De uno de los escritos de Salvadora Drôme saco la idea para el título de esta entrada. El mayor problema de no distinguir la derecha de la izquierda son los dolores que se acaba por tener en los pies de tanto ponerse los zapatos al revés.
¿Que quién es Salvadora Drôme? Si os digo la verdad, no me acuerdo. Hoy recogiendo mis libros para mi traslado a los Países Bajos, me encontré un libro que si lo he leído, no me acuerdo. El libro se llama "El rumor". El libro está firmado por su autora con la siguiente dedicatoria: "A Ángel Rubio que tan generosamente me invitó a unas cervezas". Parece ser que cuando la conocí acababa de publicar este libro y me lo firmó. No me acuerdo como ocurrió. Quizá pagué sus consumiciones y ella a cambio me regaló el libro. O yo compré el libro el día de su presentación y le pedí que me lo dedicara y trabé conversación con ella, en el transcurso de la cual, pagué sus cervezas. O le pedí que me regalara el libro dedicado, a cambio de invitarle a unas cervezas. Vamos, que no me acuerdo de si el libro me salió caro o barato.
Lo que sí lamento es no haber mantenido el contacto con Salvadora pues, a juzgar por su diario es una persona muy interesante. Así que, a modo de disculpa, (tiene gracia esto de disculparme cuando probablemente, al olvidarla, me he hecho más daño a mí mismo que a ella) he empezado el libro y os la presento...Amigos, aquí Salvadora Drôme. Salvadora Drôme, aquí unos amigos.
¿Que quién es Salvadora Drôme? Si os digo la verdad, no me acuerdo. Hoy recogiendo mis libros para mi traslado a los Países Bajos, me encontré un libro que si lo he leído, no me acuerdo. El libro se llama "El rumor". El libro está firmado por su autora con la siguiente dedicatoria: "A Ángel Rubio que tan generosamente me invitó a unas cervezas". Parece ser que cuando la conocí acababa de publicar este libro y me lo firmó. No me acuerdo como ocurrió. Quizá pagué sus consumiciones y ella a cambio me regaló el libro. O yo compré el libro el día de su presentación y le pedí que me lo dedicara y trabé conversación con ella, en el transcurso de la cual, pagué sus cervezas. O le pedí que me regalara el libro dedicado, a cambio de invitarle a unas cervezas. Vamos, que no me acuerdo de si el libro me salió caro o barato.
Lo que sí lamento es no haber mantenido el contacto con Salvadora pues, a juzgar por su diario es una persona muy interesante. Así que, a modo de disculpa, (tiene gracia esto de disculparme cuando probablemente, al olvidarla, me he hecho más daño a mí mismo que a ella) he empezado el libro y os la presento...Amigos, aquí Salvadora Drôme. Salvadora Drôme, aquí unos amigos.
Disfrutad de sus escritos.
Menudo pedo ese día....
ResponderEliminarAhí esta la cosa, que creo que ni siquiera bebí mucho. Es que es como un agujero negro en la memoria. Cuanto más intento acordarme, más denso y negro es el olvido.
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