miércoles, 30 de septiembre de 2009

75. Al cole a patita.

Cuando era niño iba todos los días cuatro veces andando a la escuela que estaba a dos kilómetros de casa. Otros niños vivían más lejos, a tres o cuatro kilómetros. Habían pocos niños gordos, ya os lo podéis imaginar: Luisito y Petra, entre más de 1000 niños. A veces, había que ir corriendo para llegar a tiempo y de resultas de esa costumbre, Manolito y Jesusito fueron campeones nacionales junior de cross. Sólamente cuando llovía mucho, pero mucho, o cuando nevaba, sacaba mi tía su Land Rover, metía dentro a todos los niños de la plaza, que éramos diez, y nos llevaba ¡oh Dios mío!, sin sillas adaptadas, hasta la escuela. No había un puñetero paso de cebra en el pueblo, a pesar de que lo atravesaba una carretera nacional con mucho tráfico. Nuestros padres nos daban la cartera y nos decían que tuviésemos "cuidaito". No habían policías municipales para observar el tráfico a la entrada y a la salida de las clases. Quienes conducían un vehículo sabían que los niños (y los adultos) podían cruzar la calle en cualquier momento y por cualquier lado, por lo que conducían con precaución. El peatón era el rey. Hasta los maestros iban a la escuela andando y los que iban en coche, salían tocándo el claxon ya desde su casa. Tut, tuut. Ya viene don Pablito. Tut, tuut, tuuut, tuuuut. Ya viene Doña Carmen, que era la que más ruido hacía.

Nunca murió ningún niño atropellado en el pueblo hasta que los padres, de acuerdo con las autoridades, decidieron que era más seguro que los niños fuesen en autobús. Entonces una niña marroquí cometió la imprudencia de levantarse de su asiento y apoyarse en la puerta del autobús en marcha. La puerta se abrió y la niña cayó a la carretera, desnucándose. Si hubiera ido andando, no habría ocurrido. Aún recuerdo la desesperación de su padre porque entonces no habían casi imanes en España y su hija iba a ser enterrada “como un perro”. “No como un perro”, dijo el sacerdote “pues estas personas rezarán por ella en la forma que saben”. Y más de tres mil personas rezaron un Padrenuestro lo que consoló mucho a la familia.

La única razón por la que los niños no pueden ir a la escuela andando o en bicicleta es que hay demasiados padres histéricos que histéricamente conducen demasiados automóviles para llevar a sus hijos a la escuela.

Yo vivo a cuatro kilometros de la escuela y mi hija no va en bicicleta no sólo por las muchas cuestas sino por tanto desaprensivo que, no respeta la distancia mínima a los ciclistas y utiliza las calles adyacentes a la autopista (por ejemplo la mía) como desvío de la misma cuando hay atascos. Y circula por calles residenciales a 70 km por hora que si no, no cunde el atajo. Antes vivía a cuatrocientos metros de la escuela y llevaba a mi hija en coche. ¿Desaprensivo e histérico? No, desde la escuela hasta mi antigua casa hay una carretera que circula junto a un terreno agrícola protegido y, por presiones de los ecologistas, el gobierno de la provincia no aprueba la construcción de una acera, por lo que los niños tienen que caminar por la cuneta a escasos cuarenta centímetros de los coches que circulan, teóricamente, a setenta kilómetros por hora, aunque muchos no respetan este límite. Un tropezón y adiós niño.

No obstante, algo se puede hacer. Esta mañana nos hemos levantado media hora antes y en lugar de llegar con el coche hasta la misma escuela, he estacionado a quinientos metros de distancia del edificio. A C.M. le ha hecho mucha gracia. Hemos hecho competiciones de farola a farola a ver quien llegaba antes. Ella gana siempre (alguna vez hablaré de la importancia de hacer las reglas del juego de modo que los niños puedan ganar con frecuencia). Al llegar a la escuela, me he sentido como el sereno en una turba de borrachos. Ajeno a esa marabunta de padres histéricos en busca de estacionamiento, me he sentido feliz.

martes, 29 de septiembre de 2009

74. Cosi fan tutte.

No, no voy a hablar de opera, ya me gustaría a mí, ya.

"No seas memo, si todo el mundo lo hace".

Ésta es probablemente la frase que más miseria ha traído a este mundo. Yo como padre tiemblo por el día en que mis hijas escuchen esa frase. Esa frase acompañará a la incitación a la mentira, al absentismo escolar, al abuso, a las relaciones sexuales demasiado tempranas, al alcohol, a las drogas, a la violencia, a la delincuencia y, a saber, cuántas cosas más.

Cualquier intento de resistencia a uno de esos comportamientos indeseables será saludado con "si todo el mundo lo hace". Una niña que, para protegerse, acusa a otra de lo que ella ha hecho, se sentirá mejor porque "todo el mundo lo hace", el cajero que mete mano en la caja se consolará pensando que "todo el mundo lo hace", un político corrupto, un joven alcoholizado hasta perder el conocimiento, un racista que odia a los moros o un vándalo que destroza una marquesina se sentirá justificado porque "todo el mundo lo hace". El farmacéutico venderá pastillas abortivas, el banquero engañará a sus clientes en las comisiones, el frutero meterá una manzana podrida entre las sanas, la mujer engañará al marido, el marido abofeteará a la esposa, aquel trabajará en negro, el otro tirará una colilla al suelo, otro se llevará un objeto del supermercado escondido en la chaqueta, aquél no pagará sus deudas, el policía hará la vista gorda, el juez aceptará un soborno, el funcionario se tocará los huevos de 9 a 12, el maestro no se preocupará del aprendizaje de los alumnos, los alumnos "pasarán del profe" y no darán un palo al agua, los padres llevarán a sus hijos de cinco años a la terraza hasta que a las tres de la mañana se duerman en sus brazos, y cuando sean mozos, les dejarán volver a casa cuando quieran, otro se meterá una rayita de coca, aquel arrojará papeles al suelo y basuras en el campo, se contaminarán los mares y los ríos, se dejarán las luces encendidas y seguiremos votando a los mismos inútiles de siempre y no pasará nada. De hecho, nos sentiremos hasta bien, porque "todo el mundo lo hace".

Propongo que quien diga "todo el mundo lo hace" reciba veinte latigazos en público.

- "Ay, ay, ay... ¿y esto?
- "Por dar lecciones de moral".
- "Pero, si todo el mundo lo hace".

lunes, 28 de septiembre de 2009

73. Doble vida.

Cuando era niño me decían que no debía hacer cosas malas porque aunque nadie me viese, Dios me veía.

A pesar de ello, y a sabiendas de que Dios me veía todo el tiempo, a veces me portaba como Dios manda, y otras veces, hacía aquello que mi libre albedrío me dictaba.

