Dice Sindya N. Bhanoo en la sección de salud y ciencia del International New York Times de 4 de Junio de 2014 que en 2003 un cierto número de grillos machos dejaron de cantar en la isla de Kauai del archipiélago de Hawaii. Dos años más tarde, en 2005, ocurrió lo mismo en la isla de Oahu. Los científicos dicen que es un caso de evolución convergente y que es muy emocionante porque han observado esta evolución en el momento en que está ocurriendo en la naturaleza.
El Dr. Nathan Bailey, que es el autor del nuevo estudio y que es un biólogo de la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido, dice que los grillos se han adaptado para ser menos vulnerables a una mosca parásita que es atraída por el sonido de los machos y cuyas larvas provocan la muerte de los grillos en menos de una semana.
El problema es que, los grillos que no cantan, no atraen a las hembras con tanta facilidad como los machos que sí cantan. Así que han aprendido a adaptar su comportamiento. Lo que hacen es quedarse al lado de los pocos machos que todavía cantan e interceptan a las hembras que se acercan.
Igualito que cuando estaba en la tuna.
Me imagino la conversación entre los grillos.
- Jimmy, toca Clavelitos, ya verás que bien.
Y pocas horas después, mientras las larvas de la mosca se comen al macho cantador, el macho silencioso, callado como una puta, se "come" a las hembras que acuden.
Hay cierto parecido entre esta evolución y la que estamos experimentando los machos de Homo sapiens. La evolución nos dice que es peligroso comportarse como nos hemos comportado desde que nos bajamos de los árboles. Así que nos quedamos al lado del macho alfa y mientras le van dando las tortas por pasarse de macho, los que somos medio pensionistas, consolamos a las hembras.
Bueno, así me lo han contado, más o menos.
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