martes, 12 de enero de 2010

139. Ejercicios cardiorespiratorios (2)

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Lo que tienen en común los miembros de la lista es, por supuesto, que son músicos y concretamente, directores de orquesta. Pero esto es fácil saberlo, a poco que tengas un poco de cultura musical (o un ordenador con conexión a internet). Lo que no es tan evidente es saber que lo que tienen en común es que han vivido entre setenta y noventa y cinco años, lo que en muchos casos supone más de diez años por encima de la esperanza de vida del grupo poblacional al que pertenecieron.

Louis Spohr vivió 75 años (a caballo entre los siglos XVIII y XIX).
Leopold Stokowsky vivió 95 años.
Pierre Boulez tiene 84 años.
Kurt Masur tiene 82 años.
Leonard Bernstein vivió 72 años.
Nicolas Harnoncourt tiene 80 años.
Richard Wagner vivió 70 años (en el siglo XIX).
Arturo Toscanini vivió 90 años (a caballo entre los siglos XIX y XX).
Sir Thomas Beecham vivió 82 años.
André Previn tiene 80 años.
Sir Malcom Sargent vivió 72 años.
Herbert von Karajan vivió 81 años.
Sir Georg Solti vivió 85 años.
Zubin Metha tiene 73 años.
Bruno Walter vivió 86 años.
Serge Koussevitsky vivió 77 años.
Sir John Barbirolli vivió 71 años.

Por cierto que me olvidé en la lista anterior a Pau Casals (96 años) y Nadia Boulanger (90).

Lo más interesante además de su longevidad es que destacaron por la vitalidad que mostraron en los últimos años de su vida. Es decir, que sus vidas no sólo fueron largas sino también que se mantuvieron sanos y animosos hasta el día de su muerte.

Y no fue su exposición a la música culta lo que les mantuvo sanos tanto tiempo (porque esta longevidad no se encuentra en otros músicos). Entonces, ¿que es lo que hace que los directores de orquesta se mantengan sanos y vitales tanto tiempo?

Pues son precisamente esos aspavientos (rítmicos pero irregulares) que realizan (con o sin batuta, Gonzalo),  para dirigir la orquesta. Se ha observado en numerosos estudios que los movimientos realizados con la parte superior del cuerpo (como dirigir una orquesta, por ejemplo) proporcionan un ejercicio cardiovascular mucho mejor que los ejercicios realizados con la parte baja del cuerpo (como caminar, correr o montar en bicicleta). El famoso slogan "quien mueve las piernas, mueve el corazón" no sólo es falso, sino, como comentaré en otra entrada, peligroso. En realidad debería decir: "quien mueve los brazos, mueve el corazón".

¿Y por qué?. Pues porque estos movimientos de la parte superior del cuerpo, expanden los musculos intercostales y pectorales y abren los pulmones. Cuando los pulmones están completamente expandidos, se produce una oxigenación suficiente. Además, estos movimientos hacen que el corazón bombee sangre vigorosamente, llevando oxígeno y nutrientes a todos los músculos que hoy estan desnutridos y plagados de toxinas que son las causas de la rigidez, de la tensión muscular, de los dolores y de la acumulación de grasas. La sangre, además, llegará a otros organos donde la abundancia de oxígeno en las células permitirá además que generen energía mediante un ciclo aeróbico (ciclo de Krebs) en lugar de mediante un ciclo anaeróbico (la predominancia del ciclo anaeróbico sobre el ciclo aeróbico es una de las características de las células cancerígenas). La abundancia de oxígeno en la sangre baja la presión sanguínea porque el corazón no tiene que bombear con tanta fuerza para llevar oxígeno suficiente a todo el organismo. Además la circulación sanguínea del cerebro mejora, lo que hace que el pensamiento sea más rápido y la memoria más precisa.


Así que dejad de hacer el bobo por ahí con vuestras caminatas y vuestras carreras a pie o en bicicleta, que os va a dar un infarto cualquier día, y apuntaos al nuevo deporte que propongo: el conducting (del inglés conductor que quiere decir director de orquesta).

En el siguiente vídeo podemos observar a uno de los mejores instructores de este nuevo deporte, mostrándonos un workout de aproximadamente 25 minutos. El instructor, en el momento de tomarse el vídeo tenía 67 años así que, cuarentones míos, no digáis que no podéis hacerlo. El video permite observar la diferencia entre la rigidez y repetitividad de los movimientos de los músicos en contraste con la variedad de movimientos del director de orquesta. Es en esta variedad en la que reside la eficacia del workout por lo que no debería preocuparos mucho si no podéis imitar exactamente los movimientos del instructor, porque precisamente en la variedad en la irregularidad de los movimientos en lo que radica la la bondad del ejercicio. Si no fuera así, os  recomendaría el nordic walking o la gimnasia sueca.

Aquí está el vídeo.

P.D.: Hace mucho que debía haber escrito esta entrada dedicada en especial a las madres de niños menores de cuatro años, que sufren de dolores de brazos, cuello y espalda como consecuencia de cargar a los niños en brazos. Estos ejercicios y los que voy a incluir en las próximas semanas, mejoran la oxigenación de la parte superior del cuerpo (aquí incluyo los brazos y las manos, que según la medicina tradicional, hoy mal llamada alternativa, están por encima de la cabeza), lo que reduce la tensión muscular y por ello, los dolores.