Con el sistema, o Gran Hermano orwelliano o como le queremos llamar ocurre lo mismo. No es que sea esclavo porque el sistema me vea vea. Soy esclavo porque me faltan cojones para hacer lo mismo cuando me ven que cuando no me ven. No soy esclavo porque me tengan controlado, lo soy porque tengo una doble vida.

domingo, 27 de septiembre de 2009

72. Confucio y las hijas del presidente Rodríguez.

El presidente Rodríguez está enojado con cierto sector de la prensa porque no ha respetado su derecho a proteger la intimidad de sus hijas y ha dicho que espera que no se vuelva a repetir. La prensa se la envaina y santas pascuas. Internet es un poco más difícil de controlar. Ahí, quienes odian al Presidente Rodríguez han hecho circular videos en los que critican la fealdad, la gordura y el mal gusto en el vestir de las hijas del presidente Rodríguez. Las leyes españolas claramente establecen que los padres son responsables civiles de los actos de sus hijos no emancipados pero que los hijos NUNCA podrán ser responsables civiles de los actos de sus padres. De lo que haga el presidente Rodríguez no podemos culpar nunca a sus hijas. Pero no todo el mundo sabe de leyes, claro.

Yo hago me hago las siguientes reflexiones:

1. El presidente Rodríguez ha exigido el respeto a su derecho a proteger la imagen y la intimidad de sus hijas. En lugar de insultar a su hijas, habría sido una buena oportunidad para recordarle al presidente Rodríguez, que otros padres, que no somos presidentes del Gobierno de España, también tenemos otros derechos importantes como el derecho la elección de la educación de nuestros hijos, el derecho a la elección de la forma en que protegemos su salud, o el derecho a ser informados antes de que nuestra hija aborte o reciba una pildora del día después.

2. A quienes se han lanzado a proclamar a los cuatro vientos la fealdad de las hijas del presidente Rodríguez y su mal gusto en el vestir, recordarles que Confucio (que dice mi mujer, que dicen los chinos, que nació, como yo, un 27 de septiembre, y ya puede decir la Wikipedia lo que quiera, que yo, por la cuenta que me trae, me fio de mi mujer) decía que "la belleza está en todas las cosas, aunque no todos pueden verla". Llamar feas a dos jovencitas de trece y quince años, más que maldad es ignorancia.

3. En relación a lo anterior, me acordé de una canción de Libby Roderick y que canta Shaina Noll:

"How could anyone ever tell you, that you're anything less than beautiful?
How could anyone ever tell you, that you´re less than whole?
How could anyone fail to notice, that your loving is a miracle,
how deeply you´re connected to my soul?"

Y por todos estos pensamientos, dejé para otro día la entrada de "Cosi fan tutte". Que le vamos a hacer.

viernes, 25 de septiembre de 2009

71. Yo debo de ser un tipo raro, medio maricón o así.

Yo debo ser un tipo raro, uno de esos hombres que ni es hombre ni es nada, metrosexual o medio maricón que dirían los de la generación de mi padre. Resulta que me encanta ir de compras con mi mujer. Sobre todo cuando vamos a comprar ropa.

Lo hacemos siempre igual: entramos en la tienda media hora antes de que van a cerrar. "De ese modo", dice, "hay menos tiempo para gastar dinero". Yo me siento en una butaca, (a veces, me sirven un cafelito y todo) y comienza el espectáculo. Ella viene con media docena de modelos. ¿Te gusta éste o éste?.

¡ATENCIÓN!

(Una mujer lleva a su marido de compras no para que la ayude a elegir la ropa, sino para que lleve las bolsas después. Si pregunta es para que confirmes su elección. Estudiad su lenguaje corporal. Hay pequeños detalles que pueden ayudar. Por ejemplo: la cabeza está siempre ligeramente ladeada hacia el vestido que más le gusta. El vestido que más le gusta estará más cerca de tí. Pero si no lo tienes claro, escápate, No caigas en la tentación de dar una opinión al azar, porque tienes un 50% de posibilidades de que no le guste ninguno de los dos).

- " Lo importante no es si me gusta a mí sino si te gusta a tí", o bien,

- " ¿Cuál de los dos combina bien con algo que ya tengas?, o mejor aún,

- " Si no lo tienes claro, ¿por qué no te llevas los dos?" (esta última debe ser utilizada con moderación).

Ni un solo comentario sobre tallas. Preguntado sobre tallas contesto que "de tallas no tengo NI PUÑETERA IDEA". Nada de decir: "¿no deberías llevarte una talla mayor?". Eso es un suicidio. No conozco una manera elegante o adecuada de decir que el traje es pequeño. Si tengo la sospecha de que la talla es demasiado pequeña, simplemente me aseguro de forma discreta de que el vestido se podrá cambiar. O bien pido ayuda a una dependienta.

- Mi mujer no está convencida de que ésta es su talla. ¿Qué opina usted?

Y entonces ella dice eso de: "Es que usted ha elegido una marca muy elegante pero que da muy poca talla" o algo así.

Las dependientas saben como decir esas cosas. Y si no sabe, mi mujer se enfadará con la dependienta, no conmigo.

A veces dice: ¨Me parece que he engordado un poco este verano" y me mira a los ojos y yo oigo la música de Tiburón: nananananananananananananan NANA.

- "A mí me parece que cadia día estás mas buena". Esto, aparte de ser verdad, que gane el presidente Rodríguez las próximas elecciones si miento, es indiscutible, porque es una opinión personal y las opiniones personales son subjetivas y, por lo tanto, siempre son verdad.

Disfruto del espectáculo, de verdad. Ahí está la mujer que quiero, haciendo un esfuerzo por encontrar un traje que realce su belleza o le haga sentir bien, todo lo cual redunda en mi disfrute. Además, lo hace deprisa, como si hubiese hecho teatro de joven. Se puede probar diez prendas en media hora. Y el tiempo se me escurre entre los dedos, porque ir de compras con la idea de que voy a asistir a una obra de teatro en el que la protagonista es la mujer que yo he elegido para ser mi compañera, hace que el tiempo vuele.

Nos ocurre con frecuencia que salimos media hora después de la hora de cierre, a veces, llevando con nosotros lo que a mí me parece media tienda (aunque en realidad, aún les dejamos bastante género). Las dependientas nos hacen la ola al marchar. Nos da por pensar que están contentas con la compra que hemos hecho. Si están contentas porque por fín nos vamos no es algo de lo que tengo constancia. De todas formas ya procuramos nosotros ir a sitios en los que hay dependientas con voluntad de servicio en lugar de bordes que miran más el reloj que el deseo del cliente.

Y entonces se siente (dentro de nuestras posibilidades) como Julia Roberts en Pretty Woman.

Oíd esto, hombres (supuestamente) de verdad. Haced honor a la elección que hicísteis y disfrutad de la compañia de vuestras mujeres también cuando vais de compras y no sólo cuando os sirven la cerveza, ante el televisor, los domingos de partido.

Proximamente: Cosi fan tutte.

jueves, 24 de septiembre de 2009

70. Ecología de la orina.

Una ong brasileña propone, como medida de ahorro de agua, orinar en la ducha.

Ver aquí el video.

