Ya se que ustedes no me van a creer pero toda esta mal llamada crisis del pepino no es otra cosa que terrorismo organizado. Por lo tanto, creo que esta crisis del pepino se solucionaba metiendo en la cárcel a la ministra de Agricultura de Alemania por prevaricación y por los enormes perjuicios que ha causado su gestión a millones de ciudadanos de la Unión Europea. Y a los directores de todos los medios informativos internacionales por propagar bulos sin comprobación previa. Y ésto sólo porque fusilar a una ministra alemana de Agricultura o a el director de un periódico es de mala educación. Y a otros más difíciles de señalar pero que están detras de la campaña de prensa y de las declaraciones de la señora ministra.
Lo cierto es que las autoridades alemanas no tienen ni puñetera idea de cual es el origen de la intoxicación. Es más, ni siquiera tienen claro cual es el agente causante si la E-coli u otro patógeno. Eso no les ha impedido que, con sus acusaciónes sin pruebas, hayan señalado (y perjudicado gravemente) primero a todos los productores agrícolas europeos en general y españoles en particular y después a todos los productores de productos biológicos (particularmente a los alemanes, siendo Alemania el mayor mercado europeo tanto de productos biológicos como de suplementos dietéticos). Toda la prensa internacional, colaborador necesario de este atentado terrorista se ha hecho eco de la afirmación, primero sobre el peligro de los productos vegetales (que se consumen crudos) no procesados (los productos procesados "sí están controlados y por lo tanto exentos de bacterias nocivas") y luego sobre el peligro de los productos biológicos ("ya que se producen en granjas que no utilizan abonos químicos sino abonos naturales que son muy peligrosos pues pueden contener patógenos ¿?"). Aquí ya tiramos una patadita a la producción biológica para ver si le hacemos un hueco a nuestros queridos clientes de publicidad, los productores de abonos químicos.
Ya se que soy un conspiranoico, pero mire usted por donde, he llegado a la conclusión de que todo esto es en realidad un experimento más de control de la población. Una campaña bien orquestada idéntica a la que se hizo con motivo de la famosa gripe A.
PASO 1. Atentado terrorista (diseminación de una bacteria genéticamente modificada).
PASO 2. Acusación sin prueblas de una autoridad política hacia un determinado producto o colectivo.
PASO 3. Amplificación de la campaña por parte de la prensa internacional controlada.
PASO 4. Creación de leyes a nivel europeo e internacional para el control de alimentos.
¿No es interesante que esto ocurra precisamente cuando se está aprobando que las recomendaciones del Codex Alimentarius se conviertan en Directiva Europea y, por lo tanto, norma de obligado cumplimiento para todos los países miembros?
¿Que no sabe usted de que estoy hablando? Pues que nos la han vuelto a dar con queso, o mejor, con pepino y brotes de soja.
Toda esta historia tiene que ver con el control de la población a través del pánico para imponer normas que, supuestamente con el noble fin de asegurar la seguridad de los alimentos, pongan el control de los alimentos en manos de unas pocas multinacionales.
¿Ya alucinando?
Sigo:
El Codex Alimentarius Comitee es una organización internacional de la que forman parte prácticamente todos los países del mundo y que tiene como función teórica garantizar la seguridad de los alimentos. Pero tras tan loable propósito se esconde en realidad un intento de establecer el control sobre la alimentación mundial ya que, dado que las resoluciones de dicho Comité son obligatorias para los estados miembros del mismo, lo que ocurre en realidad es que un puñado de personas puede decidir, por ejemplo, qué puede ser considerado alimento y qué no y dado que un puñado de personas es más facil de convencer (mediante lobbying o directamente mediante sobornos), que el conjunto de la población, ciertas personas con poder dentro de grandes multinacionales han visto en este comité la puerta abierta al control absoluto de los alimentos de toda la población.
Pongo sólo un ejemplo:
Los suplementos dietéticos se venden hasta ahora como alimentos por lo que pueden ser vendidos en supermercados y herbolarios. Sin embargo, el Codex Alimentarius quiere modificar dicha consideración para que:
1. Ningún suplemento dietético pueda ser vendido con una composición suficientemente alta del principio activo como para tener un efecto terapeútico. Cualquier suplemento dietético que supere una cierta concentración del principio activo que pueda tener un efecto terapéutico deberá ser vendido en farmacia y bajo receta de un médico. Puede darse la curiosa circunstancia de que se pueda comprar un analgésico sin receta y que un extracto de Urtica dioca (Ortiga, para que nos entendamos) te lo tenga que recetar un médico. Es más curioso aún el hecho de que se tenga que vender en farmacia aún no siendo un medicamento ya que ningún medicamento se puede considerar como tal mientras que no haya sido aprobado por la agencia gubernamentral correspondiente y esto no ocurre antes de que se hayan hecho las pruebas necesarias por parte de la multinacional que lo quiera patentar, y esto no ocurrirá nunca con un producto natural ya que los productos naturales, por no ser invenciones, no son patentables y por no se patentables no pueden ser vendidos en exclusiva por ninguna multinacional. Y no conozco yo ninguna multinacional dispuesta a gastarse las cantidades ingentes de dinero necesarias para aprobar un medicamento que no puede patentar y que, por lo tanto, no puede hacer rentable mediante su venta en exclusiva.
2. Ningún suplemento dietético pueda ser vendido indicando en su publicidad que tiene un efecto terapéutico.
3. Cualquier suplemento dietético que tenga un efecto terapéutico o cuya publicidad indique que tiene un efecto terapéutico, será considerado una droga ilegal (como la cocaína, y la heroína y el LSD y el hachís) o bien un medicamento si es aprobado por la Agencia del Medicamento correspondiente.
4. Curiosamente al mismo tiempo, los alimentos genéticamente modificados (que por ley serán "generalmente considerados seguros") podrán venderse, por la razón indicada entre paréntesis, sin indicar que lo son. Y serán considerados generalmente seguros sin importar que estos alimentos hayan sido alterados genéticamente para que puedan resistir, sin agostarse, cantidades enormes de un determinado pesticida, curiosamente fabricado por la misma empresa que ha patentado los alimentos genéticamente modificados. Y poco importará que el hecho de que estén genéticamente modificados hace que se puedan considerar como "invención patentable", lo que otorga a la empresa propietaria de la patente el derecho de venta exclusiva de dicho producto en todo el mundo (y estamos hablando de momento de soja y maíz, pero pronto serán el trigo, la avena, la cebada, el centeno, y después todas las frutas y verduras....hasta poner en manos de un par de multinacionales todas las fuentes de alimentación humana y animal).
Pero bueno, también podemos seguir creyendo que esta "pepinada" es una demostraciones de superioridad moral o un intento de hacer de menos a los países mediterráneos y o que es cosa de racismo, nacionalismo y xenofobia. Y entretanto, podemos seguir dejando que ciertas compañías multinacionales sigan corrompiendo a nuestros políticos para que promulguen leyes que nos conviertan en esclavos de las mismas.
Se trata de dinero, de control y de poder. Como siempre.....no, peor que nunca, porque ahora nos hacen creer que vivimos en una democracia.
Eché de menos en las concentraciones de Mayo que se hablase de devolver a los ciudadanos el control sobre lo que comen. Es que eso de poder decidir que puedes y que no puedes comer y cómo cuidar de tu propia salud y la de tu familia, es probablemente poco relevante, en comparación con pedir el voto proporcional y esas cosas tan importantes.
Y pronto será tarde...incluso para echarse al monte.