sábado, 25 de febrero de 2012

228. Fama

Todavía recuerdo el discurso de la profesora de baile con que comenzaba cada capítulo de la serie norteamericana Fame: "Tenéis muchos sueños, buscais la fama. Pero la fama cuesta y aquí vais a empezar a pagar...con sudor".

Según una encuesta realizada en Estados Unidos y en China parece que al menos un 30 % de los encuestados fantasea con ser famoso. Sin embargo, apenas un 2% considera que su objetivo en la vida es ser famoso, por lo que no se esfuerza en conseguirlo.

Y quizá es lo mejor ya que según el psicólogo y profesor de comunicación Jib Fowles, los famosos se suicidan cuatro veces más que el resto de los mortales y su esperanza de vida (medida como la media de edad al morir) es  de 58 años, frente a la media de 72 años (aquí estamos hablando, otra vez, de Estados Unidos). Ser famoso es pues más peligroso que ser soldado.

Según Charles Figley (que es un psicólogo estadounidense), los famosos son muy sensibles a los juicios de valor y las críticas de los demás porque su carrera depende de la opinión de mucha gente. Además, se sienten muy inseguros sobre su posición por lo que necesitan constantemente buscar confirmación de que merecen lo que han conseguido y esto genera mucho estrés. El estrés es la primera causa de deterioro de la salud tanto física como psíquica, pues reduce la capacidad de reacción del sistema inmunitario.

Teniendo en cuenta el número de seguidores que tengo, pocos pero valientes, creo que moriré centenario y con una mala salud de hierro.

martes, 14 de febrero de 2012

227. Dinero negro, dinero blanco

Dice el refrán: "No importa si el gato es negro o blanco, lo importante es que cace ratones". Esto mismo deben de pensar los belgas en lo relativo al dinero. No importa si el dinero es negro o blanco, lo importante es que sirva para comprar cosas.

Con motivo de la crisis económica y los consabidos recortes en el dinero público, se ha hablado mucho de la evasión fiscal, la legal y la ilegal. Hay voces que dicen que si se recaudasen los impuestos correspondientes a la economía sumergida, no tendríamos déficit público.

En un diario belga de hoy aparece la noticia de una encuesta realizada para analizar el alcance de la economía sumergida en Flandes. Del extenso análisis me quedo con tres datos interesantes. Dos de ellos constituyen para mí algo esperado, el otro es una completa sorpresa.

1er Dato. Nadie tiene ni puñetera idea del alcance de la economía sumergida. La estimación varía entre el 8 del Banco de Bélgica y el 22 por ciento de la Universidad Libre de Bruselas. Muy preciso, vaya. El artículo dice, aunque sin citar fuentes, que el país de la OCDE con más economía sumergida es Grecia y el que menos Estados Unidos.
2º Dato. El artículo realiza una clasificación con las respuestas a la pregunta: ¿Recibe usted remuneración en negro? Dicha clasificación la encabezan los trabajadores manuales por cuenta ajena, seguidos a corta distancia por los autónomos y las profesiones liberales. La cierran, faltaría más, los funcionarios (el porcentaje de funcionarios que reciben remuneración en negro es cero).
3er Dato. Y aquí viene la sorpresa. El artículo realiza una clasificación con las respuestas a la pregunta: ¿Ha pagado usted bienes o servicios en negro? Adivinen que colectivos laborales están a la cabeza de esta clasificación.

En el puesto 1: los funcionarios (cerca de un 85% de los funcionarios ha pagado alguna vez algo en negro).
En el puesto 2: los autónomos.
En el puesto 3: los pensionistas.

Es decir, colectivos cuya forma de vida depende de que los impuestos se paguen correctamente (funcionarios y pensionistas) encabezan la clasificación de quienes aceptan pagar en negro para ahorrarse pagar impuestos.

No se si la situación en Flandes es extrapolable a España, pero es probable que sí. Esto significaría que la economía sumergida tiene tan nivel de arraigo que probablemente hasta los funcionarios de Hacienda pagan de vez en cuando en negro.

- "¿Quiere usted factura?
- "Oiga, que yo soy funcionario."
- "Ah, entonces, sin factura."

domingo, 12 de febrero de 2012

226. "Mañana, más"

Nos acercamos paulatinamente los seis millones de parados, el Gobierno de España anuncia una reforma del mercado laboral que facilita el despido y el ciudadano español tiene el absoluto convencimiento de que con estas medidas aumentará el número de parados quizá hasta los siete millones. Si este análisis es correcto y si este temor está o nó justificado no es algo que voy a discutir en este artículo, pero sí quiero hablar de una de las consecuencias de este temor. Y esta consecuencia es que quienes tienen trabajo se agarran a él, aunque sea un trabajo que no les gusta, aunque sea un trabajo que hace que se levanten pesarosos cada mañana y aunque sea un trabajo de mierda, mal pagado y desagradable.

Pero, ¿qué fue primero? ¿El trabajo de mierda o el miedo a perderlo?

Dice Sir Richard Branson, fundador de Virgin, lo siguiente "Nunca he empezado un negocio para ganar dinero, sino que he descubierto que el dinero viene por sí mismo si haces algo que disfrutas haciendo".