Veamos cuanta agua ahorraría yo de seguir este consejo:

1. Si orino cuando me ducho y partiendo del supuesto de que me ducho una vez al día y que el hecho de orinar mientras me ducho no me hace perder tiempo, por lo que, en principio no voy a gastar más agua por ello, el agua ahorrada sería el de esa vez que orino, por coincidir con la ducha. De las otras cinco veces que orino, de momento, no hablamos. Eso supone para mí ahorrar los diez litros de la cisterna del WC una vez al día, lo que hace un total de 3650 litros de agua cada año, suponiendo que lo hago todos los días del año. Si todos los habitantes varones de España, aproximadamente 22 millones, lo hicieran, España ahorraría 80.300 millones de litros de agua, o que es lo mismo, 80,3 hectómetros cúbicos de agua.

2. Si orino cada vez en la ducha, con independencia de si me ducho o no, y después limpio el plato de ducha con la ducha de teléfono, es posible que el consumo de agua (no lo he medido, sino que lo estimo a ojo de buen cubero), se reduzca en un sesenta por ciento. Cuatro litros por vez que, multiplicado por las seis veces que orino al día, hace un total de treinta y seis litros diarios, lo que hace un total de 13.140 litros al año, si lo hago todos los días del año. España, ahorraría 289.080 millones de litros de agua, 289,1 hectómetros cúbicos de agua.

3. Si en vez de hacer lo explicado en el punto 2, orino en el lavabo y después, me lavo las manos y el pene en el mismo lavabo en que he orinado, con ese agua (probablemente dos litros) he ahorrado los diez litros completos de la cisterna ya que, de todas formas, tenía ya la costumbre de lavarme las manos después de orinar y, además, como me he lavado el pene con agua, no he usado papel por lo que es aún más ecológico todavía. El ahorro es de 60 litros diarios (sin contar con el agua que se ahorra por no producir el papel que no uso), es decir, 21.900 litros al año. España ahorraría 481.800 millones de litros de agua, es decir, 481,8 hectómetros cúbicos de agua. Y tendríamos los penes más límpios de la Unión Europea.

4. Si en vez de hacer lo explicado en el punto 3, orino en un vaso y me lo bebo, el ahorro es aún mayor, ya que probablemente, en lugar de beber dos litros de agua al día me bastará con medio. El ahorro, por lo tanto, subiría a 73 litros diarios siendo el ahorro adicional, los 12 litros que ya no necesito para lavarme las manos, el litro y medio de agua diario que ya no bebería y habría que restar aproximadamente medio litro diario para hacer gárgaras con unas gotas de limón o de esencia de menta, después de cada trago. Eso haría un total de 26.645 litros de agua, que en el conjunto de España serían 586.190 millones de litros, o lo que es igual 586,19 hectómetros cúbicos de agua que es más o menos la totalidad del agua que consume la Comunidad Autónoma de Madrid. Y a todo esto, las españolas contentas: nada de salpicones alrededor del WC. Además, la Seguridad Social y los servicios sanitarios de las diferentes comunidades autónomas, ahorrarían una enorme cantidad de dinero en atención sanitaria y medicinas y las empresas verían disminuir considerablemente el absentismo laboral por motivos de enfermedad, dado que es conocido el efecto beneficioso de la urinoterapia en el tratamiento de las más diversas enfermedades. Tengo que escribir un artículo al respecto (en realidad ya lo tengo escrito, sólo tengo que traducirlo al español) sobre la urinoterapia para que veáis que hablo en serio.

Venga ya, quitad esa cara de asco.

69. Así es mí Panamá.

Mirad aquí lo que me he encontrado trasteando en Internet.

No me digáis que no se podría escribir un artículo idéntico hablando de España.

¡Que cosas, tan lejos y tan cerca!

Añado a Yohel a mi lista de diarios.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

68. Y ha entrado el 23 (ya 39).

Mi amigo Kikás y yo hicimos una apuesta en su diario Dakipalla. La apuesta consistía en que si en su diario entraban personas procedentes de más de cincuenta países distintos antes del 31 de Diciembre de 2008, él me pagaría una cena, si no, se la pagaría yo.


Me tocó pagar y de ello hay testimonio gráfico. Unos meses después, coincidiendo aproximadamente con el primer aniversario de su diario, alcanzamos los cincuenta países y creo que ya pasamos de sesenta aunque hace mucho que no entra ningún país nuevo, más o menos desde que Kikás no viaja, por lo que tengo la sospecha de que algunos países exóticos como Omán, Vietnam o Kazajstan entraron porque Kikás estuvo allí.


Por mi diario han pasado en sus tres meses de existencia ya algunos países. Me he dispuesto coleccionarlos como hacía en el diario de Kikás. A ver si llego a los cincuenta o los sesenta.


He aquí la lista de los países que han visitado "En busca de mis talentos" clasificados por continentes:


África (0).
América (19): Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina.
Asia (6): Japón, Corea del Sur, Taiwan, Vietnam, Bangladesh, Buthan.
Europa(13): Noruega, Letonia, Rusia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Países Bajos, Bélgica, República Checa, Rumanía, Italia, España y Portugal.
Oceanía (1): Australia.


Total, 39 países.


A ver cuantos meses tardo en llegar a los cincuenta. Se admiten apuestas.

martes, 22 de septiembre de 2009

67. Conciliación de la vida laboral y familiar.

Mucho se habla sobre la necesidad de conciliar la vida laboral y la familiar. Incluso de que el aparente incremento de la violencia infantil y juvenil tiene su origen en la imposibilidad de llevar a cabo esta conciliación. Así lo reflejé en una entrada anterior. Ver.

La ley 39/1999, de 5 de noviembre, a pesar de que fue presentada como la panacea tiene, en realidad, un alcance bastante limitado.

Las familias españolas, para conciliar la vida laboral y familiar, necesitan muchas cosas:

1. Necesitan guarderías próximas a los puestos de trabajo, a ser posible gratis o, al menos, a un precio razonable.
2. Necesitan que los colegios organicen actividades extraescolares antes y/o después de las clases o, en su defecto, proporcionen lugares aptos para el estudio y el juego.
3. Necesitan que existan lugares seguros donde sus hijos puedan jugar, a ser posible sin tráfico rodado, bandas de delincuentes, traficantes de droga, prostitutas o cualesquiera otras situaciones que puedan ponerles en peligro o servirles de escándalo.
4. Necesitan que las viviendas tengan un precio razonable, de modo que puedan decidir si será papá o mamá quien tomará un trabajo a tiempo parcial o quien, incluso, dejará de trabajar sin que por ello la hipoteca les agobie.
5. Necesitan tener la flexibilidad para cambiar de residencia si cambian de lugar de trabajo (si se hubiese fomentado el alquiler en lugar de la compra, probablemente este punto y el anterior serían un problema menor). Para ello, también necesitan:
5.1. que haya un porcentaje de plazas siempre disponible en los colegios para los desplazados.
5.2. que todos los pueblos y barrios de las ciudades tengan un nivel aceptable de limpieza, de seguridad y de servicios, de modo que no sea necesario abandonar el centro de las ciudades e irse a vivir a las afueras, evitando así tener que soportar diariamente un atasco de dos horas.
5.3. que todos los colegios del país, con independencia de si son públicos o privados, de si los alumnos son en su mayoría nacionales o extranjeros, acomodados o menesterosos, tengan un mínimo nivel de calidad y de seguridad.
6. Necesitan que la buena educación y el respeto sean la norma y no la excepción. En particular, necesitan que el derecho al descanso sea respetado.
7. Necesitan que los dineros públicos, procedentes de sus impuestos, se empleen en mejorar su nivel de vida y no se pierdan por el camino entre pitos, flautas y mangantes.

