Desde hace un mes doy clase de español a alumnos de la escuela de mis hijas. Y con cada clase, me reafirmo en mi opinión de la absoluta necesidad de establecer una educación diferenciada por sexos.
Las niñas, sonrientes y entusiastas, repiten correctamente cada palabra y es evidente que han ensayado en casa para recordar bien la pronunciación. Son como esponjas que lo absorben todo y piden más. Y están agradecidas de tener la oportunidad de aprender un idioma nuevo y la van a aprovechar. En la segunda clase, ya pueden decir correctamente frases sencillas. "Yo me llamo C. ¿y tú?" Hasta hacen la ll lateral palatal, como a mí me gusta. Está claro, además, que han ensayado en casa para poder demostrar en la siguiente clase, con orgullo, que han aprendido.
Entretanto, tendré suerte si algún chico acaba aprendiendo una palabra al final de cada clase, porque ellos, tumbados en sus sillas, se pasan el tiempo peleando, insultando a sus compañeras y haciendo gala de su mala educación.
- "Mi nombre es español....¿qué significa?", pregunta una niña con ligero sobrepeso.
- "Saco de patatas" contesta un chico, para regocijo de los demás niños.
Y me parece una lástima emplear un tiempo en que podría enseñar una nueva frase o palabra en explicar a un niño que va de gracioso, que tiene menos gracia de lo que cree. O explicando que no me parece bien que un niño grande le quite el cuaderno a otro más pequeño.
Tras solo tres clases, se forma entre niños y niñas un abismo tan grande, que los niños se aburren porque no entienden nada y las niñas también se aburren, porque no aprenden nada. Y la clase se va a mierda.
Está científicamente demostrado que el desarrollo, tanto físico como intelectual, de niños y niñas no es paralelo y que, por lo tanto, tienen a cada edad necesidades educativas diferentes. Debería haber, por lo tanto, profesores especializados en la educación de niñas y profesores especializados en la educación de niños (en algunas edades, algo parecido a un domador de fieras) hasta que puedan converger, probablemente, en torno a la edad en que acceden a la universidad.
Evitar esta discusión por ser incómoda y políticamente incorrecta no soluciona el problema. Hay gente que dice que la educación mixta ayuda a que los niños comprendan y respeten mejor a sus compañeros del otro sexo. Francamente, yo no lo veo. Por poner un ejemplo, bastante menos dramático de los que muestra habitualmente la realidad de nuestros colegios e institutos, uno de hoy mismo: una niña perdió un objeto que le era muy querido y estaba llorando. Sus compañeras, inmediatamente, se pusieron a su disposición para buscarlo, mientras que sus compañeros se reían y se burlaban de ella. Y no creo que sea por maldad, sino porque no pueden entender una reacción emocional por algo que tiene (según su criterio) tan poca importancia. Otra cosa sería, por ejemplo, que se hubiera caído de un árbol. Eso sí lo entenderían.
Creo que sería importante que los padres pudiesen elegir verdaderamente la educación de sus hijos. Se debería ofrecer la posibilidad de una educación diferenciada, pública y laica para aquellos padres que lo requieran, de modo que quienes quieran que sus hijos reciban una educación diferenciada, no tengan que recurrir a llevar a sus hijos a determinados colegios religiosos donde enseñan que varones y mujeres tienen distinto valor y distintas funciones en la sociedad y tengan, además, que pagar mucho dinero por ello. El argumento de "el que quiera educación diferenciada, que se la pague" es mezquino y equivale a otros argumentos que han sido ya desechados, precisamente, por reaccionarios.
Y, claro está, es también importante preparar mejor la siguiente clase ;-)
Las niñas, sonrientes y entusiastas, repiten correctamente cada palabra y es evidente que han ensayado en casa para recordar bien la pronunciación. Son como esponjas que lo absorben todo y piden más. Y están agradecidas de tener la oportunidad de aprender un idioma nuevo y la van a aprovechar. En la segunda clase, ya pueden decir correctamente frases sencillas. "Yo me llamo C. ¿y tú?" Hasta hacen la ll lateral palatal, como a mí me gusta. Está claro, además, que han ensayado en casa para poder demostrar en la siguiente clase, con orgullo, que han aprendido.
Entretanto, tendré suerte si algún chico acaba aprendiendo una palabra al final de cada clase, porque ellos, tumbados en sus sillas, se pasan el tiempo peleando, insultando a sus compañeras y haciendo gala de su mala educación.
- "Mi nombre es español....¿qué significa?", pregunta una niña con ligero sobrepeso.
- "Saco de patatas" contesta un chico, para regocijo de los demás niños.
Y me parece una lástima emplear un tiempo en que podría enseñar una nueva frase o palabra en explicar a un niño que va de gracioso, que tiene menos gracia de lo que cree. O explicando que no me parece bien que un niño grande le quite el cuaderno a otro más pequeño.
Tras solo tres clases, se forma entre niños y niñas un abismo tan grande, que los niños se aburren porque no entienden nada y las niñas también se aburren, porque no aprenden nada. Y la clase se va a mierda.
Está científicamente demostrado que el desarrollo, tanto físico como intelectual, de niños y niñas no es paralelo y que, por lo tanto, tienen a cada edad necesidades educativas diferentes. Debería haber, por lo tanto, profesores especializados en la educación de niñas y profesores especializados en la educación de niños (en algunas edades, algo parecido a un domador de fieras) hasta que puedan converger, probablemente, en torno a la edad en que acceden a la universidad.