La gente aguanta en un trabajo de mierda porque tiene miedo a perderlo.  Y tiene miedo a perderlo porque trabaja por dinero. Y trabaja por dinero porque tiene un nivel de vida que no se corresponde con su nivel de renta sino con su capacidad crediticia. Y las servidumbres de su nivel de vida y su capacidad crediticia lo mantienen esclavo, agarrado por los huevos y anclado en un trabajo de mierda. (Un trabajo de mierda no es necesariamente aquí un trabajo mal pagado sino más bien, un trabajo que no se realiza con gusto).

La única manera de romper este círculo vicioso es trabajar en lo que te gusta y adaptar tu nivel de vida a la renta que produce el trabajar en lo que te gusta. Estoy convencido de que todos seríamos más felices así, habría menos miedo, trabajariamos mejor, seríamos más productivos y habría menos paro.

El fallecido Steve Jobs ante un enfervorecido publico en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford dijo lo siguiente:

"Tu trabajo ocupará una buena parte de tu vida, y la única manera de conseguir realizarte es hacer un trabajo fantástico. Y la única manera de hacer un trabajo fantástico es ser feliz con lo que haces. Si aún no has encontrado esto, sigue buscando. No te conformes con menos".

Haced que el trabajo sea como esos juegos de cuando éramos niños. Al caer la tarde siempre nos despediamos diciendo: "Mañana, más".

Mañana, jugaremos más...y nos pagarán por ello.

jueves, 9 de febrero de 2012

225. Reventao de trabajar.

Tengo que comprarme uno de esos teléfonos móviles con cámara para poder plasmar en imágenes la realidad que me rodea que, a veces, es verdaderamente chocante.

Mi vecino ha pedido a una empresa de construcción que le amplie el ático y los trabajos han empezado hoy. Es un trabajo muy duro para esos trabajadores que están encima del tejado a seis grados bajo cero levantando tejas y colocando las ampliaciones prefabricadas a toda velocidad, a sabiendas de que no pueden permitirse el lujo de no terminar hoy, porque amenaza nieve y no pueden dejar el tejado abierto.

Hay un fuerte contraste entre estos trabajadores y su compañero de la grua, que lleva media mañana alternando la siesta con el cigarrito, al calor de la calefación de la cabina de la grúa. De vez en cuando, sus compañeros interrumpen su placido bienestar para pedirle que suba o baje materiales (una vez cada hora, más o menos). Lástima que no he tenido la oportunidad de fotografiarlo con su gorro calado hasta la nariz para que la luz del día no impida su descanso.

Yo he traducido del inglés al español un manual de seguridad e higiene en el trabajo de una importante multinacional y os puedo asegurar que la actitud de este "trabajador" es, como poco, manifiestamente imprudente.

Y luego volverá a casa y le dirá a la mujer "Paaqui (ya sería casualidad que su mujer se llamase Francisca, teniendo en cuenta que este tipo vive en Bélgica, pero ustedes me entienden), ponme la comida y que vengo reventao de trabajar."

Cosas veredes...

miércoles, 8 de febrero de 2012

224. ¿Ventana o pasillo?

Según el  Colegio norteamericano de médicos del torax, (ACCP por sus siglas en inglés), el  sentarse en un avión en el lado de la ventanilla eleva el riesgo de sufrir trombosis, especialmente en los viajes de larga duración. Todo esto está basado en sesudos estudios que en la noticia no se mencionan, pero puede también intuirse la razón.

Supongamos que cada pasajero en un vuelo intercontinental se levanta una media de seis veces entre las veces que usa el baño y las que toma algo de su equipaje de mano. El pasajero sentado en el pasillo puede levantarse sin molestar a su vecino de asiento. El pasajero del centro de la fila, para levantarse tiene que hacer que también el pasajero del pasillo se levante. El pasajero de la ventanilla, para levantarse, tiene que hacer que se levanten el pasajero del centro y el pasajero del pasillo. El resultado es que el pasajero de ventanilla se levanta seis veces durante el vuelo, el pasajero del centro se levanta doce veces y el pasajero del pasillo se levanta dieciocho veces.

Habitualmente, el viajero sentado en el pasillo experimenta todo este trajín como una molestia pero, en realidad, según el estudio de ACCP, esta molestia puede salvarle la vida ya que este ejercicio extra que tiene que realizar por su posición en el avión, hace que se reduca la posibilidad de sufrir una trombosis.

Recuérdelo la próxima vez que le pregunten, ¿ventana o pasillo?

sábado, 4 de febrero de 2012

223. ¿Me llevas a la escuela?

Foto:  ANP

Los periódicos Gazet van Antwerpen y Het Belang van Limburg se han hecho eco de la noticia.  En el pueblo de Retie, cerca de Amberes, todos los niños nacidos en 2009 reciben una carta de las escuelas de preescolar, para que sus padres realicen el registro. Parece ser que el sistema que utilizan, cuando busca el año de nacimiento, solo considera las últimas dos cifras del año y como resultado, habrá un niño muy especial en una escuela maternal de Retie. El nuevo alumno ha nacido en el año nueve, pero del siglo pasado. 


Estamos acostumbrados a ver abuelos llevando a los nietos a la escuela pero lo novedoso de este caso es que este abuelo, a lo mejor, se queda a escuchar la lección.

A ver si Dios le da salud y dentro de diez años le invitan a inscribirse para el instituto.