Que duda cabe que las familias españolas necesitan todas estas cosas (y alguna más que no se me ocurre ahora) para poder conciliar la vida laboral y familiar. Reconozco que la labor es titánica y que para acometerla haría falta otra clase política, y quizá, incluso, ciudadanos más responsables y más libres.

Pero mientras que se acometen esas reformas imprescindibles para hacer la vida de los españoles más llevadera, hay algo que se podría hacer inmediatamente y que conciliaría la vida laboral y familiar más que ninguna otra cosa: horarios de trabajo y de vida sostenibles.

Levantarse a las seis y media; dejar a los niños en la escuela entre las siete y media y las ocho de la mañana; empezar a trabajar entre las ocho y las ocho y media. Pausa de media hora a las doce (no dos horas), lo justo para despachar un bocadillo a las tripas y a las cuatro o cuatro y media a casa, que estará a no más de media hora del trabajo; de cinco a siete se juega con los niños y se supervisan los deberes y el progreso educativo de los mismos. A las siete se cena. A las siete y media se lleva a los niños a la cama con tiempo para leerles un cuento si son pequeños o que puedan escuchar música, o leer por su cuenta si ya son mozos. Y a las ocho, estando los niños ya dormidos, los papás ven el telediario, el programa de debates, la película del prime time, o leen un libro o charlan de cómo ha ido el día y de sus proyectos de futuro. Y a las diez se van a la cama, con tiempo, si se tercia, para hacer el amor, que eso, junto con la conversación anterior, concilia la vida familiar de puta madre, después de lo cual, ya bien conciliados, podrán conciliar (valga la redundancia) un sueño reparador, en noche plácida y silenciosa. Y al día siguiente, habiendo dormido ocho horas, se comerán el mundo.

Dejémonos de leyes de conciliación de la vida laboral y familiar. Es mejor un horario decente y buenas costumbres, como los de ese mundo civilizado al que queremos pertenecer sin pagar el precio, y no hablo de dinero, que cuesta la civilización.

lunes, 21 de septiembre de 2009

66. Lecciones de deportividad.

Andaba yo preocupado por la posibilidad de que mi hija se desinflase en la primera derrota en lo del hockey y entonces me acordé de un partido que jugó el Cisneros en liga universitaria de rugby contra la escuela de Óptica. Fue el último año que jugamos juntos colegios mayores y facultades en liga. Creo que ganamos por más de cien puntos a cero. Los "opticos" al terminar el partido cantaron una canción cuyo estribillo era "Yoví, yová, cada día nos meten más, yoví, yoví, yoví, yova" a ritmo de rumba. Tenían ellos más gracia perdiendo que nosotros ganando.

Entonces me senté al piano con el objetivo de no parar hasta que tuviera una canción para cantar en días de derrota. Una semana después tenía un himno con letra y música que llevé al campo para presentarlo en sociedad. La música era alegre, la letra, escrita en holandés era épica: "Las ardillas de Orange, somos el equipo más fino, el orgullo de nuestros padres y el futuro del club. Somos las más valientes, peleamos hasta el final, lo que no quiere decir que siempre tengamos que ganar".

En el campo, nos enfrentamos al primer equipo de Park. Las niñas de Park tenían mejor preparación física y mejor técnica que nuestras niñas. Nada más empezar nos marcaron un gol y las ardillitas de Orange se vinieron abajo. Una de ellas se echó a llorar porque el entrenador la quería poner en la defensa y dijo que no quería seguir jugando. Su madre, holandesa ella, le dijo que dejara de llorar que jugase donde el entrenador dijera. Un poco después mi hija C.M. cayó al suelo y se hizo daño en una rodilla. Esto podía suponer un problema. Nuestro banquillo estaba en Eurodisney. Si C.M. no se podía incorporar, perdíamos el partido. Una vez curada, C.M. se puso en pie y siguió jugando. Las ardillitas de Orange se envalentonaron y con un juego poco vistoso pero eficaz, marcaron seis goles seguidos. Terminó el primer tiempo y estaban agotadas. En la reanudación, Park aprovechó su superioridad física (tenían además reservas) y técnica. Una de las jugadoras de Park destacaba especialmente y su juego rápido y preciso volvió locas a nuestras defensas. Nos metieron cinco goles seguidos en menos de cinco minutos. C.M. cojeaba y apenas podía sostenerse en pie por lo que no bajaba a defender. Con el empate a seis, Park estaba lanzado, todas las jugadoras incluso la portera estaban en nuestro campo.

- "Tengo un truco", me dijo C.M. y se puso de portera en la portería contraria.
- "¿Une nouveau tactique?" me preguntó riéndo uno de los animadores de Parc.
- "Yo creo que es simple agotamiento", le contesté.

Las otras naranjitas como decía el entrenador de Lepe "atrás y aguantá". Nuestra portera empezó a pararlo todo. A la jugadora de Parc de la que he hablado antes le empezó a fallar el fuelle (al final del partido nos enteramos de que había recibido una "guantá" en el abdomen que nadie vió. La niña, valiente, no dijo nada a nadie). Nuestro equipo, acosado por el contrario que no paraba de atacar sacaba pelotas fuera como podía. Y de vez en cuando, el contrataque hallaba a C.M. (y su "tactique") sola ante el portero contrario, a veces, incluso sin portero. De haber tenido más ánimo y suerte podría haber metido siete u ocho goles. Sólamente fueron tres. La "tactique" obligó a Parc a cejar en su acoso a nuestra portería y a retrasar sus líneas. El partido terminó con 10 a 7 para nuestro equipo.

El tercer equipo de Ardillas de Orange, no son las mejores técnicamente, no están muy en forma, tienen todas seis años y se enfrentan a equipos en los que hay jugadoras con siete años. Parecen tenerlo todo en contra, pero han ganado su dos primeros partidos, marcando 10 goles en los dos. Yo creo que el secreto está en que juegan como un equipo y tienen carácter.

- "Vaya", le dije a C.M., "parece que voy a tener que guardar la canción para otra ocasión".
- "¿Que canción, papá?.
- "Una que he escrito para alegrarnos cuando perdamos".

Y C.M., esbozando media sonrisa:

- "Mira que estás tonto, papá. No me digas que te vas a poner triste porque perdamos. ¿Tú no sabes que nosotros jugamos a hockey para divertirnos?".

