viernes, 9 de marzo de 2012

230. Rompiendo tópicos: El cuasi-daltonismo de los varones.


Como chiste es muy gracioso. La mujeres, dicen, tienen una estructura mental que les permite apreciar más colores que los hombres.

No estoy de acuerdo. La capacidad de percibir la diferencia entre los diversos colores no es una cualidad innata sino el resultado del entrenamiento desde edad precoz y de tener un vocabulario específico suficientemente amplio para llamar a cada color por su nombre.

Siempre que oigo hablar de la capacidad superior de las mujeres para la percepción de los colores, me acuerdo de mi abuelo. Mi abuelo tenia una mercería y vendía en ella, entre otras cosas, bobinas de hilo de colores. Desde los seis años, mi abuelo me enviaba una vez al mes a la tienda de telas de Francisco R. a buscar la "carta de hilaturas" (la carta de colores de Hilaturas Fabra y Coats, empresa catalana que fue referencia en el mercado nacional de hilo de coser y ahora es una multinacional con presencia en 60 países), frase que yo repetía con precisión, recibiendo como premio un triptico lleno de pequeñas tarjetitas con una enorme variedad de colores. Y yo recorria los escasos cuatrocientos metros entre la tienda de telas y la mercería de mi abuelo mirando aquellos colores y aprendiendo la sutil diferencia entre ellos. No había niño en el pueblo que hubiese visto más colores que yo, colores que aprendí yendo y viniendo entre las dos personas que más sabían de colores del pueblo, curiosamente, dos varones.

Dicen que los inuit pueden distinguir hasta 20 tonos distintos de blanco. ¡Vaya tontería! ¿y eso para qué sirve? En nuestro entorno, a no ser que seas un decorador de esos que hacen virguerías con el blanco roto, esta habilidad tiene poca utilidad. Para un inuit, sin embargo, es una cuestión de vida o muerte pues le permite distinguir entre un montón de nieve y un oso polar, saber sobre qué hielo se puede caminar y qué hielo tiene un grosor suficientemente pequeño como para poderlo perforar para pescar. Por cierto que, teniendo en cuenta que entre los inuit los que cazan y pescan son los varones, es muy probable que quienes tengan esa capacidad de distinguir los 20 tonos de blanco sean los varones y no las mujeres.

Cuando un varón es entrenado para la percepción, iguala (y con frecuencia supera), a la mujer en todos los sentidos corporales. Sumilleres, perfumistas, modistos, músicos, pintores, cocineros, masajistas, escultores...y podría continuar con una larga lista de profesiones basadas en la percepción que tienen con frecuencia a varones como referente de la misma.

Volviendo al tema de los colores, la clasificación que se menciona, incluso la del lado izquierdo me parece poco precisa. He visto pocas uvas de ese color, las fresas tienen un rojo más intenso, la única miel que tiene tono verdoso es la del tilo (y su color es más oscuro que el que se muestra) y los melones presentan una gran variedad de colores, tanto por dentro como por fuera. Por último, si me encuentro una lima de ese color en el supermercado será en la seccion de juguetería....Lo dicho, un buen chiste.

Si queríamos precisión en los colores pues ahi tenemos las clasificaciones RAL y Pantone, por cierto, ambas compiladas y ordenadas por la iniciativa de varones. Y mi amigo Kikás, ese que dice que no entiende de colores, tiene una deliciosa entrada en su diario que demuestra que ser capaz de distinguir unos colores de otros es una cuestión de interés y oportunidad.

5 comentarios:

  1. Siempre pensé que eras un poco maric...
    Vaya, me van a tirar a dar despues de esto
    ¡Mira que saber de qué color es el fucsia!

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  2. Y por cierto, de lo que estamos hablando no es que los colores no sean parecidos, sino que las mujeres saben exactamente qué color es el fucsia, y a mi si no me dices que es el RAL 7290, ni puta idea...

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  3. No es que las mujeres tengan mayor capacidad para la percepción de los colores, es solo que ellas saben comó se llaman

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    1. Claro, la riqueza de vocabulario permite etiquetar las distintas percepciones y ayuda a memorizarlas.

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  4. @ Kikás. Ya sé que parece más masculino entender de vinos que de colores, pero el procedimiento para saber de vinos y para saber de colores es el mismo: entrenamiento y vocabulario. Por cierto, en una cata de vinos (en varias ocasiones has presumido de ganar todas las que organiza tu empresa), ¿cual es la primera fase?. La valoración del color del vino. Y a mí me parece tan difícil o más distinguir entre el rojo rubí, rojo púrpura, rojo vino, rojo tomate, rojo bermellón, caoba y rojo óxido (todos ellos colores del vino tinto) que entre los verdes caza, caqui y musgo.

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