sábado, 13 de octubre de 2012

263. De callos y trajes.


En España tenemos una especie de afición por el linchamiento.Siempre me ha llamado la atención que en todas las imágenes de los juzgados de la televisión siempre hay un grupo de personas gritando, insultando y amenazando a los acusados, incluso antes de que se demuestre que son culpables de algo.

La noticia es de hace casi un mes, pero podría ser de hace mucho más tiempo (como mostraré después) y probablemente volverá a ocurrir en el futuro.

El día de la manifestación organizada el 25 de Septiembre bajo el título "Rodea el congreso", las calles aledañas a la Carrera de San Jerónimo de Madrid, se van llenando de manifestantes.

De repente, cruza la escena un señor trajeado, de pelo blanco y con una carpeta en la mano. ¡Un señor con traje! Y de repente, la masa empieza a hacer asociaciones: Un señor con traje, camino del congreso es un político. Los políticos tienen la culpa de los recortes. Este señor con traje tiene la culpa de los recortes.

- "Fuera, fuera"
- "Esperanza Aguirre ha dejado a mi hijo sin trabajo", le dice una señora.
 - "Pues reclámele usted a Esperanza Aguire", contesta el señor del traje.
- "Vosotros vivís bien, a la cárcel tendríais que ir".
- "No tenéis vergüenza".

El señor de traje, visiblemente nervioso, esboza media sonrisa, provocada seguramente por lo kafkiano de la situación. Y entonces, uno de los manifestantes se coloca delante del señor del traje, acercándose mucho a él en actitud amenazadora: "No te rías, no te rías, que no es p'a reirse".

El señor del traje se lo saca de encima como puede, a empujones; el manifestante blasfema e intenta una agresión, algunas personas protegen al señor del traje, la mayoría lo insulta. El señor del traje se va de allí como puede y entonces se oye la sentencia: 

"ASÍ TE ZUMBE LA E.T.A., CABRÓN".

El señor del traje, resultó no ser un político, sino Miguel Angel Aguilar, un periodista habitual en las tertulias de la Cadena Ser y Tele5 y que no es precisamente partidario del gobierno ni de su política de recortes. Pero el "jurado popular" no lo sabía, ni falta que le hacía saberlo. El señor del traje era culpable y punto.

En agosto de 1936, en un lugar de la Mancha, un grupo de hombres armados con fusiles golpea la puerta de una casa. Un hombre menudo y asustado abre la puerta.

- "A ver, enséñanos las manos... ¿No tienes callos? Entonces, tú te vienes con nosotros."
- "¿Cómo voy a tener callos si trabajo en una oficina?"
- "No me cuentes historias, si no tienes callos, eres un terrateniente y un fascista."

El señor de manos blancas y finas resultó ser un empleado del Registro de la Propiedad, sin más tierra que la de las macetas de su patio y sin actividad política conocida. Poco después el señor de manos blancas y finas era fusilado junto a la que hoy es la N-401. Por no tener callos en las manos.


No os voy a recomendar, por supuesto, que dejéis de usar traje (aunque yo no sabría decir dónde están los míos, de tan poco que los uso), ni que busquéis un trabajo manual para tener manos más toscas (como yo, los miércoles, en el jardín del colegio al que van mis hijas). Pero quizá sería una buena idea intentar un diálogo más sosegado, menos simplista, menos maniqueo y esforzarse en no crear más prejuicios ni más odio que el que ya aparentemente nos tenemos. No vaya a ser que un día alguien nos encuentre, de traje y sin callos, en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

3 comentarios:

  1. Sí Javier, próximamente. Me apunté la idea, pero resultó que no tenía tiempo para desarrollarla, pero aquí está.

    ResponderEliminar
  2. La masa es jodida...pero los que nos tratan como a rebaño o son mucho mejores....

    ResponderEliminar