Me quedé sin habla. Las jugadoras de Park caminaban hacia el aparcamiento después de la derrota cantando "On va jouer, on va rigoler, on va jouer, on va rigoler". (Trad. Vamos a jugar, vamos a reir).

Estas niñas juegan en la primera división de la deportividad. Yo estoy todavía en regional preferente.

Próxima entrada: Conciliación de la vida laboral y familiar.

domingo, 20 de septiembre de 2009

65. Quisiera conocerla mejor, señora.

Hacía algunos meses que había visto por primera vez la película "The Secret". Se me quedó en la cabeza la historia que el Universo es como el genio de Aladino, es decir, un genio omnipresente que escucha nuestros pensamientos y que reacciona siempre diciendo:

- "Your wish is my command", que podríamos traducir por "tus deseos son órdenes para mí".

A la salida de la escuela de mi hija C.M., me encontré de frente con la mamá de una de sus compañeras que está, como diría mi padre, "muy rícamente hecha". Mirándola pensé: "quisiera conocerla mejor, señora". Y entonces el genio dijo:

- "Your wish is my command".

Es realmente sorprendente lo rápido que puede funcionar esto de pedir cosas al Universo. Al día siguiente, llegaba un poco tarde a llevar a C.M. al colegio. Tenía prisa y la prisa es mala consejera. Había un camión mal estacionado por lo que la maniobra de estacionamiento era complicada y, al recular, impacté con un todo terreno, propiedad de la señora que quería conocer mejor.

Ayer, mirando a otra mamá, morena con ojos verdes, que me sonríe amablemente (con dos filas de dientes níveos) siempre que nos cruzamos, pensé que si el Universo quiere ponerla en mi camino me parece bien, pero que no seré yo quien lo pida. Que al fin y al cabo a mí, en mi casa, no me falta de nada y no vaya a ser que, otra vez, el genio a la escucha no sea el de Aladino sino el de la mala leche y ya tenemos el lío formado.

sábado, 19 de septiembre de 2009

64. Antique entertainment

Para los amantes de la arquitectura grecorromana dejo aquí un enlace al diario de mi amigo holandés Rien Bongers. Está escrito en inglés pero incluso los que no dominen el idioma de Shakespeare pueden disfrutar de las magníficas fotografías. Ha visitados muchos teatros, anfiteatros y circos (la mayor parte de los cuales son ahora ruinas) y los muestra en fotografías con interesantes artículos. Además, le encantaría recibir material fotográfico de aquellos que no ha visitado y acepta colaboraciones para aumentar su colección).

Lo dicho: para disfrutar del trabajo de Rien Antique entertaiment.


viernes, 18 de septiembre de 2009

63. Ironman.

Ayer hablaba de Batman y de su traje de kevlar y hoy toca Ironman. No es que esté obsesionado con los superhéroes. Ironman tiene aquí otra acepción. Un triathlon Ironman es una competición que tiene lugar en Hawaii que consiste en nadar tres kilómetros ochocientos metros para, a continuación, recorrer ciento ochenta kilómetros y doscientos cincuenta metros en bicicleta y rematar con un marathon, sin parar para descansar ni un sólo momento. ¿Nos hemos hecho una idea de por qué se llama Ironman?. Bien.

Hace algunos años en San Diego, California, Estados Unidos de Norteamérica, asistí a un seminario de tres semanas de duración. Este seminario, organizado por el Optimun Health Institute consistió en una serie de cursos sobre la conveniencia de alimentarse a base de frutas y verduras biológicas y crudas. Me fuí con reumatismo, estreñimiento y escoliosis y 93 kilos de peso. Cuando volví a casa había dejado atrás el reumatismo, el estreñimiento y la escoliosis había mejorado bastante. También dejé en San Diego 18 kilos de peso pues volví con 75 kilos.

Allí conocí a una pintora californiana, a varios actores de Hollywood, el jefe de loa Kumeyaay (indios nativos de California), empresarios del Silicon Valley, agentes inmobiliarios (de los que no venden una casa por debajo de un millón de dólares), agentes de cambio y bolsa de Wall Street, cantantes, medicos, terapeutas y mucha gente de extraordinario talento. Pero el que más me impresionó fue un hombre que en medio de una conversación dijo, así como quien no quiere la cosa que había disputado (y finalizado) el Ironman. Al verlo anciano le pregunté que en que año lo había hecho. - "Hace un mes", respondió.

Y yo a mis cuarenta y dos años sin poder correr cien metros seguidos.

Esto tiene que cambiar.

62. Ser agradecido.

Yo soy creyente, católico para más señas. Cierto que a mi manera. Me olvido más veces de las que quisiera reconocer de ir a misa los domingos y mi conducta, ciertamente, no se rige siempre por los diez mandamientos. Pero no me olvido de rezar. En mi casa no va nadie a la mesa o a la cama sin antes rezar una oración para agradecerle a Dios que tenemos todo lo que necesitamos.

En la mesa rezamos en español y en holandés. La oración holandesa es sencilla y corta: "Heer zegen deze spijzen, amen". (Señor, bendice estos alimentos, amén). En español, me alargo un poco más: "Te damos gracias Señor por estos alimentos, por la salud y por la abundancia de que disfrutamos, dáselos a quien no los tiene y a nosotros hambre de tí".

Rezamos en casa y cuando vamos a un restaurante, cuando nos visita la familia y cuando recibimos a amigos. Estamos, somos agradecidos por cuanto somos y tenemos. Y es nuestra creencia que lo debemos a la generosidad de Dios.

Si luego resulta que Dios no existe y todo, en realidad, es obra de la casualidad universal, digo yo que al Universo no le importará que le llamemos Dios.

jueves, 17 de septiembre de 2009

61. Fuego Negro, sin traje de kevlar.

Lo conté en el diario de Kikás, Dakipalla (que está entre mis favoritos más que nada porque durante un buen tiempo, antes de comenzar mi propio diario, escribía yo en Dakipalla casi más que Kikás). Es una historia de cuando yo vivia en Amsterdam y viajaba en metro desde mi casa hasta el trabajo de mi mujer para que ésta amamantara a la niña. Sí la que ahora juega a hockey. Y lo reproduzco sin su permiso (espero que Kikás no se enoje), a continuación.

Comentario al siguiente titular aparecido en la prensa holandesa:

"Un pasajero arroja del tranvía a un adolescente porque tenía la música demasiado alta".

Lo que no dicen es que pasajero era calvo y frustrado. Tampoco que el adolescente era de origen marroquí.

En España se habría titulado "Nuevo acto racista en Madrid", con el subtítulo: "Un cabeza rapada expulsa salvajemente a un inmigrante marroquí del tren porque no le gustaba la música que el joven escuchaba". Eso es libertad de información y lo demás tonterías.



