martes, 8 de octubre de 2013

283. El desvieje.


El verbo desviejar, entre ganaderos, significa "separar los carneros y las ovejas viejos del resto del rebaño".

Este proceso de desvieje se realiza de forma sistemática también con los seres humanos. El "problema" es que el desvieje humano, cada vez es más caro.

Leo en Het Financieele Dagblad (periódico económico de los Países Bajos) que en Alemania es obligación ciudadana (legal) el cuidar de los parientes en primer grado. Tengo que reconocer que me alegró mucho leer esto, pero como tengo la mala costumbre de leerme los artículos enteros, pronto me llegó la decepción: el hecho de estar obligado a cuidar de los parientes en primer grado no significa que los tengas que cuidad personalmente, sino que puedes también pagar a alguien para que los cuide.

O sea, lo mismo que en todos lados. La diferencia es que no puedes negarte a sufragar sus gastos.

La consecuencia, sin embargo, es curiosa. Como las residencias de ancianos en Alemania son cada vez más caras (por los costes laborales y la estricta regulación) varios miles de alemanes han iniciado la moda de desviejar, enviando a sus viejos a algún país de la Europa del Este. O sea, que como en Colonia la residencia es muy cara, enviamos a los viejos a Eslovaquia o a Polonia y santas pascuas. Al fin y al cabo, como dice una alemana entrevistada, "mi madre tiene 82 años y demencia senil y de todas maneras no se entera de donde está y lo importante es que haya quien la cuide, aunque esté a 700 kilómetros". Con dos cojones.

Y si la abuela no puede decir que se lo ha hecho encima, porque no habla checo, pues que se señale el culo con el dedo.

Y los políticos están encantados. En lugar de importar inmigrantes para cuidar de los viejos, pues enviamos a los viejos al extranjero para que los cuiden allí, que es más barato y genera menos problemas sociales.



En España, pronto se impondrá también esta moda. Y es que no es lo mismo, para alguien que vive por ejemplo en Madrid, enviar a la suegra a una residencia en Navalcarnero, donde te sientes obligado a visitarla y de donde se puede escapar y volver a casa, que enviarla a Cuba que, además de ser una isla, está a tomar por saco. Además, en Cuba se habla español.

- A Cuba, papá, con las mulatas y la rumba, y los cubalibres ¡Qué bien! ¿eh?
- Si hijo, ¡que bien!, sobre todo para tí.





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