Tengo en casa una gallina que pone huevos de oro. Literalmente. Hoy la gallinita no ha puesto huevos porque está enferma.
Y yo no estoy cerca para cuidarla, pero sé que descansando un poco se recuperará. Y si ha de descansar mucho, pues mucho descansará.
Porque lo que importa es la gallina, no los huevos. Ya vendrán cuando tengan que venir, cuando la gallina se sienta bien otra vez.
Y hoy he pensado muchas veces si la estoy alimentando bien, si tiene suficiente espacio, si le permito descansar lo suficiente y si le dedico los cuidados que necesita y merece.
Echo de menos a mi gallinita, ahora que está lejos.
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