Dicho pasajero se ha convertido, para muchos, en el simbolo de la frustración del holandés medio frente a una juventud cada vez más maleducada. Yo, la verdad, en un día de cojonitis, me imagino haciendo algo así. Lo tendría que haber hecho el día que vi a un adolescente amenazar en el metro a su profesora con clavarle un bolígrafo metálico en el cuello. Pero tenía a mi hija de nueve meses en brazos y no era cuestión de decirle a la señora de enfrente "Sujéteme a la bebé que voy descapullar este vagón". No fuera que mientras yo hacía de Batman se fuese la señora con mi niña por otra puerta (además que me había dejado el traje de kevlar en casa). El resto de pasajeros, o no vió o hizo que no vio o tampoco tenían traje de kevlar.

Al fin y al cabo nadie tiene la obligación de ser un héroe, ¿o sería mejor que sí lo fuéramos, para que no lo tengan que ser nuestros hijos?

60. Pequeñas cosas.

1. He comenzado el curso y me dejan matricularme a caballo entre cuarto y quinto.
2. Mis compañeras de clase se alegran de verme.
3. A mi mujer le gustan mis masajes.
4. Me están renovando el cuarto de baño.
5. Ya casi no quedan lepismas en la planta baja. Todavía se ve alguno en el primer piso y en el sótano.
6. El equipo de mi hija ha ganado su primer partido en liga por 1 a 10 contra Waterloo Ducks en su casa. Desde ahora, en vez de Ardillitas les llaman las Wellington. Mi hija marcó un gol. Hoy hubo entrenamiento y nadie tuvo que decirle que hiciera los ejercicios: ya los estaba haciendo antes de que el entrenador terminase la explicación. Eso sí que es un cambio.
7. La gemelas cuentan hasta tres en cuatro idiomas (entre las dos).
8. He descubierto como tratarme las crisis de lumbago sin recurrir a antiinflamatorios.
9. Llueve un poquito todos los días. Y no a lo bestia, como en España.
10. Y con esta son 60 entradas.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

59. Lenguaje de uso corriente.

(Se advierte al lector que en esta entrada se utiliza lenguaje soez y chabacano. Si usted, contrariamente a lo que piensan los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, opina que dicho lenguaje no es de uso corriente y, por lo tanto, no quiere escucharlo, le invito a interrumpir su lectura AQUÍ).


Con la venia del hijo de puta de su señoría:

En representación del capullo de mi defendido a quien se acusa de hablar correctamente, sin levantar la voz, sin utilizar lenguaje chabacano y sin insultar, le informo de que este huevón se reconoce culpable. No obstante, solicito del hijo de puta de su señoría la reconsideración de la pena de diez años y un día de cárcel en prisión de máxima seguridad. Creo que dicha condena es una putada demasiado gorda para este pobre imbécil. Mi defendido no ha tenido muchas opciones en su vida de aprender el lenguaje de uso corriente. Fue criado entre algodones y educado exquisitamente en una familia de meapilas donde fue tratado con respeto y no recibió más hostias que las que tomaba en misa. En el colegio de pago en el que se formó, no se consentían los malos modos, ni el acoso escolar, ni los insultos. Volvió siempre a su puta casa a la hora que su madre (una beata de mierda) le dijo. Bebió siempre con moderación, nunca insultó al clero, ni tomó drogas, ni tiró botellas a la policía. Con esta vida de fachilla ñoño, ¿qué quiere el grandísimo hijo puta de su señoría? ¿Que mi cliente blasfeme?

Ande no sea cabrón su señoría y arréglelo con un par de hostias bien dadas por parte de un antidisturbios y ya verá ya como a este mojigato se le quita la tontería y empieza a hablar como un hombre.

Nada más que añadir, su capulla señoría.

58, Fuego Negro, con traje de kevlar.

Estaba haciendo la mili en Madrid. La novia de guerra de mi abuelo me prestó un apartamento en el centro que no usaba. Gracias a eso pude soliciar el pase pernocta y salir cada noche del cuartel a lo que probablemente debo el hecho de estar aquí contando batallitas. Pero eso es otra historia.

Un día, tras la jornada, decidí salir a dar un paseo por el centro. Cuando regresaba desde Sol a Leganitos (junto a la Plaza de España, donde estaba mi apartamento), iba caminando por el principio de Preciados cuando vi una pelea. Un tipo con mal aspecto se peleaba con el dueño de la confitería que había intentado atracar. No soy corpulento, no más de un metro setenta y cinco, pero entonces estaba en forma gracias a la instrucción y a los dos kilómetros estilo libre que me hacía casi cada día en la piscina del cuartel. No me lo pensé dos veces y le dí un placaje salvaje al tipo de mal aspecto y lo inmovilicé en el suelo. Entonces me dió lastima aquel montón de huesos, pellejo y heroína con forma humana. Le dije que se levantara y se fuera. Se puso en pie y se fue de nuevo a atacar al pastelero. El segundo placaje fue de antología. Ya no se levantó. Se arrastró hasta apoyarse en la pared.

- ¿Estás más tranquilo?
- Sí tio, ya me has convencido.

Un policía municipal a caballo se acercó al ver el follón.

- ¿Qué pasa aquí?. Nada agente, este chico ya se iba.

El pastelero no me dió las gracias, ni siquiera cuando entré en la tienda a comprarme un suizo. Me lo cobró y todo, el muy desagradecido.

martes, 15 de septiembre de 2009

57. Tampoco esto es culpa de Zapatero.

Contaba con mucha gracia un compañero del Cisneros al que llamábamos el Perote, por ser éste el gentilicio oficioso de los habitantes de Álora (municipio de la provincia de Málaga de donde él procede) que en una ocasión vino un forastero al pueblo. Cuando estaba estacionando su vehículo, un minusvalorado psiquico se ofreció a ayudarle.

- "Dale, dale, daleeeee..."

Entonces se oyó un gran golpe y ruido de cristales rotos.

- "Ya le has dao".

El forastero indignado, salió hecho un basilisco del coche con la intención de agredir al pobre minusvalorado a quien responsabilizaba del accidente que había tenido.

Un grupo de perotes protegió al minusvalorado y recriminó la intención al forastero. Éste, rojo de ira, respondió:

- "Es que él tiene la culpa de que yo haya tenido un accidente".

A lo que uno de los lugareños contestó:

- "No, la culpa la tienes tú, por fiarte del tonto del pueblo".

La moraleja del cuento es que somos responsables de a quien ponemos al cargo de nuestro destino. Si ponemos al mando a alguien manifiestamente incapaz, no podemos después culparle de que las cosas hayan ido mal.

Espero que nos acordemos de esto en la jornada de reflexión de las próximas elecciones.

56. Entender y prevenir la violencia infantil: Modificar la legislación.

Ayer regañé a mi hija porque no quería hacer los deberes. Le he obligado a hacerlos, utilizando los medios que he considerado razonables: la he sentado en una silla, y le he dicho, adoptando un tono severo y alzando moderadamente la voz, que tiene que hacer los deberes, quiera o no quiera. Sé que lo que he hecho es contrario a la ley. Según la legislación vigente, lo que tendría que haber hecho es "recabar el auxilio de la autoridad" (art. 154). Es decir, llamar a la policía y decirles que mi hija me ha desobedecido. Conforme a la legislación vigente, mi hija habría cometido una falta. El juez le podría condenar a obedecerme, conforme a la ley (art. 155.1 del Código Civil) y probablemente enviaría una patrulla de policía cada día a mi casa para comprobar que la sentencia es ejecutada conforme al dictamen del juez. Si dicha conducta se repitiese, el juez incluso la podría castigar sin ir a ballet o sin ir a jugar con sus amigas, como a los niños de Pozuelo.

