Cuando pasa, hay que decirlo.
Hoy tocaba renovar el Pasaporte. Bueno, no tocaba hoy. Debería haber tocado hace algunos meses, pero no lo he hecho hasta hoy.
Llego al Consulado y me recibe un guardia de seguridad con los ojos pesados y el gesto serio: "deje sus objetos personales en la bandeja y ponga el resto en el escaner". Me pide un documento de identidad, que le entrego y tras introducir mis datos en un ordenador me indica que pase.
- Gracias, que tenga un buen día.
Y levanta la cabeza y me mira con cara de sorpresa. Sonríe y me da las gracias. (No le debe de pasar mucho eso de que le deseen bien).
En la sala hay exactamente tres personas (lo que contrasta vívamente con el tropel que me encontré la última vez). El funcionario de la ventanilla, (el catalán del que hablé en mi entrada numero 85), relajado y amable me indica que suba al primer piso.
Arriba, la funcionaria con la que tengo la cita está aún ocupada, pero para que no tenga que esperar, me refiere a una compañera que me atiende inmediatamente. No solo lo hace puntualmente, sino eficaz y amablemente. Le doy las gracias y le digo que buena experiencia es encontrar gente amable y eficaz en la administración. Sonríe y dice que se alegra de oirlo y que para eso estamos.
Es interesante aprender que no toda la culpa de la mala atención del Consulado a los españoles residentes en Bélgica es de los funcionarios del Consulado de España en Bruselas, sino de los administrados.
Porque si haces una cita para renovar el pasaporte fuera de los periodos punta (antes de vacaciones de Navidad, grandes puentes, Semana Santa o verano) y acudes a la cita llevando TODOS los documentos que necesitas, todo va sobre ruedas. Pero si llegas a la ventanilla sin la partida de nacimiento, te quejas de todo, insultas al funcionario, te cagas en la madre que paríó a la puta España y lo haces todo quince días antes de tus vacaciones de verano cuando tu pasaporte caducó hace seis meses pues entonces tienes que ponerte en la cola a las seis de la mañana, te encuentras un follón de narices, tienes que volver varias veces y los funcionarios son hoscos y lentos.
Eso sí, no vendría mal que el consulado tuviese una sala de espera un poquito más grande.
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Hace 5 horas
Sólo espero que llegue el día en el que esto no sea noticia.
ResponderEliminarNi en tiempos de bonanza económica los funcionarios son los parias de la Tierra, ni en tiempos de crisis tienen que ser los más odiados... o envidiados.
Depende con quién des, es como todo en esta vida. Como te toque el "malfollao" o la "malfollaa" de turno, la has cagado. Vas a chupar ventanilla, horas y cabreos como un campeón. Pero sí, a veces sucede el milagro.
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