncilla del alcalde Pantaleón, que las azafatas muestren la coreografía (no difiere mucho de enseñar como utilizar la mascarilla o el chaleco salvavidas y puede ser más útil), y recomienden a los pasajeros ejecutar los movimientos (cuidando de no golpearse la cabeza contra el portaequipajes). De ese modo, los pasajeros (especialmente aquellos con dificultades circulatorias) reducirán el riesgo de trombosis venosa y de paso, se divertirán un poco.

martes, 7 de julio de 2009

Eva

El domingo pasado, 5 de julio, tras caminar durante una hora, guiado por mi GPS, por todo el centro de Leiden (Países Bajos) en busca del aparcamiento donde había dejado mi automóvil, con dos bebés en los brazos y con una niña de seis años lánguida, casi arrastrándose, a dos pasos detrás de mí, tuve la siguiente conversación con Eva, la mujer que pone voz al GPS de Tom Tom, N.V.

- "Dentro de cincuenta metros, gire a la derecha".
- "Cállate, zorra, o te tiro al canal". (Yo no suelo hablar así y menos a un GPS, pero estaba ya desesperado).

Cinco minutos después, tras preguntar a una señora, estaba sentado en mi coche aguantándome las ganas de llorar de pura rabia. Las bebés no se las aguantaron. Eva seguía gritando órdenes:

- "Gire a la derecha". (A la izquierda, la rampa de bajada al piso inferior; a la derecha, la pared)
- "Si, claro, ¿qué te crees que es esto? ¿el batmovil?"

Mi mujer me compró un GPS, para que no discutiera con ella cuándo íbamos de viaje y había que consultar un mapa. Ahora discuto con Eva. Mi mujer, sin embargo, se entiende bien con ella: supongo que porque cada vez que seguía las indicaciones de Eva me encontraba de frente a una tienda de moda.

Voy a cambiar a Eva por Roberto. Por lo menos, cuando él diga "a la derecha", será un bar. Y me tomaré una cerveza, y entonces Roberto me dirá que a cien metros hay una comisaría de policía. y no me tomaré la segunda caña, que hay que conducir. Eso es un amigo. Y no esta pécora de Eva.

jueves, 2 de julio de 2009

El mejor escribano echa un borrón y el más tonto hace relojes.

Leyendo la noticia de la joven marroquí fallecida en el Gregorio Marañón a consecuencia de una Gripe A (provocada por el virus H1N1) y los comentarios que al respecto se han realizado en los ciberforos de los distintos medios de comunicación me preocupan varias cosas;
1. Que una gripe pueda llevarse por delante a una joven de 21 años, sana y deportista.
2. Lo difícil que es diagnosticar y valorar a tiempo la gravedad de una enfermedad cuando el paciente es una una mujer embarazada porque los médicos evitan utilizar algunos medios de diagnóstico por temor a dañar al feto.
3. Lo difícil que es, incluso si se diagnostica bien y a tiempo, tratar a una mujer embarazada ya que la mayor parte de los tratamientos alopáticos pueden dañar al feto y los médicos carecen, en general, de formación en medicina homeopática y dudan de su eficacia.
4. Lo difícil que parece que los médicos de urgencia de un hospital puedan diagnosticar correctamente una enfermedad que, según comentarios emitidos por supuestos médicos, habría podido ser diagnosticada por el médico de cabecera, si el paciente hubiera acudido a él.
5. El desparpajo con que muchos foreros, sin conocimiento del caso, sin formación médica ni jurídica y sin realizar investigación alguna ya han juzgado y condenado a los médicos de urgencia, al Hospital Gregorio Marañon, a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, a Esperanza Aguirre, a la ministra Jiménez, al Gobierno de España con el presidente Rodríguez a la cabeza, al PP, al Estado Español, al sistema de la Seguridad Social y al capitalismo como responsables de la muerte de esta joven.
6. La soltura con que muchos foreros afirman, que si el marido de esta joven presenta una denuncia para aclarar los hechos y reclamar, si le corresponde, una indemnización, no es por su deseo de que se haga justicia si hubo negligencia o delito, sino porque es un moro “jeta” como todos los moros “jetas” que han venido a España desde los tiempos de D. Rodrigo.
De verdad, que me quedo preocupado.

miércoles, 1 de julio de 2009

12. Invertir con intuición.

A ver, para empezar, que no me hago responsable de que alguien lea esta entrada y me haga caso, pero de momento, a mí no me va mal.

Hace algunos meses me puse a pensar en qué podría invertir el poco dinero que tengo ahorrado.

Establezco las siguientes condiciones para elegir empresas para invertir:

1. Trayectoria de rentabilidad contrastada.
2. Controlan un porcentaje importante de su sector.
3. Producen un bien o servicio con una demanda estable (que se mantiene o incluso mejora en tiempos de crisis)
4. Que tenga, como consecuencia de la crisis, un precio más que razonable.

Estos principios los he obtenido de la manera que Warren Buffet realiza sus inversiones (el que quiera saber más sobre la forma de invertir de Warren Buffet, que empiece por las cartas del mismo a los accionistas de Berkshire Hathaway aquí).

Lo primero que hice, fue pensar que es lo que la gente hace cuando se queda sin trabajo:

1. Se vuelve más ecológico (porque para contaminar hay que gastar). Camina más o usa más la bicicleta. Si no tiene bicicleta, quizá se compre una.
2. Se va al bar o al supermercado y se bebe la bebida alcoholica más barata que puede encontrar: cerveza.
3. Habla con todo el mundo por teléfono, o se pasa las horas muertas en internet, bien para buscar empleo, bien para lamentarse de lo mal que le va estando parado.
4. Se apunta a todas las empresas de trabajo temporal.
5. Se pone enfermo.
6. Busca un banco que pida menos comisiones.
7. Si puede comprar un coche, compra el más barato.

Y entonces, me puse a buscar empresas. En los próximos días contaré en qué he invertido mi dinero.