Y digo yo, ¿no sería mejor que me devolviese el legislador la potestad de "corregir razonable y moderadamente a mis hijos"? (*). Creo que sería más útil que endurecer la legislación penal para los menores delincuentes. Por dos razones, la primera porque cuando el menor ya es un delincuente hemos llegado tarde y la segunda porque de no hacerse así, los padres se ven obligados a denunciar a sus hijos, o bien, cometer una falta cada vez que sus hijos no quieran obedecerles. La violencia infantil se previene más por reforzar la autoridad de los padres y educadores que endureciendo las leyes penales o aumentando la dotación de medios de la policía. Además de ser mucho más barato.

(*) La frase "Los padres podrán corregir razonable y moderadamente a los hijos" fue suprimida por el legislador porque podría entrar en conflicto con el artículo 19 de la Declaración de los Derechos del Niño que muestro a continuación. Yo, francamente, no lo entiendo.

Artículo 19

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, porcedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.

55. Entender y prevenir la violencia infantil. La importancia de conocer las leyes: art. 154 y 155 del Código Civil.

Artículo 154.

Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres.

La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica.

Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades:

- Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

- Representarlos y administrar sus bienes.

Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten.

Los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad.

Artículo 155.

Los hijos deben:

1. Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre.

2. Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.

54. Asociaal.



Todas las mañanas, cuando llevo a mi hija mayor a la escuela, lo hago por una calle que tiene mucho tráfico y que conecta dos municipios pero no tiene consideración de carretera. Como consecuencia de ello, está permitido el estacionamiento en la misma. En Bélgica está prohibido estacionar poniendo las ruedas encima de la acera por lo que los vehículos que estacionan ahí lo hacen sobre la calzada.


Hasta ahí todo normal. Quienes estacionan encima de la calzada, están en su derecho. El problema es que los vehículos que circulan por esa calle (en muchas ocasiones cargados de niños) tienen que elegir entre llegar tarde a la escuela o al trabajo o realizar un peligroso slalom entre los coches estacionados, arriesgándose a chocar con los vehículos que vienen de frente.


Este es un claro ejemplo de como el ejercicio de un derecho puede causar un perjuicio a los demás que es superior al beneficio que se obtiene con el ejercicio del derecho. Para explicar donde quiero ir es necesario introducir el concepto de "asociaal" que usan los neerlandeses. Los neerlandeses llaman asociaal a cualquier acción (y también a la persona que la realiza) que se hace sin tener en cuenta las consecuencias que la realización de esa acción tendrá para los demás. Asociaal es uno de los peores insultos que puedes recibir de un holandés porque el comportamiento asociaal es antónimo de la libertad. Se es libre cuando se hace lo que se desea hacer siempre y cuando eso no perjudique a los demás. Los holandeses tienen claro que el que el derecho te legitime para una acción no significa necesariamente que dicho derecho tenga que ejercerse.

lunes, 14 de septiembre de 2009

53. Nada del otro mundo.

Lo dice el fontanero, hablando de su trabajo y del trabajo del solador.

"Hoy en día cualquiera puede ser fontanero. Los tubos son flexibles, hay codos y empalmes en todas las formas posibles, los materiales y las herramientas son fáciles de manejar. Cuando yo era joven, las tuberías eran rígidas y era un trabajo de precisión. Un milímetro de más o de menos y los tubos no encajaban. Había que ser exquisito en tu trabajo. Todo eso se ha perdido ahora".

Y del solador dice: "Es un hombre increíble. Le ves trabajar y parece como si no estuviera prestando atención a lo que hace, como si no estuviera haciendo nada del otro mundo. Sin embargo, su trabajo es siempre perfecto".

El solador lleva cuarenta años poniendo suelos, el fontanero treinta poniendo tubos, los dos han superado holgadamente las 10.000 horas de que habla Malcom Gladwell en "Blink" y los dos tienen ese indisimulado orgullo de quien hace bien su trabajo.

52. Para lo que me pagan.

Uno de los efectos positivos de la crisis es que se están perdiendo algunas costumbres laborales muy arraigadas: las pausas para comer convenientemente alargadas; la cita del dentista a las 12 de la mañana cuando el horario de trabajo es de 8 a 15 horas (no podía haberse citado a las 16 horas, caramba) por la que el trabajador se marcha a las 11.30 y ya no aparece hasta el día siguiente porque las molestias de la anestesia son terribles; las bajas laborales por "resfriadín". Sin embargo, el empleado protestón y mala leche (que trata al cliente a patadas porque, aunque no sabe hacer la "o" con un canuto, piensa que se hace con él una injusticia por no darle el puesto de director de sección) no ha desaparecido porque ésta es una enfermedad crónica de la empresa, de la economía y de la sociedad española.

El "para lo que me pagan"encuentra al "para lo que haces", en cita macabra y contínuamente repetida. El empleado dice: "cuando me pagues más, rendiré mejor"; el empresario dice "cuando rindas mejor, te pagaré más". Y todo el mundo espera que sea el otro el que rompa el círculo vicioso.

En el caso del empleado, es una esperanza vana. Tendrá suerte si aprovechando la crisis, su empresario no lo manda esa gran empresa que dirige Francisco Javier Orduña y que superó hace unos meses los 4 millones de empleados.

El empleado ñoño abonado al "para lo que me pagan" es una plaga resistente y ni la crisis más profunda parece poder con ella. Y es que siguen siendo legión quienes creen que las empresas les deben pagar en función de la formación que han recibido o de las necesidades de circulante que tienen para pagar su nivel de vida. Nada más lejos de la realidad. Todos somos pagados por nuestro valor de mercado (incluido, aunque parezca mentira, Cristiano Ronaldo). Las empresas pagan a cada empleado en función del número de personas que pueden encontrar dispuestas a hacer por el mismo dinero o menos un trabajo que genera un valor añadido igual o mayor que el que dicho empleado genera. Y esto es así con independencia de si has hecho FP electricidad o eres Ingeniero de caminos, canales y puertos y de si tu hipoteca tiene una cuota mensual de seiscientos euros o de mil quinientos y de si te gusta el futbol o la ópera.

En esto, contrariamente a lo que mucha gente piensa, la justicia tiene poco que ver.

domingo, 13 de septiembre de 2009

51. Blue Velvet and Green Porno.

A los veinte años vi "Blue velvet" en el Cisneros y descubrí a Isabella Rosselini y me enamoré de ella, como mi padre se enamoró de su madre Ingrid Bergman, tras verla en "Casablanca". También descubrí entonces que el "Marqués" tenía, y supongo que aún tiene, una voz melodiosa, además de hablar perfectamente inglés con acento americano, pues cantó la canción Blue velvet durante la proyección de la película. La mayoría, sin embargo, nos quedamos con Isabella, aunque el "Marqués" cantaba mucho mejor.