Evitar esta discusión por ser incómoda y políticamente incorrecta no soluciona el problema. Hay gente que dice que la educación mixta ayuda a que los niños comprendan y respeten mejor a sus compañeros del otro sexo. Francamente, yo no lo veo. Por poner un ejemplo, bastante menos dramático de los que muestra habitualmente la realidad de nuestros colegios e institutos, uno de hoy mismo: una niña perdió un objeto que le era muy querido y estaba llorando. Sus compañeras, inmediatamente, se pusieron a su disposición para buscarlo, mientras que sus compañeros se reían y se burlaban de ella. Y no creo que sea por maldad, sino porque no pueden entender una reacción emocional por algo que tiene (según su criterio) tan poca importancia. Otra cosa sería, por ejemplo, que se hubiera caído de un árbol. Eso sí lo entenderían.
Creo que sería importante que los padres pudiesen elegir verdaderamente la educación de sus hijos. Se debería ofrecer la posibilidad de una educación diferenciada, pública y laica para aquellos padres que lo requieran, de modo que quienes quieran que sus hijos reciban una educación diferenciada, no tengan que recurrir a llevar a sus hijos a determinados colegios religiosos donde enseñan que varones y mujeres tienen distinto valor y distintas funciones en la sociedad y tengan, además, que pagar mucho dinero por ello. El argumento de "el que quiera educación diferenciada, que se la pague" es mezquino y equivale a otros argumentos que han sido ya desechados, precisamente, por reaccionarios.
Y, claro está, es también importante preparar mejor la siguiente clase ;-)
Eres un facha, siempre lo fuiste..
ResponderEliminarSi Leyre, Bibi o Ana Mato se enterasen...
;-)
Está claro, Kikás. Un facha de campeonato, como Barack Obama, que está fomentando la educación diferenciada en los Estados Unidos.
ResponderEliminarSi es que somos unos ceporros y sólo con el tiempo vamos mejorando... algo.
ResponderEliminarEso, un facha.
ResponderEliminarMe parece un asunto que es tan claro para quien lo vive... Si tú en unas pocas clases de español lo has comprobado, imagina los profesores de 6 clases diarias...
Estoy totalmente de acuerdo en que la diferenciación debería ser una opción también en la escuela pública (y laica, cualquier cosa que eso signifique), pero de tus palabras interpreto que consideras que los colegios religiosos que la ofrecen " enseñan que varones y mujeres tienen distinto valor y distintas funciones en la sociedad", con lo cual estoy en absoluto desacuerdo. Al menos en lo que yo he conocido.
Un facha peligroso, Gonzalo.
EliminarLos que lo viven 6 hora al día, dicen que no tengo razón, que es falta de medios. Que si hubiera más medios, el profesor se podría adaptar a la circunstancia de cada alumno.
Y digo yo: si resultase que separando a los niños de las niñas, al menos para determinadas asignaturas o a determinadas edades, se consiguieran con medios escasos mejores resultados. ¿No merecería la pena intentarlo? Y, por encima de todo, no habría que otorgar a los padres la potestad de decidir qué clase de educación quieren para sus hijos?
Si la cosas en los colegios religiosos que ofrecen educación diferenciada no son como yo los he descrito, entonces o tienen esos colegios un problema de imagen o yo tengo una idea preconcebida, fruto de la manipulación de los medios.
En cualquier caso, agradezco, como siempre, tu información y tu punto de vista.
Tras muchos meses, un saludo desde otro país y continente.
ResponderEliminarSupongamos que ya tenemos el colegio que tu propones donde existen tres clases de niñas cursando el 4º año. Por tu regla de tres, cuando pasen a 5º año, se debería agrupar en una de las clases a las niñas que hayan conseguido mejores resultados, en otra a las que hayan sacado la media y en la tercera a "las tontas". Es muy posible que la clase de "las listas" avance mucho mas que las otras dos el primer año, pero creo que pasados 2 o 3 años un porcentaje importante de esas niñas ya no merecería estar ahí. Por supuesto las podrías pasar a la clase donde están las que consiguen la media, pero de lo que estoy convencido, es de que jamas conseguirás con este sistema es que una de la clase de "las tontas", ya estigmatizada, consiga subir de "nivel". Potenciar durante la infancia y adolescencia a aquellos que tienen mas facilidad (que no capacidades) en vez de centrarnos en ayudar a aquellos que necesitan mas atención me parece aberrante, pero no tengo la menor idea de pedagogía. De lo que sí discrepo categóricamente es de el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos.
Soy padre de dos niños y Pastafárico Ortodoxo, aunque también he abrazado la Fé Patolicista de la Iglesia Paticana de Leo Bassi. La sola protección que tienen mis hijos ante un individuo como yo es una escuela pública obligatoria y única. Lo único que defiende y puede liberar a los niños de la asfixia de la familia (por lo general Hooligans de algún equipo de fútbol, veganos esotéricos, librepensadores o miembros del Ku Klux Klan) es una escuela donde puedan libremente decidir que quieren ser. La educación es demasiado seria para dejarla en manos de padres como yo y los niños no son Dioses que podamos crear a nuestra imagen y semejanza.
En el nombre del Pato, del Huevo y del Espíritu Ganso, un saludo desde Costa Rica,
Siggi
Un saludo Siggi. Gracias por tu aportación. Se te ha echado de menos.
ResponderEliminar