jueves, 26 de noviembre de 2009

122. Los mayores no lo saben todo.

Mi amigo Kikás, a quien tengo en gran aprecio a pesar de conocerlo bien, habla en su diario de una vaca automática que han puesto en su pueblo. Lo de la vaca automática es un buen invento y original. Si se hubiese inventado antes, o si en España no se hubiera permitido la venta de leche envasada en tetrabrik que mantiene la leche durante tres meses, obligando a los españoles a consumir leche fresca, producida cerca de donde viven, nuestros ganaderos lo tendrían más fácil.


En Flandes he visto dispensadores automáticos de pan (Broodautomaat) y de patatas (Pataatautomaat), pero nunca de leche. Supongo que ya llegarán como se dice de los festejos taurinos, con permiso de la autoridad y si el tiempo (que esta semana es especialmente malo) no lo impide. Antes llegaron los cajeros automáticos, que yo no los he conocido de niño. Parece mentira que, después de que se instalara el primer cajero automático en una oficina de Caja Madrid en 1972, pasaron dos años hasta que se instaló el segundo en una sucursal del Banco Popular en Toledo.


Mi hija mayor tiene una idea romántica de los cajeros automáticos. Ella cree que dentro del cajero hay un enano que cuenta el dinero y luego me lo da. Por eso, antes de que yo introduzca la tarjeta, golpea con los nudillos y dice a viva voz "Enano, a trabajar, que a mi papá le hace falta dinero". Ella sabe que el dinero lo hacen los bancos y, por eso, cuando se acaba, basta con ir al cajero por más. Esto es algo que la mayoría de los adultos no sabe y, por eso, les falta siempre el dinero. "Es que los mayores no lo saben todo"

2 comentarios:

  1. ¿Y has buscado la puerta por donde entra el enano? ¿O está escondido en un subterraneo como la vaca de mi pueblo?
    Gran sabiduria la de tu hija, sobre todo sabiendo que tu mujer trabaja en un banco ¿O todavia no lo sabe?

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  2. En esa conversación que todo padre acaba teniendo con sus hijos, le intentaba hacer ver a mi hija mayor que no se puede tener todo lo material que se quiere, y que me cuesta mucho esfuerzo ganar mi sueldo y tenemos que ser cuidadosos con en qué lo gastamos, porque hay cosas más importantes que otras que a lo mejor no se pueden atender porque no se puede hacer todo.

    ¿Y por qué no se puede hacer todo?

    Porque con lo que gano, tengo que atender los gastos más necesarios y no me queda dinero para esos que no lo son tanto.

    Pues no pasa nada, porque vas al cajero y ya tienes más dinero para esas cosas, papá.

    Lo peor no es la frase... es la cara con que te mira como pensando en acabarla con un "¡¡so capullo!!"

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