Lo que no me esperaba es que Isabella Rosselini acabaría haciendo porno y mucho menos porno que también deleitaría a mi hija de seis años (quien pudo llamarse Isabella aunque, al final, descartamos este nombre porque unos amigos nuestros habían llamado así a su primera hija).

Merece la pena ver esta serie de películas porno "Green Porno" y volverse a enamorar de Isabella, agradeciéndole además que haya hecho el porno accesible a todos los públicos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

50. El burro Paquito.

Me he encontrado este pequeño cuento en internet. Como estaba en inglés, lo he traducido a español cambiando los nombres de los protagonistas para españolizarlos un poco.

Un conductor se enciende un cigarrillo mientras conduce por una carretera comarcal de la provincia de Soria. Como se distrae con el cigarrito, se sale de la carretera y cae en un barrizal del que no puede salir. Entonces descubre que el teléfono móvil no tiene batería. En definitiva, que está jodido.

A lo lejos ve venir un lugareño montado en un burro. Le hace señas y cuando Venancio Pérez (que así se llamaba el buen hombre), de setenta y dos años y natural de Covaleda llega a su altura, le pide si puede ayudarle a sacar el coche del barro.

El lugareño hace recular al burro y con una gruesa cuerda que llevaba en las alforjas lo engancha al paragolpes del coche.

- Arre, Lucero, tira fuerte. (El burro mueve una oreja).

- Arre, Bronco, ahora tú también. (El burro se espanta una mosca con el rabo).

- Arre, Platero, tira machote. (El burro ni se estremece).

- Ahora tú, Paquito, tira campeón. Y entonces el burro Paquito tira del coche y lo saca del barro.

- Muchas gracias dice el dueño del coche. Pero permítame que le haga una pregunta: ¿Por qué ha llamado a su burro hasta tres veces por otro nombre?

- Verá, el pobre Paquito es viejo y está ciego. Si hubiera pensado que era el único tirando del coche, jamás lo habría intentado.

Este cuento encontré junto a una interpretación del mismo que hablaba del poder del pensamiento positivo, de creer que nunca estás solo y que cuentas con ayuda de alguien a quien no puedes ver.

A mí me vino una pregunta a la cabeza: ¿quiénes van a ser los burros, ciegos y engañados, que van a sacar a España de la crisis donde está ahora?

jueves, 10 de septiembre de 2009

49. Caster Semenya y Ángel David Rodríguez.



Parece ser que se ha descubierto que Caster Semenya es hermafrodita. Que no tiene ovarios sino testículos sin desarrollar, al mismo tiempo que vagina. Ustedes perdonen la forma de señalar.

¿Es esto un problema? Parece ser que sí, y muy grave. Tanto que un ministro del gobierno de Sudáfrica dice que si no dejan competir a Caster Semenya será "la tercera guerra mundial". Con el debido respeto a mis lectores, hace falta ser gilipollas.

En todas las competiciones deportivas, no solamente las atléticas, se realiza una diferenciación por sexos. Por eso como parece no estar claro si Caster Semenya es hombre o mujer no sabemos donde ubicarla. Si la competición en lugar de diferenciarse por sexo, se diferenciara por raza, Caster Semenya competiría en la categoría de negroides y Angel David Rodríguez, plusmarquista español con 10,14 segundos sería el campeón del mundo de los cien metros lisos en la categoría de caucásicos. El problema lo tendríamos entonces con los mulatos, los mestizos y los zambos a los que no sabríamos donde ubicar.

El caso Semenya se resolvería estableciendo una competición única con una sóla categoría (seres humanos). Ya sé que es una medida impopular y que, en ese caso, salvo contadas excepciones, las mujeres lo tendrían jodido hasta para clasificarse para los juegos olímpicos, pero oye, cualquier cosa antes de la Tercera Guerra Mundial, por favor.

48. El pañal, la caca y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Una de mis hijas, que acaba de cumplir dos años, se señala el trasero y dice "caca". Su pañal está sucio. Le jaleo mucho su capacidad de saber cuando tiene caca porque es un verdadero paso adelante. Poco después, encuentra un pañal en su habitación, me lo trae y dice "caca". "Esto si que es un avance", pienso, "pues no sólo sabe cuando tiene caca sino que me trae el pañal para que se lo cambie". Sin embargo, esta vez compruebo decepcionado que no, que no se ha ensuciado. Tras un rato escuchándola comprendo que llama "caca" al pañal.

Se ha puesto de moda culpar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la actuación de los delincuentes, de los vándalos y de los terroristas. Culpar de la barbarie a los encargados de contenerla es confundir la caca con el pañal. Que lo haga una niña de dos años es lógico. Que lo haga alguien con responsabilidad de gobierno en partidos políticos, municipios, regiones autónomas o en el Gobierno de España me parece intolerable. Ellos pusieron el pañal. Si la mierda se desparrama en la mayor parte de los casos no es porque el pañal sea de mala calidad sino porque no lo han puesto bien en su sitio.

(Espero que ningún servidor del orden se ofenda por la comparación pues no era precisamente mi objetivo ofenderles).

martes, 8 de septiembre de 2009

47. Salus pre-infirmorum.

Conforme a la definición de la Organización Mundial de la Salud, la salud es: "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia".

O sea, que si te levantas por la mañana y no eres persona hasta que te duchas con agua muy caliente y te tomas dos cafés cargados, si no te acuerdas donde dejaste las llaves o las gafas y no te quiere ni tu madre, no estás sano por mucho que el médico diga que no te pasa nada.

Menos mal que los médicos españoles se pasan esta definición de salud por el Arco de Triunfo que si no estarían todos los trabajadores españoles de baja laboral.

Para cubrir este hueco entre el sano (según la definición de la OMS) y el enfermo (incapacitado para trabajar) se ha creado el concepto de "pre-enfermo", que es aquel que no está enfermo ni sano, sino todo lo contrario. El pre-enfermo (llamado a convertirse en el concepto central de la medicina preventiva), es un individuo que no está sano (conforme a la definición de la OMS, no está enfermo (conforme a la legislación laboral) pero que no está (como decía mi madre) "muy católico".

Antes de ser bautizado, el pre-enfermo, era el cliente objetivo de la medicina natural. Un cambio de dieta, un poco de ejercicio, agua abundante, un par de suplementos o un complejo vitamínico y en busca de la definición de la OMS. Después de que se le ha llamado pre-enfermo, pasa a ser cliente de la medicina médico-farmacéutica, es decir, pasa a ser alguien que recibirá medicinas no sólo cuando está enfermo sino "para evitar que lo esté". Un nuevo mercado para las multinacionales farmacéuticas.

P.D.: Habrá que ir cambiando refranes: "Si el trabajo es salud, viva la pre-enfermedad".