Un cliente sube en su coche a una prostituta en la Casa de Campo y le pide un trabajo manual.
- ¿Con música o sin música?
- No sé, hazlo con música.
Y entonces la meretriz se pone cuatro pulseras. ¡Cling, cling, cling, cling.....!
El chiste es muy malo pero me vino a la cabeza escuchando un programa de la radio belga francófona en que intentaban averiguar de que medios se valían los defraudadores para no pagar el IVA a Hacienda. Era impresionante oír el desparpajo con que diversos trabajadores y empresarios contaban, en público y ante un medio de comunicación que escuchan varios millones de personas, que más de la mitad de su facturación no solo va sin IVA sino que no deja constancia en ningún sitio, que no deja ni huella. Uno habló de programas informáticos contables con "aplicación B", que permite guardar la contabilidad B en una memoria USB de modo que, ante una inspección de Hacienda, no se pueda encontrar rastro alguno. Un restauradorOtro contaba que guardaba los libros B en casa de un primo suyo, otro decía que lo guardaba todo en su cabeza. Y después de hablar con fontaneros, transportistas, restauradores, baristas y las más variadas profesiones, llama un señor que dice que el ginecólogo que operó de urgencia a su mujer le pidió 500 euros en B, sin entregarle recibo alguno por lo que no pudo repercutir la factura a la Mutualidad, con la advertencia de que, si no pagaba ese importe, en el hospital en que trabajaba tenía otros pacientes a los que atender.
De poco sirvieron las advertencias del presentador sobre la dificultad de reclamar si no hay factura, que se convierte en imposibilidad cuando el vendedor elimina cualquier rastro de la transacción. O cuando dijo que la pensión de un trabajador que ha recibido parte de su remuneración en negro (en ocasiones más del 50%), será inferior a la del trabajador con nómina en regla, porque aquél habrá cotizado menos que éste: todos, empresarios, trabajadores y clientes parecían reconocer inmediatamente las innumerables ventajas del pago "bajo cuerda". Pero lo más terrible de todo fue cuando el locutor llamó a un inspector de Hacienda, a quien habían pedido que escuchara el programa y le preguntó si existía alguna forma de detectar esta contabilidad fraudulenta y el inspector dice: "Lo que se está diciendo aquí es verdad. No podemos detectarlo todo. Muchas de las transacciones sin IVA no dejan huella alguna y son indetectables". Y yo alucinando en todos los colores de la clasificación RAL. Aquí teníamos a un inspector de Hacienda reconociendo en público, ante millones de ciudadanos su impotencia para detectar el fraude fiscal relativo al más importante de los impuestos indirectos.
El programa tuvo también momentos graciosos cuando los distintos "pofesionales" contaban como abordaban la cuestión de proponer a sus clientes el olvidarse de formalidades y que había incluso algunos códigos para dicha aproximación...selecciono los tres mejores:
CASO 1: (en una tienda de muebles con fabricación propia)
¿Usted no necesita factura, verdad?
CASO 2: (en un restaurante)
"¿Quiere usted un ticket de IVA?"
Si el cliente dice que no, se rompe el recibo y la facturación va íntegra directamente a la caja B para pagar a los empleados bajo cuerda.
CASO 3: (una empresa de mudanzas).
- "¿Factura pequeña o factura grande?"
Si pides factura pequeña, te dan una factura por el importe mínimo y todos los extras te los cobran en negro.
Pero la mejor de todas:
CASO 4: (un fontanero)
- "¿Con música o sin música?"
Y me imagino a mí mismo diciéndole:
- Póngase las pulseras, que soy de la Sociedad de Derechos de Autor. (Traducción: Con IVA, que trabajo en Hacienda).
Solo por ver la cara que pone.
O sea, que no solo es en España...en la Bélgica francófona tambien lo hacen...
ResponderEliminarAl final es lo mismo, en Bélgica tambien tienen tal cantidad de gastos superfluos que la gente acaba pensando que para que se lo gasten en televisiones absolutamente duplicadas, no lo pago...
Muchas veces si se malgasta te rebelas..
@ Kikás: Eso es apología de fraude fiscal. O sea, un maravilloso ejercicio de tu derecho a la libertad de expresión.
ResponderEliminarEso es denuncia de la demagogia y de la dilapidación de los que disparan con pólvora del Rey (Esa que pago yo)
ResponderEliminarLo otro es interpretación tuya...
Cada vez son más los asesores que recomiendan, en petit comité que, en prevención de lo por venir, se ponga la mayor cantidad de activos posible fuera de la vista y del alcance del fisco. Para evitar expolios, se entiende.
ResponderEliminarHe pensado lo mismo que Kikas: Ah, que dicen que eso sólo es así en España...
ResponderEliminarYa lo he dicho alguna vez. Hace años yo estaba muy concienciado con la necesidad del pago y el Hacienda somos todos, pero visto lo visto, si hay ocasión, y ante quien me quiera escuchar, digo "oiga, usted me cobra lo que me tenga que cobrar, pero sin factura, que estoy hasta los huevos de pagar a tanto hijoputa que vive del cuento"
Esto es como aquello de Ava Gardner y Dominguín, cuando el torero decía era todavía mejor cuando se lo contaba a los amigos... Pues aquí, igual.
ResponderEliminarUna cosa es hacerlo y otro contarlo a los cuatro vientos.
Pues no, Gonzalo. En todo el mundo se intenta pagar lo menos posible en impuestos pero se intenta menos donde el contribuyente siente que el dinero de sus impuestos sirve para algo. El déficit público se arreglaría casi sin esfuerzo a poco que se controlase la corrupción, no solo porque la corrupción contribuye a la vertiente del gasto sino porque un país sin corrupción hace que sus ciudadanos tengan menos estímulo para cometer fraude fiscal.
ResponderEliminar@Javier. A mí me parece muy imprudente presumir de cometer un fraude fiscal, porque nunca se sabe con quien estás hablando. Solo hay algo que me enoja más: el que presume de estar metiendo la mano en la caja de la Administración. A éste me dan ganas directamente de soplarle los mocos.
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