sábado, 24 de abril de 2010

182. Drogas legales.

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Es la nueva moda: mefedrona. La mefedrona (más conocida como miau miau) es un polvito blanco-amarillento que tiene el mismo efecto que el extasis y que puede ser tragado en forma de pastilla o esnifado como la cocaína.

25 muertos sólamente en Inglaterra. Las víctimas se ahogan en su propio vómito, mueren de un "accidente cardiovascular" o se suicidan en un arrebato. Los más, afortunadamente, permanecen tres días despiertos, tienen ataques de pánico que duran hasta diez horas o les da, cosa curiosa, por mutilarse los genitales, con las consecuencias que esto puede tener.

Lo más interesante es que es muy fácil de adquirir, basta con teclear mefedrona en internet y un proveedor chino te manda 50 kilos por correo urgente por poco más de tres mil euros. ¿Cómo consienten esto las autoridades? Muy fácil. Es completamente legal.

El truco para que esta substancia mortal pueda ser legal es que es un fertilizante para plantas y como tal se vende, y eso a pesar de que su estructura química es muy parecida al extasis. Si luego algún gilipollas decide esnifar fertilizante para plantas, como dice uno de los distribuidores de este producto: "¿Y a mí que?, cada uno decide lo que quiere hacer con su cuerpo".

¿Y sabéis que pienso?. Que tiene razón.

En realidad, hacer ilegal este producto es lo mejor que les puede pasar a sus distribuidores. El precio se multiplicaría y si alguien piensa que eso dificultaría su distribución entonces, tendría que ver la escuesta nacional sobre drogas y comprobar que en el colectivo formado por los jóvenes entre 14 y 18 años, un 6,8% ha consumido cocaína (una sustancia cuya distribución, que no su consumo, es ilegal en España) y casi la mitad (97% en Valencia) afirma que es "fácil" conseguirla, y todos conocen personalmente a alguien que se mete droga (en Valencia una cuarta parte de los jóvenes valencianos afirman conocer a DIEZ personas que consumen coca).

A ver, si yo quisiera consumir cocaína no sabría a donde dirigirme. ¿Cómo es que casi uno de cada dos adolescentes españoles saben donde encontrar coca? ¿Donde la venden? ¿En un kiosko al lado del instituto? ¿Pipas, caramelos, regaliz...tirito de coca? ¿Y cómo la pagan? ¿O es que gracias a que España es tan buen mercado (el 20 % de la cocaína consumida en el mundo pasa por la nariz de un español...olé, mi tierra) el gramo de coca se ha puesto a buen precio?

Aunque  apetece, en vez de liarse a tiros con según qué hijo de puta ( cosa que no recomiendo porque no sabría a quien apuntar y además suelen tener mejores armas y están preparados a utilizarlas), yo empezaría por preguntarme que es lo que lleva a esos chavales a la droga, por qué no la rechazan a pesar de que tienen sobrada información para conocer sus peligros, por qué su autoestima es tan baja que el argumento de "si todo el mundo lo hace" basta para bajar sus defensas y, por último, cómo han llegado a la conclusión de que nadie les estima, les respeta y les reconoce y que la vida no merece la pena vivirla, si no te metes un gramito de coca de vez en cuando y un litro de ginebra cada fin de semana.

3 comentarios:

  1. Acabo de pillarte el razonamiento
    Para no trasegar litros de Ginebra, no compras tónica.
    Si es lo que tiene haber estudiado

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  2. En mis tiempos puber-juveniles, todos, hasta los que no usábamos, sabíamos perfectamente dónde había que ir a por hachís. Entonces era a lo que la juventud que se metía algo le daba.

    En mis últimos tiempos de salir de copas y de trabajar en bares, cuando ya al personal le brillaban los ojos de forma distinta al salir del baño del bar o se disparaba el consumo de botellines de agua mineral, siempre tratabas con uno de esos de ojos brillantes o sanísimo consumo de fontvella.

    Así que supongo que con un poco de interés no debía ser nada difícil saber dónde acudir a hacer la compra. Eso, te digo, hace ya un puñado de años. Teniendo en cuenta la evolución de las costumbres (que cantara Fernando Márquez), supongo que ahora se anunciarán con carteles luminosos, así que no me extraña que el 500% de los jóvenes sepan dónde comprar droga.

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  3. La oferta sigue a la demanda. No es dónde hay que ir a comprar; es que, donde haya jóvenes, habrá gente para vender.
    En el instituto en el que fui secretario sólo llegamos a pillar una vez a un "camellín" interno, con maría. Eso sí, no le pillamos nosotros: como sospechábamos, un día le tendimos una emboscada, y cuando llegó la policía le encontró una bolsa de maría tamaño king size. Nosotros no podíamos: como cachees a un menor, la tienes montada, y más si no tienes atribuciones para ello. Lo que había que hacer era tenerle allí sin que se pudiera mover, y cuando llegó la policía, se le cayeron los pantalones. De todos modos, al tener 15 años y la cantidad de excusas que montó, lo cierto es que a la semana estaba otra vez en el instituto y seguro que siguió vendiendo.
    Otra cosa es que uno que sospechábamos que pasaba pastillas, siempre se nos escabulló. Sospechábamos que pasaba en los baños.
    Pero lo cierto es que en cualquier discoteca de fin de semana debe haber más de uno y más de dos vendiendo. No hay que ir al Pozo del Tío Raimundo. En el Barrio de Salamanca también se consigue.

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