Fuente: Dr. Susan Lark "Women´s Wellness Today".
Con la colaboración especial del "instructor" Kurt Masur.

8 comentarios:

  1. Mi santa esposa, con la espalda y el brazo izquierdo hechos polvo gracias a nuestros queridos 10 kilos de carne, se está preparando para hacerte la ola.

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  2. Pues ya sabes, unos pocos meses de escuchar no sé que Radio Nacional (creo que era la dos) que sólo dá música culta y quince minutos diarios de "conducting". Por mi experiencia con mis veinte kilos de carne (en dos piezas de a diez) es muy gratificante cuando mis dedos, de repente, conocen un nivel de riego sanguíneo al que no estaban acostumbrados y el síndrome de tunel carpiano empieza a remitir.

    Además, que mis diez+diez kilos de carne se descojonan viendo a papá hacer aspavientos y lo imitan, lo que, a su vez, es muy bueno para su corazón y sus pulmones.

    Por cierto, que hacer la ola (y reírse haciéndola) también es un magnífico ejercicio para el corazón y los pulmones.

    Mañana, el siguiente ejercicio.

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  3. A bver, tio, que entre los 5 tibetanos que me recomendaste y esto,...hasta me va a empezar a salir el pelo
    ¿Sigues haciendo todo?

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  4. Le hice llegar la entrada a mi vecino, músico. Le encantó y lo hará circular entre sus colegas.

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  5. ¿Y bailar sevillanas no valdría también? Brazo arriba por el centro, brazo abajo por el lateral con movimientos circulares de las muñecas. ¿O tiene que ser con ese toque ligeramente convulsivo de los directores de orquesta?

    Lo que no me cuadra es que los susodichos directores tienen un cierto triponcio muy poco cardiosaludable.

    La anónima de siempre

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  6. Manyana lo pongo en practica en la playita o en la piscina tomandome un tequila sunrise... Que vida tan dura tenemos algunos... Saludos desde la isla de Penang, en Malaysia.

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  7. Me gustaría, ya ves que capricho, anónima de siempre, ponerte un nombre, aunque fuere pseudónimo, para no poner en tu boca palabras que otra anónima diga, el día en que otra anónima se decida a decir algo, claro está. Por supuesto, si esto no te apetece, tus opiniones son siempre bienvenidas aún desde el anonimato de siempre.

    Bailar sevillanas es, probablemente, un ejercicio cardiorespiratorio fantástico pero no me consta que se haya hecho estudio alguno al respecto. Invito desde aquí al Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla a investigar el asunto.

    De todas formas, el tomar las sevillanas como ejercicio para el gran público tiene, al menos, tres inconvenientes: por un lado, para bailar sevillanas sin gracia, mejor no bailarlas y si eres tan torpe como yo, puedes tener una angina de pecho o un infarto antes de que aprendas la primera; segundo, aunque yo he conocido a una inglesa en Córdoba que las bailaba con mucha gracia, y nuestra imagen exterior coincide con un torero que, entre toro y toro, baila sevillanas con una mujer vestida de faralaes, la realidad es que la sevillana es un fenómeno local andaluz, que carece de la universalidad de los aspavientos del director de orquesta, que son conocidos en todo el orbe; tercero, según tengo entendido, el movimiento de los brazos en el caso de los hombres, no es tan amplio ni tan vistoso como el de las mujeres, por lo que los hombres, bailando sevillanas, estarían sacrificándose por la salud cardiorespiratoria de sus parejas. ¿Es acaso, esto justo?

    En fin, que a ver que dicen los investigadores sevillanos de la diferencia entre las andaluzas que bailan sevillanas y las que no. Se me ocurre pensar, no se por qué, en la Duquesa de Alba, que no baila sevillanas "porque la sevillana es un baile del pueblo llano" y ahí la tienes, con casi ochenta y cuatro años y que dicen que se quiere casar de nuevo. Vamos, como para poner a prueba las conclusiones del estudio, ella solita.

    A lo mejor es que practica el conducting.

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  8. Gracias por la aclaracion.

    Mira, me acabas de dar un dato importante. La Duquesa de Alba ha bailado flamenco desde joven, que ella siempre ha sido muy sevillana para algunas cosas y no se perdía una feria de Abril, así que igual ahí tenemos una prueba de que funciona.

    Los movimientos de brazos de las mujeres, a diferencia de los de los hombres, son bastante amplios y envolventes y se abre mucho el pecho para echarlos hacia atrás. Mi duda concreta es porque no hay esos movimientos convulsivos de los directores.

    Lo de la gracia, ofende, la verdad. Será por la sangre jerezana de mi madre, pero todo el mundo ha dicho siempre que las bailo con mucho salero.

    Ay, no sé qué nombre ponerme, un nick más y creo que voy a tener un trastorno de personalidad múltiple. Había pensado en Lisbet, que me ha caído últimamente sin pedirlo (por la Salander, claro) pero no lo cuadro con lo de las sevillanas. De todas formas, "por su ip los conoceréis", que se dice.

    La anónima de siempre.

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